Este artículo se publicó hace 9 años.
Ciudadanos sueña con 100 diputados
Rivera se marca como "suelo" los resultados del CIS que todavía le sitúan como tercera fuerza. ¿El objetivo principal? Arañar votos del PSOE y vencer al nacionalismo en Catalunya
-Actualizado a
MADRID.- Salir "a ganar". Al menos, al PSOE, y que así los resultados de las elecciones terminen de decantar la balanza que a día de hoy oscila en las encuestas. Ese es el objetivo de Albert Rivera a la hora de encarar la campaña electoral: seguir arañando votos de los socialistas. Su suelo: el CIS. Su techo: "ninguno".
La mayoría de los sondeos sitúa a Ciudadanos como tercera fuerza política, pero algunos le colocan por encima del PSOE. En lograr que el resultado final sea este último se centrará la estrategia del tsunami naranja que, ya asentado en España después de una expansión exprés fuera de las fronteras catalanas donde nació, espera teñir de ese color también la Moncloa. Y es que, de conseguir su cumbre deseada (el centenar de diputados), Rivera tendría opciones de convertirse en el próximo presidente del Gobierno.
El equipo electoral de C's afronta la campaña “con humildad” y rebaja ese cálculo a una horquilla de entre 73 y 96 escaños repartidos entre “todas las provincias” españolas, a excepción de Teruel, Vizcaya, Guipúzcoa, Cáceres, Ourense y Lugo. Pero, según sus propios cálculos internos, su “línea de crecimiento” hace que no se pongan “techo”.
Para lograr los 100 harán especial hincapié en los que ya se han convertido en sus feudos de votantes: Catalunya, el Levante (Valencia, Murcia) y Madrid y Zaragoza, pero también aprovecharán el tirón recibido en las pasadas municipales en provincias más pequeñas como Guadalajara, Ávila (la ciudad de Adolfo Suárez, figura que Rivera utiliza para hablar de su “Segunda Transición Ciudadana”) o Soria, que sólo reparte dos escaños de los que C's aspira a conseguir uno.
C's espera escaños en todas las provincias, a excepción de Teruel, Cáceres, Vizcaya, Guipúzcoa, Ourense y Lugo
Asimismo, pretenden afianzar su presencia en Andalucía donde, además de haber conseguido mejor resultado de lo esperado en los comicios de marzo, han observado también un posible crecimiento de sus apoyos. El presidente del partido, la figura sobre la que girará toda la campaña montada a la americana, dedicará prácticamente toda la campaña a estas zonas: visitará Zaragoza mañana y ya la próxima semana pisará Cádiz, Sevilla, Granada, Málaga, Alicante, Murcia y Valencia, entre otras localidades como Toledo, también.
Contando con llegar a ser incluso primera fuerza en varios de esos territorios, Ciudadanos ha reservado la última semana para visitar el norte de España. Galicia y Euskadi no son autonomías afines al partido -en el primer caso porque su propia falta de estructura interna en la comunidad les ha impedido implantarse allí; en el segundo, por la postura antinacionalista de C's- pero también allí intentarán convencer de la necesidad de “cambio sensato”.
Entre tanto viaje, Rivera se centrará en Madrid y Barcelona (donde según el CIS conseguiría 10 y 9 escaños, respectivamente), en su intención de presentarse como el posible “primer presidente catalán”. Además, vende su equipo, se trata de estar presentes en la capital, “donde comenzará la nueva etapa política” que termine con el bipartidismo, y “no renunciar” a sus orígenes al mismo tiempo. De hecho, Catalunya será especialmente relevante para los Ciudadanos. Tal y como ha expresado el propio candidato en numerosas ocasiones, para ellos es una “motivación adicional” poder vencer al nacionalismo allí.
Tras haber convertido el 27 de septiembre el “cinturón rojo (socialista) en naranja”, haber ganado allí donde antes lo había hecho Ada Colau (el barrio de Nou Barris) y haberse posicionado como segunda fuerza en la comunidad, C's quiere ahora superarse a sí mismo y convertirse en la primera. Ello supondría, según Rivera, lanzar un mensaje al mundo y desmentir a Artur Mas cuando alega que existe una mayoría social independentista en Catalunya.
