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Elecciones gallegas Ana Pontón, la feminista que ha resucitado al BNG

Tras ocho años de travesía en el desierto la formación nacionalista obtiene los mejores resultados de su historia de la mano de su líder, una declarada feminista que ha aplicado una receta tan valiente como eficaz: renovar rostros y discurso para ofrecer una versión más moderna y transversal del nacionalismo gallego.

Ana Pontón
Ana Pontón , durante la campaña electoral. (EFE)

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Tras ocho años de travesía en el desierto el Bloque Nacionalista Galego (BNG) ha resucitado de sus cenizas y ha vuelto con fuerza a la primera línea de la política gallega tras cosechar el mejor resultado de su historia en las elecciones de este pasado domingo. Los 19 diputados obtenidos en estos comicios –más del triple de los que obtuvo en 2016– superan los 18 que la formación nacionalista se apuntó en 1997. Un éxito incuestionable que lleva la firma de Ana Pontón, líder del BNG desde 2014, y la gran responsable de que el nacionalismo gallego recupere su tradicional espacio en la izquierda, un  espacio que en los últimos años, al menos desde 2012, había ido perdiendo por, primero, el empuje de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) de su histórico dirigente Xosé Manuel Beiras y de En Marea y Podemos después.

De 43 años, Pontón (Chorente-Sarria, Lugo, 1977) asumió en 2014 las riendas del BNG en las horas más bajas de la formación. Desde entonces ha pilotado la refundación del BNG con una labor de hormiguita, con mucha discreción y esfuerzo. Hoy todos los titulares de prensa la bautizan como la "salvadora" del BNG, como la política que ha resucitado a la formación nacionalista y que la ha devuelto a sus orígenes. 

Sin rastro de personalismo ni de excentricidad, Pontón ha logrado, en seis años de liderazgo, reconstituir a una organización sangrada por dentro por las escisiones de 2012, ya cicatrizadas. Ha superado una difícil etapa: en el peor momento de la historia del BNG, Pontón consiguió que la formación nacionalista salvase su grupo parlamentario en 2016, año en el que también asumió la portavocía nacional. Y todo ello lo ha hecho aplicando una receta tan valiente como eficaz: renovar rostros y discurso para ofrecer una versión más moderna y transversal del nacionalismo gallego, situar al frente de las candidaturas a jóvenes mujeres como lo son Olalla Rodil y Noa Presas y apelar a una base más amplia de votantes.

Licenciada de Ciencias Políticas e integrante de la Unión do Povo Galego (UPG) –fuerza mayoritaria dentro de la formación nacionalista–, Pontón conoce muy bien el espacio político del nacionalismo gallego: empezó a militar a los 16 Galiza Nova y su trabajo político empezó a fraguarse en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Santiago de Compostela, ciudad a la que desde entonces permanece muy vinculada. Es toda una veterana joven. 

En esos primeros años de actividad política ya podían apreciarse los rasgos de la personalidad política de Pontón: feminista declarada, inteligente, proactiva, eficaz y clara en su discurso. Los años de militancia le han dado mucha experiencia y han desarrollado su instinto político: es una experimentada diputada, desde que en 2001, con apenas 24 años, llegara al Parlamento gallego. Pese a su juventud, llamó la atención desde el primer minuto con un discurso bien articulado al tiempo que contundente. Todavía se recuerdan sus enfrentamientos con el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, todo un dinosaurio político por aquella época. 

Desde entonces ha crecido en el BNG hasta convertirse en lo que es hoy, la líder de la oposición a Alberto Núñez Feijóo. Tras una campaña centrada en su figura, Pontón llegó a estas elecciones siendo madre de una niña y enarbolando la bandera del feminismo y las medidas de conciliación.

Ahora tiene cuatro años por delante para consolidar una alternativa al PP en un escenario de vuelta a la legislatura de 2009, con solo tres formaciones políticas. Nadie duda de lo que hará bien: si fue capaz de fagocitar a En Marea y Podemos con mucho sentido común y sensatez, son muchos los que creen que se lo va a poner difícil a Feijóo.


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