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Reino Unido prohibirá protestas provida a 150 metros de clínicas de aborto en Inglaterra y Gales

Una diputada ha presentado un proyecto de ley contra las intimidaciones a mujeres que acuden a las clínicas para interrumpir el embarazo.

Manifestación de un grupo provida.- REUTERS
Manifestación de un grupo provida.- REUTERS

Conxa Rodríguez

Los defensores y/o neutrales las llaman zonas de exclusión; los contrarios, zonas de censura. Son los 150 metros de radio alrededor de las clínicas de aborto o centros médicos para la interrupción del embarazo. Algunas de las organizaciones contrarias al aborto, muchas de carácter religioso, llevan años haciendo piquetes en el exterior de las clínicas intimidando a las mujeres que acuden a ellas. En algunos casos intentan convencerlas para que cambien de opinión. Se han dado circunstancias de todo tipo; de los que han dicho educadamente "no, gracias", hasta los que han llegado al insulto y el despropósito. La red de centros de atención a mujeres Marie Stopes se ha visto obligada a llamar a la Policía en varias ocasiones por la agresividad de las protestas fuera de sus clínicas.

Para evitar estos encontronazos, la diputada laborista Rupa Huq, representante del distrito Ealing Central y Acton, en el oeste de Londres, ha presentado un proyecto de ley en el Parlamento que fue debatido en junio por primera vez con la aprobación de la mayoría presente. Se debatirá por segunda vez, avalada por un grupo de diputados conservadores como Sir Bernard Jenkin y Andrew Mitchell, en noviembre. Una particularidad del parlamentarismo británico: una diputada de un partido (el Laborista en esta ocasión) con el aval de dos miembros del partido contrario (Conservador) presentan el proyecto de ley. La ministra de Interior, Priti Patel, se ha mostrado partidaria de las zonas de exclusión con lo cual ha pasado de la luz roja a la amarilla; la próxima será, probablemente, la verde. El Gobierno podría aprobar algún decreto que incluyese el contenido del proyecto de ley que, en esas circunstancias, sería retirado.

Rupa Huq explica a Público que "es inaceptable que las mujeres no puedan ir libremente a recibir cuidado médico 50 años después de la legalización del aborto en este país". El memorial de agravios que ha recibido la diputada, en cuyo distrito se ubican varias clínicas ginecológicas y obstétricas, va desde mujeres a las que llaman "mamá" en la acera o en la calle hasta las que son filmadas o se les enseña muñecos en forma de feto.

Al parecer de la diputada, "necesitamos zonas de exclusión para proteger a las usuarias de los servicios médicos de las tácticas agresivas de los llamados provida; las zonas no recortan los derechos de nadie a manifestarse contra el aborto, sino que lo excluye de las puertas de la clínica".

El proyecto de ley para establecer zonas de exclusión cuenta también con el apoyo del British Pregnancy Advisory Service u organismo oficial regulador de los embarazos cuya directora, Rachel Clarke, ha manifestado a inews lo siguiente: "Los manifestantes intimidan a las mujeres en la acera, las llaman asesinas y les leen escrituras; es una situación increíblemente dolorosa y penosa para las que van a las clínicas".

La organización norteamericana contraria al aborto 40 Days of Life ha programado una protesta durante cuarenta días, entre septiembre y octubre, afuera de las clínicas para abortos de Inglaterra. La convocatoria está teniendo muy poca repercusión puesto que en Reino Unido hay suficientes organizaciones contrarias al aborto. Consultadas Right to Life, la mayor en este campo de los provida, y Good Council Network, con más énfasis religioso que la primera, ambas han dicho a Público que no están vinculadas ni coordinadas con 40 Days of Life o ninguna procedente de EEUU o Canadá.

La portavoz de Right to Life está convencida de que el proyecto de ley que impulsa Rupa Huq no conseguirá su objetivo. "La ley sobre las zonas de censura no progresará porque ya se ha intentado en otras ocasiones con la llamada ley de Sarah Olney, que era muy parecida a la actual, y no prosperó", recalca Catherine Robinson a Público. Unas afirmaciones que contrastan con las de la parlamentaria y entes oficiales.

Las organizaciones Right To Life y Good Council Network han unido fuerzas en la elaboración de un vídeo y una página web titulada Be here for me en la que tres mujeres jóvenes cuentan su cambio de opinión a la puerta de las clínicas de aborto gracias a la información recibida por miembros de estos grupos. En los tres casos citados, mujeres jóvenes; una de raza blanca con acento extranjero; otra de raza asiática y otra de raza negra relatan que iban a abortar porque, financieramente, vivían en situación vulnerable y no podían mantener un hijo cuando miembros de estas organizaciones les ofrecieron ayuda. Cambiaron de opinión y en el momento de grabar el video están contentas con sus hijos. Al menos, lo aparentan.

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