Precisamente, ese -la lucha contra el separatismo- es uno de los dos ejes principales de la campaña ciudadana: “Un nuevo proyecto común para España”, lleva por lema. Rivera se vende como el nuevo Adolfo Suárez, capaz de sentar “a todos” a la mesa para iniciar una “nueva Transición” que rompa con el bipartidismo y suponga la “regeneración” de la política dentro de un país “unido”. El otro, el de la “ilusión” que pretenden transmitir al electorado para que voten por el cambio “feliz” y no por el cambio del "enfado" y la indignación de Podemos.
En medio de tanto simbolismo (como el de la nueva visita a Ávila, la ciudad de Suárez, por ejemplo), dos golpes de efecto: un acto en el Palacio de Vistalegre, donde pretenden desactivar a Pedro Sánchez, “el gran derogador” -como le llaman-, y otro en Bruselas. ¿Para buscar el apoyo del voto exterior? No exactamente. Para afianzar la imagen de Rivera como hombre de Estado que, además, tiene apoyos internacionales. Allí coincidirá, el día 17, con Mariano Rajoy. Mientras el presidente del Gobierno tiene previsto acudir a una reunión del Consejo Europeo, el presidente de Ciudadanos prevé reunirse con sus homólogos del grupo Alde (liberales y democrátas europeos) que ya han llegado a gobernar un país: Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Eslovenia, Estonia y Luxemburgo.
El perfil del votante de C's: hombre, con renta superior a la media, titulación superior y de grandes ciudades
Es más, Rivera -cuyo caladero de votantes se encuentra en hombres de renta superior a la media, con titulación superior y residente en grandes ciudades, mayoritariamente- no busca el voto de ningún en sector en concreto: ni el de los españoles emigrados, ni el de las mujeres, ni el de los mayores, ni el de los jóvenes. “No vamos a hacer ingeniería social”, sentencian fuentes del partido. Sí lanzaran, en cambio, un mensaje unitario en todos los rincones de España, aunque adaptando los discursos a la actualidad local de allí donde se encuentren cada día. Para llegar a todas partes, un crédito de 4 millones de euros con el Banco Popular que esperan poder devolver en cuanto lleguen a la Cámara baja. Según sus estimaciones, con sólo alcanzar 43 escaños sus ingresos se verán incrementados en 6 millones de euros.
Una chocolatada, paseos por las ciudades en los que Rivera pueda darse sus baños de masas, mítines sin los atriles "de la vieja política", con una escenografía “sorprendente” -prometen- y una puesta en escena “que será bastante comentada” -esperan- marcarán los próximos 15 días de la “ruta naranja”. Pero la gran actuación del candidato tendrá lugar en uno de los símbolos socialistas por excelencia y que también utilizó Pablo Iglesias como símbolo en la Asamblea constituyente de Podemos: el Palacio donde José Luis Rodríguez Zapatero se hizo con las riendas del PSOE y llenó el barrio de Carabanchel del llamado “espíritu de Vistalegre”. Desde entonces, fue el amuleto del expresidente tanto para las elecciones generales de 2004 como en las de 2008.
Ahora será Rivera quien, de nuevo queriendo lanzar un mensaje a los votantes socialistas, intente llenar el recinto. Esperan, con "ambición", dicen los Ciudadanos, que 14.000 personas arropen a su candidato a la Presidencia del Gobierno. Un candidato en el que se centrará toda la campaña “a lo Obama” -sin perjuicio de que otros miembros del partido celebren hasta 500 actos paralelos en todas las provincias-, que ha abierto la campaña y que pasará la noche electoral, otra vez, en otro lugar simbólico: el hotel Eurobuilding de Madrid, donde Adolfo Suárez -y también José María Aznar- celebraban sus victorias electorales.
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