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¿Tendrán paciencia los votantes del ultra Milei con su nuevo Gobierno?

La mayoría de los expertos creen que las idas y vueltas en el gabinete aún no impactan en la imagen del presidente electo en Argentina, aunque podría producir una debilidad que repercuta en la gestión.

Combinación de imágenes que muestra al presidente electo de Argentina Javier Milei, en el Movistar Arena de Buenos Aires, a 18 de octubre de 2023.
Combinación de imágenes que muestra al presidente electo de Argentina Javier Milei, en el Movistar Arena de Buenos Aires, a 18 de octubre de 2023. LUIS ROBAYO / AFP

¿Habrá luna de miel para el presidente electo Javier Milei, es decir, tendrán los argentinos cierta paciencia con su gobierno al principio? O, como sucedió con gobiernos anteriores, será la sociedad demandante y esperará resultados inmediatos.

¿El ajuste será tolerado de entrada o los ciudadanos piensan que el ajuste tiene que caer en el otro y aceptará muy poco? La mayoría de los consultores y encuestadores polemizan sobre estos puntos. Sostienen que, tras una primera semana tormentosa de transición, Milei mantiene las expectativas, y sus idas y venidas no impactarán aún en la opinión pública.

Sin embargo, las aguas tumultuosas de la formación del gabinete podrían producir una debilidad que condiciona su gestión. ¿Es Milei en el Gobierno con Mauricio Macri en el poder o es Milei dominando lo que se viene? Y, por supuesto, ¿podrá avanzar sin diputados, sin senadores, sin gobernadores?

Página/12 consultó a diez de los más conocidos consultores de Argentina. Como ya señaló este diario, casi todos adelantaron que Milei se impondría en la segunda vuelta de las elecciones, y tenían claro que a los votos de La Libertad Avanza (LLA) se sumarían los de Juntos por el Cambio (JxC), así como una parte de quienes apoyaron a Juan Schiaretti.

La 'luna de miel' se acorta

Se entiende como luna de miel un período de tolerancia, de enamoramiento con el que llega a la Casa Rosada. El consultor Hugo Haime, de Haime y Asociados, advierte que los tiempos se acortan.

"En general, los gobiernos, cuando empiezan, tienen las expectativas a favor. El tema es que en los últimos cuatro gobiernos las expectativas cayeron rápidamente", comenta Haime.

"Hay que tener en cuenta que hay dos segmentos que construyeron el triunfo de Milei: su núcleo duro de jóvenes, pobres y empobrecidos, que se querían sacar de encima las castas; y el macrismo y el núcleo de Propuesta Republicana (PRO) que movilizó el liberalismo y el antiperonismo".

"También hay que ver cómo impacta la política de shock sobre los sectores populares y cómo reacciona la opinión pública. Por ahora, aún no queda claro si es Milei en el Gobierno pero con Macri en el poder; o es Milei manejando los hilos para no desairar a su aliado, pero finalmente saliéndose con la suya. Todo esto no creo haga mella en la opinión pública por ahora, pero insisto en que los tiempos se acortan", defiende el analista.

Tal vez tenga un tiempo

Analía Del Franco, de Del Franco Consultores, piensa que Milei sí tiene un margen. "Hay un primer impacto de tranquilidad que deja a Milei y Sergio Massa con buena imagen. No hay atrincheramientos, sino buen nivel de convivencia".

"Respecto al ajuste, la población lo comprende a medias. Arranca con una esperanza de cambio", explica Del Franco. "Pero hay que ver si los hechos son tomados como positivos y como castigo a la casta. Como está instalado que las mejoras no será rápidas porque, supuestamente, 'el Gobierno les deja un desastre', el nuevo presidente tendrá un tiempo. Por eso predominan en la opinión pública las expectativas positivas hasta ahora. Esa es la postura mayoritaria".

Una tregua más bien difícil

Marina Acosta, de Analogías, ve improbable una tregua. "Estamos ante una sociedad muy demandante. Advertimos que existe un enorme espacio de reclamo social que excede la cuestión de la inflación y los ingresos".

La analista explica que no es verdad que la ciudadanía argentina votase a favor de un programa radicalizado. "Ese programa de ajuste no fue así expuesto en la campaña, no cuenta con un apoyo mayoritario. Cada vez que medimos algunos indicadores de programas de ajustes radicalizados advertimos que no logran acompañamientos mayoritarios".

En paralelo, Acosta adelanta que habrá que ver qué coalición política lo acompañará en su gestión. Hay una reconfiguración del sistema político y, al peronismo, se le presenta el desafío de representar, no sólo a los ciudadanos que no acompañaron las propuestas de la LLA, sino a aquellos que se sientan desilusionados por las decisiones que tome Milei.

Sin luna de miel

"De cara a la opinión pública no habría que esperar una luna de miel masiva, más allá de la tradicional pausa de fin de año y el cada vez más breve periodo de verano", observa también Acosta.

"El comienzo de todo gobierno genera expectativas que superan por mucho el nivel de popularidad que tenía al momento de ser electo. Suele suceder que un presidente electo mantiene altos niveles de imagen positiva. En el caso de LLA no es así".

"El actual nivel de aceptación de Milei es similar al que tuvo al momento de ser electo, con un predominio de imagen negativa. La contundencia de sus propuestas de achicamiento del Estado y un avance contra los derechos adquiridos, además de esa alianza que se está formando con parte notable de la casta de JxC, son la base de este fenómeno no habitual".

