Público
Público

La campaña que demostró que la derecha ha agotado el recurso de ETA en Euskadi

El PP ha esquivado hablar de ETA y ha sido el PSOE quien, entrando en la recta final, ha visto aquí un flanco por el que atacar y escenificar distancia con EH Bildu.

Alberto Núñez Feijóo
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, interviene durante un acto de campaña junto a Javier de Andrés, candidato en el País Vasco. H.Bilbao / Europa Press

Se les gastó de tanto usarlo. Es habitual que la derecha y la extrema derecha recuperen a la banda terrorista ETA, que anunció el "cese definitivo" de su actividad en 2011 tras haber asesinado a 850 personas, herido a más de 2.500 y secuestrado a casi 90 entre 1968 y 2010, en pro de su estrategia política. La respuesta en la izquierda siempre es contundente: "Cuando en España ETA no es nada, para el PP, ETA es todo", le espetó Pedro Sánchez a Alberto Núñez Feijóo hace algo más de un año en medio de otra campaña electoral, la de las autonómicas y municipales del 28 de mayo.

Sin embargo, la campaña en Euskadi ha estado lejos de discurrir por estos derroteros. Contra lo que se pudiera pensar, el PP ha esquivado hablar de ETA y ha sido el PSOE quien, entrando en la recta final,
ha visto aquí un flanco por el que atacar y escenificar distancia con EH Bildu.

Según Asier Blas, politólogo en la Universidad del País Vasco, los socialistas han identificado a un "votante de izquierdas que ahora se va a Bildu y le han puesto eso sobre la mesa para que actúe como desmovilizador". Apunta sobre todo a un perfil de mayores de 50 años. Tiene claro que la formación abertzale tendrá "algunas dificultades" por esto, pero no demasiado significativas. "El tema de ETA como revulsivo electoral está agotado. No da", remacha. Y así se explica la otra —la nueva en Euskadi—cara del PP.

Hace menos de un año, en la campaña para las elecciones autonómicas y municipales de 2018, Díaz Ayuso aseguró que "ETA está viva" y "en el poder". De forma simbólica, tanto ella como su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, iban entonces en las listas municipales de Bilbao y Durango, respectivamente.

Pero Ayuso ha orillado esta homilía en la campaña que recién acaba. Este martes estuvo en Euskadi dando apoyo al candidato del PP a las elecciones, Javier de Andrés y borró a ETA de su discurso. Hizo lo que querían que hiciese en el País Vasco y eso que pocas horas antes le habían pisado el callo al candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, cuando le preguntaron por su consideración de la banda terrorista en una entrevista en la Cadena SER y se resistió a calificarlo como tal —"ETA fue un grupo armado que puede tener diversas consideraciones", dijo—.

La polémica ha coleado durante los últimos días de la campaña, sobre todo a raíz de la airada respuesta del PSOE, y sin embargo el PP ha pasado de puntillas por ella. Hasta Ayuso, a quien se le atribuye el discurso más duro en este asunto (y en casi todos). Ni ella ni Alberto Núñez Feijóo han aventado este fantasma al que con facilidad recurren en la batalla nacional. Así lo diseñó la dirección del PP vasco, en sintonía con Génova, conscientes de que este argumento está "amortizado" para ellos. Esa fue también una de las claves de la predilección de Feijóo por De Andrés, con un perfil menos inflamatorio y la intención de redirigir el discurso de los populares vascos hacia cuestiones más materiales que identitarias.

"Ese discurso de PP y Vox es demasiado burdo y no matiza lo suficiente. No hay nadie en Euskadi que pueda creer que la democracia no ha derrotado a ETA", reflexiona en conversación con Público el exministro y exvicelehendakari socialista Ramón Jáuregui. Tiene una explicación sociológica para ello: "Yo lo llamo la posmemoria. Hay una voluntad expresa de olvidar el pasado y no manchar el presente y hay una voluntad enorme en esta generación de la sociedad vasca de pasar página. Hay una parte que no sabe, que son los jóvenes, y otra que ya no quiere seguir ahí. Y en eso no ha podido penetrar nadie. Ni PP ni Vox han podido porque en la sociedad no existe".

