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Los principales símbolos del capitalismo suspenden su actividad en Rusia

Coca Cola, McDonald's o Starbucks han suspendido sus operaciones después de que Vladímir Putin decidiera invadir Ucrania, algo que supone un antes y un después tras 30 años de la disolución de la Unión Soviética.

Imagen combinada de las marcas estadounidenses Coca Cola, McDonald's y Starbucks
Imagen combinada de las marcas estadounidenses Coca Cola, McDonald's y Starbucks. Público

La llegada en 1990 de McDonald's a Rusia marcó un acontecimiento histórico en el marco de la disolución de la Unión Soviética. Ahora, la gran compañía de Estados Unidos ha anunciado la suspensión de sus operaciones. Lo ha hecho junto a otras marcas como Coca Cola o Starbucks. Se suman de este modo a muchas firmas que ya han decidido cancelar su actividad tras la invasión de Vladímir Putin a Ucrania.

Estos anuncios son especialmente significativos, tanto por el volumen de negocios como por lo simbólico de unas marcas que representan como ninguna otra la cultura del capitalismo y el "american way of life"; es decir, el modo de vida de Estados Unidos. 

La suspensión del negocio de estas franquicias mundiales supone para Rusia un golpe suplementario en el mismo día en que el presidente de EEUU, Joe Biden, anunció la prohibición de importación de petróleo, gas natural y carbón ruso.

Cientos de locales cerrados y miles de desempleados

El primero en anunciar una "pausa en todos sus negocios" en Rusia fue McDonald´s, empresa que tiene 850 locales en todo el territorio ruso y que da empleo a 62.000 personas. La conocida franquicia de las hamburguesas llevaba ya varios días bajo presión y se multiplicaban en las redes el llamamiento a que se sumara a las represalias contra Rusia.

McDonald's anunció finalmente que cierra temporalmente todos sus locales porque no puede "ignorar el innecesario sufrimiento causado a Ucrania", aunque precisó que todos los empleados seguirán percibiendo sus salarios. La compañía de comidas rápidas recuerda que lleva 32 años operando en el país y que sus restaurantes pueden preciarse de dar servicio a "millones de rusos diariamente".

Starbucks condenó "los horribles ataques de Rusia"

Horas después se sumó la cadena Starbucks, que aunque tiene cifras más modestas (170 locales, según Statista, y 2.000 empleados) supone igualmente otro potente símbolo de la globalización capitalista con sus cafeterías que suelen situarse siempre en las partes más concurridas de las ciudades principales. La empresa, que reiteró su condena "a los horribles ataques de Rusia en Ucrania", anunció que suspende todas sus actividades en territorio ruso y avanzó que, a medida que evolucione la situación, continuará tomando medidas que vayan en línea con sus "valores".

Y Coca Cola, hasta ahora reticente a renunciar al mercado ruso, le siguió los pasos y, en un breve comunicado, anunció que suspende operaciones y seguirá evaluando la situación y el curso de los acontecimientos. "Nuestros corazones están con la gente que está sufriendo los horribles efectos de estos trágicos acontecimientos en Ucrania", señaló la compañía con sede en Atlanta (Georgia, EEUU). 

Su gran competidora, Pepsi Cola, no pudo quedarse al margen y poco después anunció que suspende la venta de todas sus gaseosas (Pepsi y Seven Up, principalmente) y productos en Rusia, si bien no cierra sus plantas porque entre su negocio se cuenta una fábrica de productos lácteos que da trabajo a 20.000 personas y a otros 40.000 ganaderos en la cadena de suministro.

"Llevamos operando en Rusia durante más de 60 años y tenemos un lugar en muchos hogares rusos. Pepsi-Cola entró al mercado en lo alto de la Guerra Fría y ayudó a crear un terreno común entre Estados Unidos y la Unión Soviética", escribió su consejero delegado, Ramon Laguarta, para enfatizar lo que significa su decisión, aunque reconoció que la situación no podía continuar sin cambios "dados los horribles acontecimientos" en Ucrania.

Amazon bloquea su nube

También Amazon, el símbolo del capitalismo de última generación, anunció hoy que ha bloqueado nuevos accesos a sus servicios de la nube en Rusia y Bielorrusia, según informó la compañía en un comunicado este martes. "Dadas las circunstancias actuales, la incertidumbre y la falta de crédito disponible en Rusia ahora mismo, no aceptaremos nuevos clientes rusos en estos momentos", detalló Drew Herdener, portavoz de la empresa.

Desde el servicio web de Amazon (AWS, en inglés) se especificó que no cuentan con oficinas ni centros de datos en Rusia y que sus principales clientes son compañías multinacionales con equipos locales radicados en dicho país. 

En días pasados, otras importantes marcas globales aplicaron diversas medidas contra Rusia: las grandes tecnológicas -Google, Meta (Facebook), Apple y Youtube- interrumpieron sus servicios en territorio ruso, lo mismo que hicieron las compañías de pago internacional Visa y Mastercard, la multinacional del mueble Ikea o la de alimentación Nestlé.

Estos dos últimos nombres demuestran que el movimiento de boicot no es exclusivamente estadounidense y que a él se suman compañías europeas de renombre, incluidas firmas generalmente alérgicas a implicarse en pronunciamientos políticos como las marcas del lujo LVMH, Hermès o Chanel, que también han cerrado sus tiendas en Rusia. 

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