Acosta afirma que es sólo comparable con el año 95, en el inicio del segundo mandato de Carlos Menen, donde un presidente votado por el 55% de la ciudadanía inició su gestión con imagen negativa".

Más allá de los gabinetes

Raúl Timerman, de Grupo de Opinión, también menciona un sondeo. "Hay una encuesta realizada por CB Consultores en los primeros días posteriores a la elección. El presidente electo mantiene una imagen positiva del orden del 59 puntos.

"La expectativa se va a mantener más allá de los gabinetes que anuncie, preanuncie y reanuncie. Da la impresión de que está terriblemente desordenado por un lado, y por otro lado da la impresión de que la gente que está eligiendo no va a cumplir con los mandatos que él propuso y por el cual fue elegido.

"La realidad es que Milei ganó la presidencia apoyado en dos pilares fundamentales. Uno es la dolarización y el otro es acabar con la casta y la premisa de meter presos a todos los corruptos. Amenazó con incendiar el Banco Central y acabar con los vouchers (bonos económicos) para educación y salud".

Timmerman asegura que, si empieza el gobierno de Milei y no se aprecia la perspectiva de cumplir con ninguna de las cosas que prometió, "se va a producir una nueva decepción en el electorado". "Es todavía demasiado prematuro. Ni siquiera asumió el cargo, por lo que hay que esperar un poco".

Expectativa e incertidumbre

"La gente seguramente está con la expectativa de cambio de mejora de la situación económica, diagnostica Federico Aurelio, de Aresco. "La reacción de Milei con el triunfo fue una reacción medida, con un discurso en el día de la victoria electoral que no fue enfático, como sí había sido en otras ocasiones".

"Ratificó sus conceptos y sus propuestas, pero sin generar las discusiones y los conflictos de otros discursos o de otras apariciones públicas. Posteriormente, se dedicó a la conformación del gabinete, que por lo que uno fue observando, hubo algunas designaciones que no se realizaron en sintonía con la dolarización y la eliminación del Banco Central".

"En este sentido, genera una incertidumbre importante sobre uno de los ejes de las decisiones económicas que había planteado Milei en sus propuestas. Por otro lado, todavía no tengo claro si bien hay algunos integrantes del gabinete del PRO responden a un acuerdo con Macri o son acuerdos autónomos. Es el caso de Patricia Bullrich o Luis Caputo".

El gobierno más débil

"Creo que hoy la sociedad lo mira expectante", sostiene Facundo Nejamkis, de Opina Argentina-. Sus votantes quieren ver hasta dónde va a cumplir con su programa anticasta y liberal. También lo miran expectantes los votantes del peronismo, que quieren ver hasta dónde se anima a recortar el gasto público.

"Al mismo tiempo, pienso que el gobierno de Milei está preso de una paradoja", comenta Nejamkis, quien también afirma que es quizás el primer proyecto liberal en la Argentina que arranca con altos grados de legitimidad popular.

"A Milei le votó un 55, 56% de la gente, sabiendo que su proyecto político implica, en parte, un recorte importante del gasto público. Pero, al mismo tiempo, es el gobierno más débil de la historia de la joven democracia argentina".

"No tiene legisladores, diputados, no tiene senadores. Entonces, no queda claro con qué fuerza va a poder lograr llevar adelante su programa. Por lo tanto, en términos de la opinión pública, va a estar tensionado por el éxito o fracaso en el combate a la inflación, el impacto social que tenga la reducción del gasto público y la fortaleza o debilidad política que tenga su gobierno".

El ajuste es para el otro

Santiago Giorgetta, de Proyección, apunta contra un concepto instalado que explica por qué la gente votó el ajuste. "Me parece que Milei comienza, en términos de opinión pública, con un gobierno donde el 56% votó supuestamente por el ajuste".

El resultado, explica Guirgetta, que tampoco es un cheque en blanco. "Milei dice que es el primer presidente que dice que va a hacer un ajuste; lo votan y gana. No lo vemos del todo correcto. El votante de Milei votó con la consigna de que el ajuste es al ciudadano. De manera que espera una mejora económica propia, del ingreso familiar.

"Ahí van a estar los primeros problemas en la opinión pública. Todas estas idas y vueltas que está teniendo en el gabinete todavía no impactan en la opinión pública, pero sí pueden empezar a debilitar a la imagen presidencial antes de asumir. Eso es muy llamativo".

Lo que viene: una coalición heterogénea

Roberto Bacman, al frente del CEOP, hace un análisis de los interrogantes que se plantean. "Es lógico. Una coalición tan heterogénea -LLA, el macrismo, Schiaretti- no se construye de la noche a la mañana. Amalgamar ideas, conceptos, políticas y argumentos (entre otras cosas) es una tarea que requiere de tiempo y paciencia.

"Esto último es justamente lo que falta: existen urgencias. Ocurre al mismo tiempo en el que se está produciendo una lucha por el poder real que incluye la necesidad de cada socio de la coalición de llevar agua para su propio molino".

"En tal contexto, la transición transcurre en aguas turbias y turbulentas. Las idas y vueltas, marchas y contramarchas potencian entre los argentinos dos sensaciones psicográficas que no son positivas para quien posee la obligación de gestionar: incertidumbre y miedo".

"Por lógica, en este escenario no se está generando el mejor clima de época para iniciar una gestión de gobierno. Todo parece indicar, al menos por lo que está pasando en estos días, que vivimos una agitada transición con muchos interrogantes: el fundamental, si el ajuste lo va a pagar el ciudadano común", sentencia el analista.

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