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Podemos completa su desconexión de Sumar y toma posición de cara a la investidura de Sánchez

El partido refuerza su autonomía frente a Yolanda Díaz en vísperas de la votación de investidura y abre la puerta a replantearse sus alianzas con otras fuerzas de la izquierda, como los comuns.

Ione Belarra, Irene Montero y otros miembros de la dirección de Podemos, este sábado en Madrid. Fernando Villar/EFE

Alexis Romero

El refuerzo político e identitario de Podemos al margen de Sumar y de la correlación actual de fuerzas en el espacio de la izquierda alternativa ya es un mandato militante de la organización. Este sábado el partido ha anunciado la aprobación del texto que sienta las bases de la hoja de ruta que los de Ione Belarra seguirán de ahora en adelante, a días de la eventual investidura que afrontará Pedro Sánchez.

El documento sienta las bases o líneas generales de una estrategia cuyo alcance se verá en los próximos meses, pero que deja abierta la puerta a un giro profundo en el escenario no sólo de la legislatura, sino de la izquierda.

Para ejemplo, el de la doble militancia. El texto recoge la prohibición de la doble militancia en el seno de la organización, es decir, que un inscrito de Podemos no puede estar afiliado a otra formación política. Esta regla se ha interpretado en muchos sentidos, y en un principio se llegó a relacionar con la posibilidad de que personas de Podemos que actualmente están muy vinculadas a Sumar, como el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, no pudieran tener una doble afiliación formal.

Sin embargo, este sábado la secretaria general de Podem (la marca de Podemos en Catalunya), Conchi Abellán, avanzó en el acto de presentación del documento que la norma de la doble militancia anticipa una “hoja de ruta propia” y decisiones propias para un Podem que comparte muchos espacios con los comuns de Ada Colau (aunque en ningún caso tiene lugar en la actualidad una doble militancia en Catalunya).

Las declaraciones de Abellán eran un aviso a navegantes de lo que el partido pretende trasladar con el documento político aprobado este sábado: Podemos tiene una serie de objetivos propios que no subsumirá en ninguna otra hoja de ruta, tampoco la de Sumar.

Diferencias políticas y estratégicas con Sumar

Si algo deja claro el texto (y también el acto de este sábado) es que las diferencias organizativas y personales entre la formación morada y los de Yolanda Díaz no son solo fruto de las tensiones vividas en el último año y medio, llevadas al extremo en el acuerdo electoral que excluyó a Irene Montero de las listas; Podemos tiene diferencias políticas y estratégicas de calado con Sumar.

En el documento se rechazan dos de los principios que Yolanda Díaz han convertido en sus símbolos de identidad: el trabajo discreto y en silencio y la huida de la polarización y la confrontación políticas. En el texto Podemos defiende el ruido para lograr objetivos políticos: “la gente corriente siempre tiene poco que ganar en los despachos a puerta cerrada y mucho que ganar cuando los debates se abren a la calle. Sin ruido, un Gobierno de coalición es retroceso y asimilación de la fuerza más transformadora a la más conservadora”, reza el texto.

El silencio siembra antipolítica, levantarse con unos y con otras y hacer mucho ruido es la semilla de la esperanza, las cosas son posibles porque el pueblo quiere que sean posibles. Callar es renunciar y conformarse, dejar que manden los que han mandado hasta ahora. Los besos y los abrazos se dan enseñando los dientes a los poderosos”, apuntalaba Irene Montero, número dos del partido, en el acto de este sábado.

Una de las conclusiones de esta reflexión que ha hecho el partido es que el proceso de confluencia de las izquierdas en torno a Sumar de los últimos meses ha sido “una operación que tenía por objetivo sustituir a Podemos por una izquierda servil al régimen. No somos ese tipo de proyecto político y, ante todo, no lo queremos ser”, avanzó Ione Belarra.

El cambio de rumbo de la organización se produce en vísperas de una eventual investidura del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que trata en la actualidad de conseguir los apoyos necesarios para superar este trámite parlamentario. Uno de los puntos del texto recoge que “en cualquier caso, los votos de los y las representantes de Podemos en las instituciones se deben negociar y nunca se regalan”.

Un Gobierno de coalición "de anécdota"

Belarra y Montero denunciaron en el acto que, a su juicio, el Ejecutivo que están negociando Sánchez y Díaz es un Gobierno “en el que sólo manda el PSOE, en el que Sánchez hace y deshace a su antojo”. “Ahora quieren que ese Gobierno de coalición sea una anécdota y dicen que nuestro camino de transformación ha terminado. La única fórmula mágica que se les ha ocurrido es intentar sustituir a Podemos por otro partido que no incomode a los que mandan sin presentarse a las elecciones”, defendieron.

Con este documento, que ha recibido numerosas aportaciones de la militancia en el último mes, Podemos da carpetazo a la hoja de ruta que se fijó el partido en la última Asamblea Ciudadana, y que tenía como base “hacer presidenta a Yolanda Díaz” y tejer un espacio en el que Belarra reforzara la organización política mientras la dirigente de Sumar buscaba ensanchar el espacio en su conjunto.

Esta colaboración se ha ido dañando en el último año y medio, y terminó de dinamitarse tras el acuerdo electoral del mes de junio par concurrir al 23J. Ahora la ruptura con esa estrategia queda escrita, rubricada y refrendada por la militancia de Podemos; se abre un nuevo escenario incierto en el espacio de la izquierda alternativa.

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