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El senado inicia el segundo 'impeachment' contra Trump en un año con escasas opciones de prosperar

Los demócratas necesitan el apoyo de 17 senadores republicanos y hasta ahora sólo cinco han apoyado el juicio al expresidente. Además, menos de la mitad de los estadounidenses apoya que sea condenado.

Capitolio Washington
Medidas de seguridad en torno al Capitolio. Shawn Thew / EFE

Este lunes comienza el juicio político contra Donald Trump, acusado de promover el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero. Es el segundo impeachment que encara el ya expresidente después de haber salido indemne del anterior hace ahora justo doce meses. En esta ocasión, tras las elecciones del pasado mes de noviembre y al contrario que hace un año, ahora las dos cámaras (el Senado y la Cámara de los Representantes) tienen mayoría de escaños demócratas.

Sin embargo, los demócratas necesitarán para condenar a Trump e inhabilitarlo el apoyo de hasta 17 senadores republicanos (de un total de 50 de ese partido) en la votación final que tendrá lugar en la cámara alta. A juzgar por las señales emitidas desde la bancada republicana esta cifra se antoja de momento inalcanzable. Además, menos de la mitad de los estadounidenses apoya que el expresidente sea declarado culpable.

El pasado viernes se cumplió el primer año de la votación final en el Senado del primer impeachment contra Donald Trump, entonces acusado de abuso de poder y obstrucción al congreso tras sobornar al presidente de Ucrania Volodimir Zelensky para que anunciara una investigación por corrupción contra el hijo de Joe Biden a cambio de recibir ayudar militar.

Trump es el único presidente de la historia de Estados Unidos en afrontar dos juicios políticos. Sin embargo, según una encuesta de la agencia AP, sólo el 47% de los estadounidenses cree que el Senado debería condenar a Trump. El mismo sondeo revela que el 40% piensa que el expresidente no debe ser condenado mientras que el 12% afirma no estar seguro.

Ni el trumpismo ni Trump están derrotados ni mucho menos y aquí emerge uno de los grandes retos (otro más) del Partido Demócrata en los primeros días del mandato de Joe Biden: jugar sus cartas entre bambalinas y exponer el caso de tal manera que logren recabar el apoyo de al menos 17 senadores de los 50 senadores republicanos para que sea condenado. De lograr esto, los demócratas propondrán una segunda votación para inhabilitarlo para siempre de la política.

El partido de Joe Biden invitó a Trump el pasado jueves a que declare en el juicio político entre el 8 y el 11 de febrero. En una carta firmada por el congresista que dirige el impeachment, Jamie Raskin, éste le advierte a Trump de que declinar la invitación se usará en el juicio político como prueba en su contra. Sin embargo, ese mismo día, Bruce Castor, uno de los abogados del exmandatario para este proceso, aseguró a la cadena NBC que Trump no testificará. La invitación de Raskin "es una maniobra publicitaria para compensar la debilidad del caso de los responsables de la Cámara", dijo Castor, que no descartó que Trump presente una declaración escrita.

En el documento de acusación, los demócratas imputan a Trump el cargo de incitación a la insurrección y esgrimirán como pruebas fundamentales el mitin que ofreció el magnate neoyorkino minutos antes de que el congreso fuera asaltado por cientos de sus seguidores, un episodio que se saldó con cinco muertos, entre ellos un policía, e innumerables destrozos, y que tiene desde entonces al Congreso aislado dentro de un perímetro vallado y vigilado por las fuerzas del orden. El objetivo final del asalto era impedir el recuento de los votos del colegio electoral que harían presidente a Joe Biden.

El impeachment fue anunciado el mismo día del asalto y quedó aprobado por la Cámara de los Representantes el 13 de enero. Contó con 232 votos a favor y 197 en contra. Entre los votos a favor se contaron los de diez congresistas republicanos, entre ellos, la número tres de ese partido en la cámara baja, la congresista por Wyoming Liz Cheney. Este resultado llevó al optimismo a los demócratas puesto que en la misma votación en el primer impeachment, ocurrida en diciembre de 2019, ningún republicano votó a favor y hasta dos o tres demócratas (según cada uno de los dos artículos sometidos a votación) se opusieron al proceso.

A pesar de esto, a finales de enero el senador republicano ultraconservador Rand Paul llevó un voto a esa cámara para pedir que Trump no pudiera ser juzgado al ser ya expresidente. La propuesta fue rechazada pero 45 de los 50 escaños republicanos votaron a favor de la misma, lo que sitúa muy lejos el objetivo demócrata de lograr 17 apoyos de ese partido para revocar a Trump.

Entre los cinco republicanos que apoyaron el juicio político al expresidente se encontraban varios de los detractores habituales del magnate neoyorkino, empezando por el senador por Utah y excandidato presidencial Mitt Romney y siguiendo con la senadora por Maine Susan Collins, Lisa Murkowski (Alaska), Ben Sasse (Nebraska) y Pat Toomey (Pensilvania).

Trump no ha escatimado en quienes llevarán su defensa, cuyos nombres se han ido haciendo públicos en los últimos días de enero y primeros de febrero. Bruce Castor y David Schoen dirigirán el equipo legal del expresidente en este proceso. Según Bloomberg, este último representó al asesor de Trump Roger Stone, que fue condenado en febrero de 2020 a 40 meses de cárcel y trabajó como abogado para Jeffrey Epstein. Stone fue condenado por siete delitos, entre ellos obstruir una de las investigaciones del Congreso de Estados Unidos sobre la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, pero fue indultado por Donald Trump a finales del pasado diciembre. En cuanto a Castor, fue fiscal de distrito del condado de Montgomery, Pensilvania, de 2000 a 2008. En 2005, decidió no llevar a juicio a Bill Cosby, acusado de delitos sexuales, en una decisión sembrada de polémica. Cosby acabó siendo condenado en 2018 por acosar y agredir sexualmente a una mujer en su casa en 2004.

El impeachment contra Trump tiene dos vertientes. Por un lado, tratar de condenar al expresidente por el cargo de incitación a la rebelión tras el asalto al congreso el 6 de enero. Para esto, los demócratas necesitan el voto a favor de dos tercios de la cámara, es decir, 67 escaños. Si se consigue aunar estos apoyos, habría una segunda votación para inhabilitar a Donald Trump para evitar que pueda ser reelegido en el futuro y en ésta ya no harían falta dos tercios sino sólo una mayoría simple de la cámara.

El juicio político comienza hoy en el senado con la exposición del caso por parte de las dos partes, la acusación y la defensa del expresidente. Se trata del impeachment con el que los demócratas pretenden enterrar a Trump y herir de muerte el trumpismo y sólo saldrá adelante si un tercio de los senadores republicanos se decide a hacer lo mismo.

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