Este artículo se publicó hace 9 años.
Ciudadanos se dispara en los sondeos y podría imponer sus condiciones al PP a cambio de la mayoría absoluta
El partido de Rajoy sufrirá una debacle electoral el 20-D, con sus peores resultados en un cuarto de siglo (sólo 120 escaños), pero podría aferrarse al poder si recibiese el apoyo de C's –según la proyección de Jaime Miquel y Asociados para 'Público'– porque el partido naranja entrará en el Congreso con 59 diputados y la suma excede los 176 precisos.
Carlos Enrique Bayo
-Actualizado a
A lo largo de este año, la derecha ha sido condenada por todos los estudios demoscópicos a perder la mayoría absoluta en el Congreso, y con ella el poder. Pero el fenómeno de Ciudadanos acaba de dar la vuelta a la tortilla socio-política y ahora los sondeos auguran que el Partido Popular podría seguir gobernando tras las generales del 20-D con el apoyo del partido de Albert Rivera, igual que ocurre actualmente en la Comunidad de Madrid.
Por primera vez, el análisis prospectivo del Observatorio Continuo de Jaime Miquel y Asociados para Público estima que PP y C's sumarán una mayoría absoluta de escaños tras las elecciones generales, a pesar de que el partido de Rajoy se desplomará –perderá 66 diputados y casi cuatro millones de votos–, porque Ciudadanos se ha disparado en las preferencias de los encuestados y conseguirá 59 parlamentarios. Un acuerdo entre ambas formaciones superaría en tres asientos la mayoría absoluta (176) de la Cámara Baja.
No obstante, la debacle del PP –al hundirse muy por debajo del suelo de 130 escaños que en el partido se considera el límite de la "catástrofe"– y el despegue meteórico de Ciudadanos permitiría a Rivera poner condiciones draconianas para salvar de la quema a los conservadores, posiblemente empezando por apartar definitivamente a Rajoy.
Esta es la principal conclusión del desk research elaborado por el gabinete JM&A evaluando los antecedentes electorales de este año y efectuando un tracking constante de toda la demoscopia publicada.
En cualquier caso, lo que es ya incontestable de la serie de barómetros, encuestas y sondeos efectuados –JM&A ha ponderado los 15 más importantes, incluidos los del CIS– es el fin del bipartidismo que ha dominado la política española durante más de 30 años: los dos partidos emergentes suman ya más de 8,2 millones de votantes (uno de cada tres), con lo que se ha desplazado radicalmente el eje tradicional del poder político. En el nuevo ring parlamentario lucharán cuatro partidos; y no tres, como pretenden algunas extrañas encuestas que quitan arbitrariamente un millón de votos a Podemos para asignárselos al PSOE o transfieren también inexplicablemente otros tantos sufragios del PP a Ciudadanos.
Así que el baile de dos parejas mal avenidas marcará el paso tras el 20-D y podría incluso acabar forzando unas elecciones anticipadas, algo que temían los dos grandes a la vista de la serie de sondeos tras las autonómicas catalanas. No obstante, una nueva ráfaga de encuestas apunta ya a que la mayor parte de los indecisos que dudan entre Podemos y Ciudadanos se inclinarán por esta última formación, haciendo que la balanza caiga hacia la derecha y que el partido de Pablo Iglesias gane sólo 39 escaños.
Según estos cálculos de JM&A, el PSOE conservará a casi todos los indecisos de su granero electoral, pero aún así caerá a 94 diputados, muy por debajo del mínimo histórico de los 110 que obtuvo Rubalcaba en 2011. Por tanto, quedará en una posición de debilidad que no propiciará en absoluto una gran coalición con el PP, única otra alternativa de gobernabilidad, puesto que la hipotética alianza PSOE-C's que tanto se baraja estaría muy lejos de la mayoría absoluto (sólo sumarían 153) y todos los analistas descartan de plano un tripartito con Podemos.
En concreto, las transferencias de votos (una vez asignados los indecisos) que llevarían a esta complicada situación parlamentaria quedan detallados en el gráfico interactivo siguiente:
Ciudadanos y Podemos se nutren de la descomposición de los cuatro partidos hasta ahora dominantes a derecha e izquierda del espectro
Del estudio de estas transferencias (según la estimación prospectiva de JM&A) se deduce que tanto Ciudadanos como Podemos se nutren principalmente de la descomposición de los cuatro partidos hasta ahora dominantes a derecha e izquierda del espectro: C's se agiganta al fagocitar a más de 2,5 millones de votantes de PP o UPyD (que formarán el 56,4% de su electorado) y Podemos forma casi la mitad (49,3%) de su nueva base electoral cautivando a más de 1,8 millones de seguidores de PSOE o IU.
