Este artículo se publicó hace 7 años.
Trump resucita dos polémicos oleoductos que Obama vetó por su peligro medioambiental
Trump avanza en su plan para impulsar la industria energética y petrolera de Estados Unidos pese a la oposición de los grupos ecologistas
-Actualizado a
MADRID—. Donald Trump sigue sin defraudar a los suyos y sin abandonar la polémica. El recién presidente de Estados Unidos ha firmado en su segundo día de trabajo real dos órdenes ejecutivas para resucitar los polémicos proyectos de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access. Nadie podrá acusar a Trump de no cumplir sus promesas: en campaña electoral dijo que reflotaría estos dos proyectos pese a las críticas de grupos ecologistas.
Trump avanza de este modo, en su cuarto día en la Presidencia, en su plan para impulsar la industria energética estadounidense y favorecer la creación de empleo en el sector petrolero.
Ambos proyectos, a los que se oponen frontalmente los grupos de defensa del medioambiente, fueron vetados bajo la anterior presidencia del demócrata Barack Obama.
El oleoducto Keystone SL, de la canadiense TransCanada, transportará —si nadie lo impide— unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido desde la provincia canadiense de Alberta a diferentes lugares de Estados Unidos, incluidas refinerías de Texas en el Golfo de México.
Los ecologistas habían criticado sus potenciales efectos adversos sobre el medioambiente en parte de su recorrido. No en vano el oleoducto atravesará Estados Unidos de norte a sur.
Por su parte, el Dakota Access, un proyecto de 3.800 millones de dólares, llevará medio millón de barriles de petróleo desde los yacimientos bituminosos de Dakota del Norte a una infraestructura ya existente en Illinois.
Este oleoducto tiene previsto en su plan original atravesar el río Misuri y el lago artificial Oahe, fuentes de agua potable para la tribu Standing Rock Sioux.
Durante el acto de la firma, el presidente Trump apeló a la creación de empleo y al desarrollo industrial como argumentos para justificar la recuperación de estos dos proyectos. En este sentido, Trump abogó por "poner de nuevo a la gente a trabajar".
Los dos proyectos que Trump ha revitalizado afrontaron hace tres años muchas protestas por parte de diversos grupos ecologistas debido al poder contaminante del petróleo procedente de las arenas bituminosas, cuya producción emite un 17% más de gases de efecto invernadero que la extracción convencional de crudo.
Trump firmó además otra orden ejecutiva que establece que la tubería necesaria para construir esos oleoductos "debe estar fabricada en Estados Unidos, porque ahora muchas de las tuberías se fabrican en otros países".
El oleducto Dakota Access contó, además, con una fuerte oposición de la tribu indígena Standing Rock, porque el proyecto echará a perder tierras que consideran sagradas y contaminará las aguas del río Misuri, de las que depende su modo de vida.
Trump firmó además otra orden ejecutiva que establece que la tubería necesaria para construir esos oleoductos "debe estar fabricada en Estados Unidos, porque ahora muchas de las tuberías se fabrican en otros países".
"Vamos a construir nuestras propias tuberías, como solíamos hacer en otros tiempos", sentenció el nuevo presidente.
La empresa responsable del proyecto Keystone XL, la canadiense Transcanada, ha expresado su interés en retomar la construcción del proyecto.
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