Este artículo se publicó hace 9 años.
El racismo de Trump se estampa en su cara como un bumerán
El multimillonario empresario y candidato favorito de los republicanos a presidir EEUU ha perdido grandes contratos por su xenofobia y ha cosechado multitud de críticas por parte de artistas, instituciones y empresas con gran influencia en el relevante voto latino.
MADRID.- Las declaraciones racistas del polémico y deslenguado empresario Donald Trump (consulta su perfil: Trump el excéntrico millonario), que realizó durante el anuncio de su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos, se han vuelto contra él en un efecto bumerán. Apuntó a México pero el objeto volante acabó estampándose en su propia cara.
El empresario acusó al país vecino de traer “drogas” y “violadores” a Estados Unidos. “Están enviando gente que tiene muchos problemas, nos están enviando sus problemas, traen drogas, son violadores, y algunos supongo que serán buena gente, pero yo hablo con agentes de la frontera y me cuentan lo que hay”, declaró sin apenas ruborizarse. “México no es nuestro amigo”, añadió, sin tener en cuenta el enorme peso que tiene el voto latino en EEUU.
La cosa no quedó ahí, el precandidato anunció además su intención de deportar a los más de 11 millones de inmigrantes sin papeles que viven en Estados Unidos, borrar la nacionalidad a los niños nacidos en el territorio americano y levantar un muro de 5.000 kilómetros para “mantener a los ilegales fuera”. “¿Cómo piensa construir un muro tan largo?”, le preguntaron al republicano –la extensión es la equivalente a tres veces España-, teniendo en cuenta la inversión que supondría semejante infraestructura. “Se la haré pagar a los mexicanos”, respondió sin pestañear.
La reacción ha sido global, inmediata y se ha manifestado por diferentes frentes. La comunidad latina se ha movilizado en contra del magnate para alertar al mundo del peligro que supondría que un personaje con su excéntrico pasado y sus políticas agresivas opte a ocupar el despacho oval.
Numerosos artistas, instituciones e incluso poderosas empresas privadas lideradas por latinos y asentadas en suelo norteamericano han arremetido contra Trump por su xenofobia y por utilizar a México como arma arrojadiza en su carrera por encabezar la candidatura del Partido Republicano en la pugna por entrar en la Casa Blanca. En tan sólo dos meses el empresario ya ha perdido varios contratos millonarios y ha visto como su imagen caía en picado, si algún día gozó de buena salud.
Uno de los personajes públicos que se ha manifestado con mayor contundencia ha sido el cantante de la banda mexicana Maná, Fher Olvera, que no titubeó al comparar el discurso del empresario con los que hacía Hitler. El grupo, uno de los más influyentes del mundo de habla hispana, actualmente inmerso en una gira mundial, retrató a Trump como una persona “ignorante” que no conoce el contexto social que caracteriza a su país.
El actor español Antonio Banderas, por su parte, realizó un emocionante discurso al recoger el Premio Platino de Honor donde reivindicó el orgullo de ser latino y defendió la cultura y el arte hispanoamericano. "Pese al interés del señor Donald Trump por patearnos el trasero, compartimos el gusto de sentirnos unidos contra nadie, con la curiosidad por bandera", declaró el malagueño.
También se pronunció, esta vez a través de Twitter, la cantante colombiana Shakira, que tildó de “racista y odioso” el discurso de Trump. La lista de celebridades que se ha pronunciado al respecto, entre los que se encuentran Ricky Martin, Julieta Venegas o Pitbull, por citar un pocos ejemplos, es cada vez más larga. Romeo Santos, (un cantante de bachata 'llenaestadios' en las dos orillas del Atlántico) arremetió contra él en un concierto en Nueva York: "Tienes un problemas con los mexicanos, pero ellos construyen tus edificios hijo de puta", espetó entre canción y canción.
Todos ellos son personajes con una gran poder de movilización, un gran lastre en el caso de al final se proclamara candidato republicano a la Casa Blanca. Teniendo en cuenta además el gran peso del voto latino en las elecciones norteamericanas. Un factor que no parece preocupar mucho a Trump, que se muestra convencido de que cuenta con el apoyo latino.
Trump también ha saboreado el sabor agridulce de la discordia en el terreno de los negocios. Univisión rompió su contrato con Trump para retransmitir la gala de Miss Universo. El empresario respondió al castigo denunciando a la corporación por 500 millones de dólares. El litigio dio origen a una de las anécdotas más estrambóticas del verano, cuando el demandante echó de la sala de prensa a un periodista de la cadena con la excusa de que preguntó por la política migratoria (así fue el enfrentamiento entre el periodista Jorge Ramos y Trump).
Más medios se han ido sumando a cuenta gotas al boicot. NBC Universal o los grandes almacenes Macy’s han decido romper toda “relación comercial”. La cadena de grandes tiendas cuenta con casi un millar de establecimientos repartidos de costa a costa.
El multimillonario volvió a rozar el ridículo hace unas semanas al afirmar que nunca volvería a comer las galletas Oreo por ser fabricadas en México y no en Estados Unidos, algo que por otro lado, es mentira.
Uno de los casos más significativos y que más repercusión mediática obtuvo fue el del cocinero español José Andrés, un personaje muy conocido en EEUU por el programa de cocina que presenta en la televisión, por su cadena de restaurantes y por el premio que recibió el año pasado de manos del presidente Barack Obama por su “contribución al país”.
El chef, motivado por las declaraciones del favorito de los republicanos, decidió no abrir un restaurante en uno de los hoteles en Washington propiedad de Trump, como tenía inicialmente previsto. Cómo no, Trump reaccionó también con una denuncia que ha desembocada en una movilización en la red a favor del cocinero mediante una campaña de micromecenazgo.
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