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"Quiero comenzar esta comparecencia con un recuerdo para todas las víctimas y sus familiares, mostrarles mi solidaridad fraternal y una vez más les pido perdón, y les agradezco profundamente la actitud y comprensión que demuestran cada día hacia mi persona. Muchas gracias de todo corazón". Así ha empezado su comparecencia Francisco José Garzón Amo, en la comisión parlamentaria de investigación del accidente del Alvia, que costó la vida a 80 personas e hirió a 150, el 24 de julio de 2013, cuando él era el maquinista y que ha tenido que leer el secretario de la mesa porque Don Francisco no podía hablar por el llanto desde el principio.
Filtración interesada
Después, tras celebrar que por fin se estén "aclarando todas las causas reales", ha denunciado que Adif y el Ministerio de Fomento filtraron a la prensa , inmediatamente después de que el accidente ocurriera, "unas palabras mías de la conversación que mantuve con el Centro de Atocha, desde la propia cabina de conducción, donde me encontraba herido y atrapado sin posibilidad de moverme".
Don Francisco denuncia, además, que en esa filtración interesada se destacaron solo "algunas de mis palabras": “tenía que pasar a 80 y pasé a 190 o una cosa así”.
Esa frase se convirtió en portada interesada de varios medios de comunicación pero en la conversación completa Don Francisco decía más cosas que se ocultaron: "un día iba a pasar, somos humanos y ya se lo había dicho al de seguridad".
Tres informes denunciaban la falta de seguridad
Además ha añadido que también lo había dicho, esta vez por escrito, el jefe de maquinistas de Orense, en un email enviado el 26 de diciembre de 2011, 15 días después de la inauguración de la línea, y que le consta que llegó a oídos de "varios directores de Renfe, personal de seguridad de Renfe, y, bajo mi punto de vista, también de ADIF". También ha hecho referencia a dos informes más que advertían de los riesgos de este tipo de curvas, uno de mayo del 2002 de una curva también de 80 km/hora en Puertollano en la línea Madrid-Sevilla, "a pesar de que esta línea estaba mucho más protegida y señalizada", ha recalcado, y otro, tras el accidente de Valencia de Julio de 2006, según el cuál ese siniestro se podía haber evitado con una baliza. "Sin embargo", cuenta Don Francisco, "no se instalaron en la línea Orense-Santiago hasta después del accidente".
"Era un accidente anunciado"
Su conclusión ha sido demoledora: "En resumen, era un accidente anunciado", "en una línea carente de toda medida de seguridad que controlara que los trenes no superen la velocidad determinada en cada tramo, y sobre todo en la curva, donde se debía pasar de 200 Km/hora (circulando con ASFA) a 80 Km/hora, sin ni siquiera una señal de limitación de velocidad, sólo la memoria de los maquinistas".
Ha reconocido que estaba hablando por teléfono con el interventor en el momento del accidente: "Estamos obligados a responder a las llamadas"
Don Francisco ha reconocido que estaba hablando por teléfono con el interventor en el momento del accidente y, para sorpresa de muchos, ha explicado que todos los maquinistas de este país lo hacen porque están "obligados a responder a las llamadas" a sus teléfonos corporativos, como hizo él. En la cabina del tren accidentado tenía tres a los que debía responder. Don Francisco ha querido alertar sobre esta realidad: "No se nos ha formado para atender esas llamadas, ni existe un análisis y evaluación de riesgos de las mismas. Esas llamadas son habituales, el teléfono es una herramienta más de trabajo de la que nos dota nuestra empresa", ha aclarado. Sobre su experiencia en la línea ha dicho que "una perdida de consciencia situacional se puede producir el primer viaje o después de miles de viajes" y ha concluido el argumento así: "una perdida de consciencia situacional es imprevisible para las personas, pero deben ser previsibles para las organizaciones".
Le metieron en un calabozo dos días
Pare terminar, ha querido referirse a lo que pasó desde el accidente hasta que le llevaron a declarar al Juzgado de Instrucción nº 3 de Santiago de Compostela. "Cuando me sacaron del tren me llevaron al hospital de Santiago, donde fui ingresado con Traumatismo torácico cerrado, fracturas costales 6ª a 8ª, neumotórax traumático, herida inciso contusa en cabeza, y las consecuencias psíquicas postraumáticas. Por esas lesiones no podía permanecer tendido debiendo pasar todo el tiempo en el sillón de la habitación". Cuando le dieron de alta el día 27," me llevaron directamente a los calabozos de la comisaria de Santiago". "Dicha detención", ha denunciado "no fue ordenada por el Juez sino por la policía, y es que el día 27 (sábado) el Ministro del Interior visitaba Santiago, y parece que era importante que en su rueda de prensa pudiera decir que tenían detenido al maquinista en los calabozos de la Comisaría", donde pasó dos días sentado en el suelo porque "estaba prohibido darle una silla". En cuanto declaró ante el juez, le dejó en libertad.
La Comisión no ha permitido que se reproduzca la conversación íntegra entre el maquinista y la central, tras el accidente, como el compareciente había y ha solicitado
Don Francisco ha terminado así su declaración: "Creo que lo justo es que escuchen esa conversación completa", "si dan permiso podemos oírla" pero la comisión no le ha dado permiso.
La Comisión de investigación parlamentaria no ha permitido que se reproduzca la conversación íntegra entre el maquinista y la central, tras el accidente, como pedía el compareciente. Sin embargo, Gabriel Rufián, el portavoz de ERC, la ha reproducido en su tiempo para preguntar, por lo que el presidente de la comisión, Feliu Joan Guillaumes, que es del PDeCat, ha suspendido la sesión, momentáneamente, al grito de: "Esto es una comisión de investigación no un circo".
Tras unos minutos, en los que se ha desalojado a la prensa de la sala, la sesión se ha reanudado con el turno de preguntas del resto de los grupos. Solo el portavoz del PP, Celso Delgado, ha interrogado acusadoramente a Don Francisco.
Como despedida, el presidente Guillaumes, ha pedido disculpas al compareciente y ha explicado que decidió no emitir el audio por consejo de la jefa de gabinete de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que le recomendó no emitir ni mostrar ninguna prueba, sea pública o privada, que sea parte de un proceso judicial.
Francisco José Garzón Amo, el maquinista del Alvia siniestrado, que ha llorado en numerosas ocasiones durante su comparecencia, ha abandonado el congreso muy afectado y no ha querido hacer declaraciones a su salida a la numerosa prensa que le esperaba.
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