"Bildu ha sido blanqueada por los actores políticos del momento y coincide con la voluntad de la sociedad", añade. Según las últimas encuestas —desde el lunes la ley electoral impide publicar sondeos—, EH Bildu se ha colocado como favorito para ganar las elecciones y su candidato es el mejor valorado.

El "oportunismo" del PSOE

Eso explicaría el PSE (Partido Socialista de Euskadi) de los últimos días de campaña. "La reacción ha sido exagerada", señala Jáuregui, y responde a "pura competencia electoral". Desde el candidato socialista, Eneko Andueza, hasta varios ministros del Gobierno han tachado al candidato de Bildu de "cobarde" y de "falta de madurez democrática". La derecha lo califica de "hipócrita".

"Nos faltan banderas en Euskadi y la gestión que tenemos no es para sacar pecho así que han vuelto a este discurso viejo, han visto la oportunidad de levantar la bandera de siempre", sostiene también el exdiputado socialista Odón Elorza, crítico con la dirección del partido. Para Elorza, "hablar de ETA está agotado, no vende nada y no atrae nada para el PP" a nivel electoral. Si lo ha hecho su partido, cree, es porque ha intentado desmarcarse "del papel subsidiario respecto del PNV", que también se ha lanzado contra Bildu, aunque en cierto modo de forma contenida.

"Sacar a ETA es una forma de esquivar los temas"

El 'tropiezo' de Ontxandiano en la que estaba siendo una muy buena campaña por parte de los abertzales —en esto hay unanimidad— se produjo el lunes por la noche. Andueza avivó el fuego el martes por la mañana —en una entrevista también en la Cadena SER— y durante la jornada fue el tema central, al menos mediáticamente. Pero cuando los candidatos se vieron las caras esa misma noche en el debate de la televisión vasca, ninguno sacó el tema. "Nos sorprendió a todos. Nos mirábamos de reojo a ver quién lo iba a sacar y al final no lo sacó nadie", cuenta Lander Martínez, director de campaña de Sumar y diputado por la misma formación en el Congreso.

"Fue sorprendente, sí", apuntala Jáuregui. Para Asier Blas, la explicación es clara: "La percepción que hay aquí es que sacar a ETA es una forma de esquivar los temas". PP y Vox lo han entendido a base de malos resultados en las urnas.

Los de Santiago Abascal tampoco han azuzado por ahí en esta campaña hasta los últimos días, cuando han visto que el PP no reaccionaba con la dureza de otras ocasiones y que les dejaba el camino libre. El líder de Vox aseguró este jueves que votar al PP era "votar a Bildu en diferido" porque utilizaban el "mismo lenguaje" al referirse a Euskadi como a "un gran país". En el PP saben que el argumento de ETA opera como un elemento de crispación y que, con un PNV que se lleva el voto útil, la polarización sólo favorece a la extrema derecha. Y el principal objetivo de Génova es ya quitarle el único escaño que tienen en el parlamento vasco.

Además, la entrada —de alguna forma accidental— de ETA en la campaña vasca en esta última semana le ha dado un foco a la política vasca que no estaba teniendo. Probablemente porque no se ha planteado como una batalla Sánchez vs. Feijóo como en comicios anteriores; pero también porque el papel de los partidos estatales no es el protagonista. Jauregui cree que también influye que "el resultado no va a alterar el status quo, ni nacional ni vasco". Apunta así a la continuidad de un gobierno de PNV y PSOE.

En el arranque de la campaña, el candidato del PNV, Imanol Pradales, avisaba en una entrevista con Público: "Un lío en Euskadi traerá líos en Madrid". Así, con las urnas ya preparadas, la política se somete a examen intentando, pese a todo, apartar los líos con los que no pocas veces se ha embarrado la política nacional.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias