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Un nuevo desafío para Colombia: soltar las amarras con Estados Unidos

Gustavo Petro, candidato de izquierdas favorito en las elecciones, deberá cumplir los compromisos del país adquiridos con EEUU al ser Bogotá el principal aliado extraoficial de Washington fuera del marco de la OTAN.

30/05/2022 - El candidato a la presidencia de Colombia Gustavo Petro celebra junto a su esposa Verónica Alcocer y su candidata a la vicepresidencia Francia Márquez el resultado de las elecciones presidenciales en Bogotá (Colombia).
El candidato a la presidencia de Colombia Gustavo Petro celebra junto a su esposa Verónica Alcocer y su candidata a la vicepresidencia Francia Márquez el resultado de las elecciones presidenciales en Bogotá (Colombia). Mauricio Dueñas Castañeda / EFE

Colombia ha sido un aliado estratégico de Estados Unidos en el continente americano durante décadas. Paz Colombia, Plan Colombia, bases militares y contratistas en seguridad son muestras de ese estrecho lazo. Sobre esa base estructural, la posible llegada de un primer Gobierno progresista, de la mano de Gustavo Petro, podría significar un hito en la política de ese país y de Sudamérica.

Los Gobiernos conservadores de un país que durante décadas tuvo que lidiar con el conflicto con las guerrillas, el paramilitarismo y el narcotráfico actuaron bajo la tutela del Norte. En 2016 con la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), Colombia dio un paso al frente para suturar heridas y calmar la violencia.

El entonces presidente estadounidense, Barack Obama, selló su respaldo a Santos con un paquete de ayudas económicas de 450 millones de dólares que llamó Paz Colombia. El camino no ha sido fácil entre tiranías de poderes fácticos que no están dispuestos a ceder posiciones. Y las actuaciones de campesinos y líderes sociales se siguen contando de a decenas por año.

La unión de Colombia con Estados Unidos viene de lejos: la reunión fundacional de la Organización de Estados Americanos (OEA) se realizó en Bogotá el 30 de abril de 1948 y su primer secretario general fue el colombiano Alberto Lleras Camargo. Sucedió 20 días después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, candidato del ala progresista del Partido Liberal. Nunca se supo quién mató a Gaitán, pero el sello de la CIA parece claro para muchos colombianos.

"La política exterior colombiana se ajusta a la doctrina Monroe y no ha cambiado", señala Calderón

"La política exterior de Colombia desde principios del siglo XX se ajusta a la doctrina Monroe y no ha cambiado, es de sujeción fuerte", señala a Página 12 Javier Calderón Castillo, coordinador del Grupo de Pensamiento Crítico Colombiano del Instituto de Estudios de América latina y el Caribe de la UBA. Y agrega: "El gran desafío del próximo gobierno es ajustar la política exterior hacia la multilateralidad, construir un entendimiento bilateral, un diálogo con el bipartidismo estadounidense".

En esa línea, el también investigador de Celag sostiene que una de las claves radica en reencauzar el acuerdo de paz. "Sería retomar el camino de Santos con mayor soberanía, cambiar la doctrina punitiva de la lucha contra las drogas, alivianando el peso sobre el campesinado y sometiendo a los grupos narcotraficantes".

Como parte del acuerdo de paz unas 99.000 familias firmaron el compromiso de abandonar el cultivo de cocaína (existen en Colombia 160.000 hectáreas de esa planta) y el Estado se comprometió a un programa de sustitución.

Sin embargo, el acuerdo sufrió un atraso enorme durante del gobierno del expresidente Iván Duque, heredero político de Álvaro Uribe. "Paralizó el programa de sustitución de cultivos ilícitos y perjudicó el funcionamiento de las instancias del acuerdo. Tampoco hemos tenido un solo avance en la reforma rural íntegra" dijo la segunda vicepresidenta del Senado y exmiembro de las FARC, Sandra Ramírez a la Agencia Regional de Noticias

El respaldo de Trump a Duque sirvió para retomar la lógica del Plan Colombia

Duque, respaldado por el expresindente estadounidense Donald Trump, retomó la lógica del Plan Colombia: asistencia económica y de entrenamiento en seguridad para la ofensiva militar contra el narcotráfico y la insurgencia. En esta línea se inscribe la postura de los candidatos derechistas, más o menos light, Federico Fico Gutiérrez y Rodolfo Hernández. Este último se enfrentará a Gustavo Petro en segunda vuelta, y dijo que continuará el proceso con las FARC, aunque votó que no en el plebiscito por la paz en 2016.

En contraste, Petro, exguerrillero del M-19, planteó que cumplirá con los compromisos de paz y además buscará un acuerdo con el Ejército de Liberación Nacional, la otra guerrilla colombiana.

A todo esto, el actual presidente de EEUU Joseph Biden, ratificó el lunes pasado a Colombia como aliado principal extra de la OTAN. Lo hizo días después de suavizar las sanciones a Venezuela. Podría verse como una manera de limitar los cambios de la relación o también, de adaptarse a las nuevas circunstancias.

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