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Fin de vacaciones en el Congreso: el PP dice "no a todo" a la oposición

La mayoría conservadora se opone a las comparecencias urgentes de ministros que exige el resto de los grupos parlamentarios con la excusa de que la semana próxima empieza el periodo ordinario de sesiones

JUAN ANTONIO BLAY

Ni la polémica en torno al anteproyecto de ley de reforma del aborto, ni el cambio de criterio para elaborar las balanzas fiscales entre el Estado y las autonomías, ni el aumento de marines de Estados Unidos en la base militar de Morón, ni las actuaciones policiales en diversas manifestaciones en solidaridad con el fenómeno del vecindario burgalés de Gamonal, ni otros catorce argumentos planteados por los grupos de la oposición han conmovido el inmovilismo de la mayoría absoluta del grupo popular en el Congreso de los Diputados. La única respuesta ha sido 'no a todo' por parte de la bancada conservadora.

El debate celebrado durante siete horas continuadas en el seno de la Diputación Permanente de la Cámara baja (órgano que suple al pleno fuera de los periodos ordinarios de sesiones, esto es en enero, julio y agosto) ha servido para aumentar el maquillaje de unas vacaciones de casi dos meses, pero en términos parlamentarios puede considerarse estéril. De hecho poco se puede hablar de debate en términos estrictamente parlamentarios toda vez que las intervenciones de todos los oradores han sido lineales, sin cruce de argumentos o turnos de réplica. Un aspecto del reglamento que no contribuye a la calidad del parlamentarismo ni a atraer la atención de los medios de comunicación.

El orden del día de este cónclave, que reúne a la aristocracia de los diferentes grupos parlamentarios -52 señorías de un total de 350-, era monótono: los grupos parlamentarios socialista, de La Izquierda Plural, catalán. Vasco y mixto solicitaban la presencia de un total de diez ministros del Gobierno que preside Mariano Rajoy, más la del Fiscal General del Estado, en sus correspondientes comisiones parlamentarias por un total de 18 asuntos diferentes relacionados con sus departamentos. La exposición de motivos de los grupos peticionarios se ha visto respaldada por el resto de la oposición en todos y cada uno de los puntos. Por lo tanto, ha habido cierre de filas del arco parlamentario enfrentado al Ejecutivo. Enfrente, el grupo popular ha sido inflexible y una tras otra todas sus intervenciones ha tenido la misma respuesta: no.

Los diferentes parlamentarios de la oposición han saturado el diario de sesiones de críticas hacia el Gobierno, especialmente por su insensibilidad a la hora de afrontar asuntos polémicos como la reforma de la actual legislación sobre el aborto, la paralización de la ley anti desahucios del Gobierno andaluz, la actuación policial en las manifestaciones solidarias con el barrio burgalés de Gamonal o las balanzas fiscales en pleno frenesí soberanista catalán.

Pero salvo el énfasis verbal que habitualmente muestra el diputado del PP Martínez-Pujalte, también acompañado por su correligionario Merino, o el desdén a la hora de abordar la reforma del aborto de la diputada conservadora Sandra Moneo, el debate ha sido bastante lineal y reiterativo, como el peloteo de una partida de tenis de los ordenadores de principios de los ochenta. También el expresidente aragonés Santiago Lanzuela, con profusión de fotografías, se ha enfrentado con vehemencia con el diputado de la Chunta Aragonesista, Chesús Yuste, para defender las actuaciones policiales en manifestaciones en Zaragoza vinculadas al movimiento de Gamonal, que el parlamentario de La Izquierda Plural ha calificado como 'ejemplo de represión a la ciudadanía'. Ambos han hecho luego un aparte, cogidos del brazo, fuera de la sala por lo que la sangre no ha llegado al río.

De hecho, uno de los momentos más llamativos de la sesión lo han protagonizado el diputado de ERC, Alfred Bosch, y la portavoz de UPyD, Rosa Díez, a cuenta de las balanzas fiscales. Aquel intervino primero exigiendo claridad en la publicación de las balanzas fiscales y sin los cambios en los criterios de elaboración anunciados por el ministro Montoro, por lo que reclamaba su presencia. El diputado independentista sostenía que ese instrumento financiero demuestra que Catalunya paga más que lo que recibe. Rosa Díez, a continuación, pese a reclamar también la presencia del titular de Hacienda, la emprendió con su vecino de escaño desde una posición radicalmente diferente: la inutilidad de las balanzas y la perversión que generan para alimentar los agravios desde las comunidades hacia el Estado.

En  cualquier caso, los diputados que han intervenido en las siete horas de sesión han puesto de manifiesto que no han perdido el hábito parlamentar pese a las escasas oportunidades que han tenido de actuar en sede parlamentaria desde el pasado 19 de diciembre: al menos la mitad de los que han tomado la palabra han recibido las amonestaciones desde la presidencia de que su tiempo se había agotado y debían poner fin a sus parlamentos. Una presidencia que se han repartido, como buenos hermanos, el titular, Jesús Posada, y su mano derecha, Celia Villalobos, en turnos acompasados para hacer soportable la larga sesión.

A partir de la semana próxima se reinicia el calendario ordinario del sexto periodo de sesiones de esta legislatura con 14 sesiones plenarias repartidas hasta finales del mes de junio con interrupciones con motivo de la Semana Santa y Pascua, dos semanas en abril, y por las elecciones al Parlamento Europeo, una semana en mayo.   

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