Por descontado, ambos partidos emergentes son también los más destacados en atraer abstencionistas (en torno a 700.000 cada uno) y también son atractivos para la juventud (ambos ganan unos 300.000 nuevos votantes, que cumplieron 18 años después de 2011). Sin embargo, el PSOE descolla aun más en este último segmento de la población, ya que es el que más jóvenes conquista (casi 400.000 recién incorporados al censo).
El que se precipita vertiginosamente hacia la obsolescencia es el PP, con sólo 180.000 nuevos electores y un 93% de sus fieles del núcleo duro que llevan apoyando al partido casi desde su refundación, tras la Alianza Popular de Fraga, en 1989. De hecho, el número de votantes procedentes de las filas más prietas del PP que apoyarán a Rajoy estará poco más de un millón por encima del que ya obtuvo Aznar en su humillante derrota de aquel año, cuando hubo cinco millones menos de votos válidos de los que ahora se esperan.
Sin embargo, Rajoy podrá seguir alardeando de victoria –por muy pírrica que sea– gracias a las zonas rurales, que le permitirán quedar primero en las comunidades sin grandes urbes; a una exigua ventaja en feudos tradicionales como Madrid o Valencia (donde ganará pero con menos de un tercio de los votos), y a su indiscutible preeminencia en Galicia (45,3% de los votos y 14 escaños), Castilla y León (35,4% y 17) y Castilla-La Mancha (35,4% y 10). Pero sus demoledoras derrotas en Catalunya y Euskadi (en las que sólo obtendrá uno de cada diez votos, o menos) y su incapacidad de vencer en la comunidad con más diputados que ninguna (Andalucía, con 61 escaños, donde quedará tres puntos detrás del PSOE) dejarán en agua de borrajas su primera posición global.
El PSOE mantendrá su supremacía en Andalucía (31,7% de los votos y 23 diputados) y Extremadura (38,5% y 5), pero mostrará debilidad en muchas comunidades.
Este gráfico interactivo muestra el reparto de escaños por comunidades previsto en esta oleada del Observatorio Continuo de JM&A:
Esta distribución de escaños por comunidades refleja también el ascenso de Ciudadanos fuera de su cuartel general catalán, un auge que precisamente se agudiza más en comunidades con rivalidades históricas con Catalunya, donde queda en segunda posición: el País Valencià (un 20,9% de votos y 8 escaños), Madrid (23,5% y 9 diputados) y Murcia (23,9% y 3). Una clara indicación de que Rivera está capitalizando su retórica antinacionalista en los antiguos bastiones españolistas del PP. Incluso obtendrá (según JM&A) un 20,9% de los votos en Castilla y León (5 escaños) y un 21,6% en Aragón (3 diputados).
Pero la apuesta antinacionalista de C's lo penaliza duramente en Euskadi (donde obtiene casi diez puntos menos que su media estatal), Navarra (-6,5) y Galicia (-6 puntos). Y Extremadura le queda demasiado lejos (no saca ningún diputado).
En cuanto a Podemos, sólo queda en segunda posición en Asturias (con el 21,6% y 2 escaños) y Navarra (17,6% y 1), aunque muestra fortaleza en comunidades importantes como Madrid (19% y 7 diputados) o Aragón (19,1% y 2). En otras autonomías cruciales, como Andalucía (14% y 8) o el País Valencià (14,2% y 5) se mantiene en torno a su media general en todo el Estado.
Sin embargo, estos cálculos sobre la formación de Iglesias pueden verse drásticamente alterados por las alianzas territoriales de confluencia que están todavía por cerrar y que cambiarían la correlación de fuerzas en muchas circunscripciones. Sobre todo en Catalunya (donde una lista conjunta con Barcelona en Comú e ICV le daría un fortísimo empujón), el País Valéncia (en el que un acuerdo con Compromís cambiaría la ecuación), Galicia (con las mareas atlánticas) o incluso Aragón (si Echenique pacta con Ahora Aragón en Común).
Todo ello, además, dependiente de una campaña electoral que será más decisiva que nunca, precisamente porque hay más indecisos que nunca: 3 millones de electores confiesan no saber a quién votar... o si votarán.
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