Este artículo se publicó hace 9 años.
Aguirre duda de que el franquismo fuera "impuesto por la fuerza"
La dirigente conservadora, a cuenta de la intención del PSOE y Ahora Madrid de eliminar los nombres franquistas del callejero de la capital, denuncia que los socialistas pretenden explicar "la Guerra Civil como una guerra entre los buenos y los malos"
MADRID.- La historiadora que Esperanza Aguirre lleva dentro vuelve a la carga. La dirigente conservadora, que ya ha atacado en otras ocasiones a la II República pareciendo justificar el golpe de Estado militar que inició la Guerra Civil, ha cuestionado esta vez que el franquismo "fuera impuesto por la fuerza a todos los españoles".
En un artículo publicado en El Confidencial, Esperanza Aguirre ha cargado contra la propuesta del PSOE de Madrid de eliminar los nombres franquistas del callejero de la capital en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y ha acusado a la izquierda de querer "montar una Inquisición" que revise las calles "uno a uno para dictaminar si el titular fue más o menos antifranquista o más o menos demócrata"
La explicación histórica que utilizan los socialistas para explicar la Guerra Civil, según Esperanza Aguirre, implicaría dos consecuencias: "Que la II República fue un régimen idílico, y que el franquismo fue impuesto por la fuerza a todos los españoles". No obstante, Aguirre no dedica ni una línea más a explicar qué fue el franquismo, ni explica por qué no fue impuesto por la fuerza a todos los españoles, ni tampoco cómo explica que un dictador, que se mantuvo en el poder durante 36 años, accediera al poder dejando atrás cientos de miles de muertos, que a día de hoy se sigue sin investigar.
Aguirre no aporta información de cómo es posible entonces que existan todavía las calles de Los Caídos de la División Azul, del General Yagüe o la plaza Arriba España
La presidenta del PP de Madrid, por contra, sí elogia a los políticos de la Transición, quienes sí "sabían que el Franquismo había sido un régimen dictatorial pero que la oposición antifranquista había sido mucho más escasa de lo que estos nietos y bisnietos pregonan" y dar por cerrado el debate de las calles franquistas de la capital asegurando que "los socialistas de la Transición" ya "impulsaron el cambio de nombres de calles que rememoraban inequívocamente a protagonistas del golpe del 18 de julio y de la dictadura".
No obstante, Esperanza Aguirre no aporta información de cómo es posible entonces que existan todavía las calles de Los Caídos de la División Azul, del General Yagüe o la plaza Arriba España. ¿No fue Yagüe el principal responsable de la matanza de Badajoz? Así, mientras Aguirre elogia los cambios realizados por los socialistas de la Transición critica el intento actual de acabar con las reminiscencias franquistas del callejero acusando a la izquierda de querer "montar una Inquisición" que revise los nombres "uno a uno para dictaminar si el titular fue más o menos antifranquista o más o menos demócrata".
Con este argumento Aguirre llega a su conclusión final utilizando el argumento de la exageración hasta el ridículo para tratar de deslegitimar el intento de los socialistas y de Ahora Madrid de dejar de honrar en las calles de la capital a los responsables del golpe de Estado militar que desembocó en la cruenta Guerra Civil y de la dictadura. "Así llegaríamos a quitarle la calle a Velázquez, por haber sido un entusiasta esbirro de un monarca absoluto, o a Serrano, por haber sido amante de la reina, o a Viriato, por haber sido un obstáculo para la llegada a Hispania de los ilustrados romanos.", sentencia.
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