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Amparo Lasheras: “Cuando Fraga
da la orden de disparar en Vitoria
la Transición ya estaba pactada"

La periodista, testigo del clima revolucionario que desembocó en la matanza del 3 de marzo de 1976 en Vitoria, culpabiliza a la Transición de taponar la embrionaria lucha por los derechos laborales

La periodista abertzale Amparo Lasheras.-EFE

PATRICIA CAMPELO

@patriciacamcor

MADRID.- Tenía 26 años y le faltaba un mes para dar a luz. La periodista y escritora Amparo Lasheras (1950), autora de Gasteiz 3 Marzo 1976. Un recuerdo 25 años después (2001), trabajaba como profesora ayudando a jóvenes a conseguir el certificado de estudios. El 3 de marzo, acudió a la asamblea de la iglesia de San Francisco, un gesto habitual en los últimos meses, cuando las reuniones de trabajadores se celebraban en las parroquias de los barrios.

Las clases se habían suspendido, ya que la mayoría de alumnos secundaban la huelga, “trabajaban de aprendices en las fábricas”, apunta Amparo quien, las últimas semanas del conflicto, acostumbraba a acudir con ellos a las asambleas y, después, comentarlas en clase. Poco antes de las cinco de la tarde, se acercó a la asamblea de Zaramaga cuando alguien la disuadió, advirtiéndole que por la mañana se habían producido tiros en la zona de la Avenida. La periodista acude esta tarde a un coloquio en el Ágora de Getafe, en el marco de los actos por el 40 aniversario del 3 de marzo.

¿Considera que se ha superado aquel relato que criminalizaba a los trabajadores de la huelga general de Vitoria del 3 de marzo?

En Gasteiz, y sobre todo entre la clase trabajadora, quedó claro que aquello había sido una masacre y, después de haber oído en las cintas cómo ordenaban disparar, se vio que aquello fue responsabilidad del Estado para dar ejemplo a mucha gente que pensaba que las cosas podían cambiar. En la iglesia [de San Francisco] había muchas personas, pero en los alrededores también, y vieron lo que había pasado. Era muy difícil que mintieran, y la huelga general fue total. Centros de enseñanza, tiendas, comercios... Vitoria estaba en silencio por la huelga.

¿Cómo condicionó la represión en Vitoria a la lucha obrera de los siguientes meses y años?

Cuando Fraga da la orden de disparar la Transición ya estaba pac  tada

A los de mi generación, y más jóvenes, les marcó mucho en cuanto a darse cuenta que cuando crees mucho en algo y luchas por ello se puede ganar. Pero luego entró todo el montaje de la Transición. Cuando [Manuel] Fraga, o el gobierno colegiado de entonces, da la orden de disparar y de escarmentar, la Transición ya estaba pactada. El PSOE, el Partido Comunista, Comisiones Obreras y UGT ya estaban metidos en la dinámica que les condujo a los Pactos de la Moncloa. Así, el movimiento obrero de Vitoria se intentó tapar.

¿Por qué ese silencio inicial sobre el movimiento obrero en Vitoria?

Porque puso de manifiesto que es la asamblea de la fábrica la que tiene que decidir. Y que son los trabajadores quienes deben luchar por sus propias reivindicaciones. Y ese sistema no entraba dentro del programa de la Transición, de los Pactos de la Moncloa y de todo lo que vino después. Era algo ya pactado, y creado con anterioridad al 3 de marzo del 76. Y mucha gente en la calle eso no lo sabía. Ese día había militantes de los sindicatos clandestinos que luego abandonaron esa lucha y se integraron en el Pacto. Durante muchos años se quiso dejar en el olvido el 3 de marzo para que no sirviera de ejemplo de una lucha de la clase trabajadora, asamblearia y con capacidad de decisión. Ha habido un intento por borrar la esencia de esa lucha. Aquello fue un movimiento obrero revolucionario, y eso a la Transición no le convenía porque querían otro modelo de sociedad y de política. En Vitoria, lo que fue diferente respecto a lo que pasaba en otros sitios fue el tema de la organización y esa ilusión de pensar que se estaba haciendo lo correcto y que era una forma de reivindicar su propia identidad como trabajadores.

¿Fue todo un proceso de empoderamiento político?

Sí, y otro factor muy importante fue la solidaridad entre la gente. Abrían las tiendas de barrio y ayudaban a quien no cobraba. Y los que tenían las huertas de alrededor cada mañana traían verdura gratis. Todo el mundo contribuía. Al final, en los cinco años siguientes, la gente de Gasteiz vio cómo subían sus sueldos y mejoraban sus condiciones de trabajo.

La justicia argentina libró unas órdenes de detención contra algunos de los responsables políticos de la matanza de Vitoria, ¿cree que será lo más lejos que las víctimas puedan llegar ante la justicia?

La impunidad es otro factor que siempre va unido al olvido. Si quieres que la gente olvide un hecho lo que tienes que hacer es que no haya culpables. Y se han dicho muchas cosas, como que no se supo quiénes habían disparado materialmente. Siempre hubo confusión por parte de la justicia para no reconocer la culpa de aquello. Y ahora, pese a la querella y a las órdenes de detención creo que la cárcel no la van a tocar.

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