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Las primarias en Iowa: de lo inevitable a lo impredecible

Crece el nerviosismo en la campaña de Clinton por el avance de Obama en las encuestas

ISABEL PIQUER

Quedan tres semanas para los caucus de Iowa y nadie recuerda una carrera tan abierta y tan incierta. El estado rural donde la semana pasada un temporal de nieve y hielo interrumpió muchos actos electorales,
se ha convertido en el centro de todas las especulaciones.

Hillary Clinton, que iba a barrer a todos sus contendientes de un plumazo, se encuentra en serios apuros frente a su máximo rival, Barack Obama. La candidata demócrata sigue liderando los sondeos nacionales pero un primer tropiezo podría ser mala señal. Los tropiezos generan nerviosismo, y el nerviosismo, errores.

Para empezar, lo peor que uno puede hacer para negar que está preocupado es... negar que está preocupado. Es precisamente lo que hizo Clinton el pasado viernes en una improvisada rueda de prensa, una de las escasísimas que ha dado, en Des Moines, la capital de Iowa.

Clinton rezumó confianza al decir que no estaba en absoluto desmotivada por los últimos sondeos (que dan nueve puntos de ventaja a Obama) y que seguiría trabajando con el mismo ahínco en el gran maratón de las primarias.

El pasado y las drogas

Pero entre bastidores sí cunde, si no el pánico, una cierta inquietud. Sus responsables de campaña calibraban recientemente cómo redesplegarse por las estepas heladas y los centros agrícolas de Iowa sin llamar demasiado la atención. Este no es además un estado donde la candidata cuente con un patrimonio electoral, puesto que Bill, en sus dos carreras presidenciales, siempre se saltó esta etapa. Así que de momento Hillary Clinton ha pasado de 'inevitable' a 'impredecible'.

Un puesto en el que no se siente especialmente confortable. Su cuartel general ha dado señales de cierta desesperación. Hace unos días, uno de sus asesores recordaba el coqueteo que Barack Obama confesó haber tenido con las drogas. El asesor fue despedido, Clinton se disculpó, pero la palabra cocaína ha quedado.

'No había problema con mi pasado y mi personalidad cuando tenía 20 puntos menos', dijo Obama en un mitin en Waterloo (Iowa) el pasado sábado, 'este tipo de estrategias son el típico ejemplo de la política a la antigua usanza y creo que es exactamente el tipo de política de la que los estadounidenses están cansados'.

Los trapos sucios son un arma de doble filo, sobre todo para una mujer, que siempre corre el peligro de parecer mandona en vez de firme, y para una candidata que nunca ha ocultado su afición, preparación y vocación por la lucha política cuerpo a cuerpo.

El factor Edwards

'Entiendo que exista la tradición de tratar de derribar al contendiente. Me acuerdo que el matrimonio Clinton criticó duramente esta política de destrucción personal', añadió Obama, 'creo que el país no está interesado en la política como deporte sangriento en este momento'.

Hay un tercer factor en Iowa:John Edwards, que, según las encuestas, está casi empatado con los dos primeros puestos. Edwards quedó segundo en Iowa en las primarias de 2004 y ha hecho una campaña muy sólida.
Los analistas, y en este país hay muchos, saben que como viene se va.

El momentum ese concepto que se nutre de lo intangible, de la proyección en los medios o del cambio de humor de los votantes es algo extremadamente frágil que depende de ese componente tandifícilmente manejable en política: la percepción. Obama lo ha reconocido públicamente.

'El mes pasado era un idiota, este mes soy un genio', declaraba al New York Times. Iowa y New Hampshire (8 de enero) pueden ser etapas clave, que produzcan un efecto bola de nieve en el resto de las primarias, o episodios anecdóticos que se derritan cual copito abandonado en el infierno de los sondeos.

Por eso todo el mundo piensa ya en climas más templados: Carolina del Sur que se decantará el 19 de enero y Florida, diez días más tarde, el 29.

Voto negro

Clinton sigue aventajando a Obama en Carolina del Sur: 42% frente a 34%, según una encuesta publicada en el Wall Street Journal.

Pero gracias al voto negro, que constituye más de la mitad de los votantes demócratas del estado, Obama ha subido siete puntos en estas últimas semanas. La prueba fundamental será el Super Martes, el 5 de febrero, cuando 20 estados, entre ellos Nueva York, California, Illinois, Massa-
chusetts y Nuevo México, celebren sus primarias.

Será la ocasión para Hillary de asentar la ventaja que sigue manteniendo a nivel nacional frente a Obama (45% frente a 23%, según un sondeo de Associated Press) o recomponer los platos rotos si la cosa no ha ido bien en enero.

Mucho dependerá de factores tan imponderables como el tiempo. 'El clima en la noche de los caucus es tan importante como el resto', reconocía el director de campaña de Obama, David Plouffe 'ahora hace bueno, pero los próximos 20 días van a parecerme como 20 años'.

Además de vender a sus candidatos por teléfono, los miles de voluntarios de las campañas hacen la misma pregunta a sus conciudadanos ¿Estará de vuelta de vacaciones para votar? Los expertos estimanque 2.000 o 3.000 votos podrían cambiarlo todo.

Las Navidades van a imponer una tregua. No es bueno aparecer demasiado político y no lo bastante cristiano en un estado conservador y tradicional.

Pero tras el breve receso de las vacaciones, la contienda va a seguir con más intensidad, sobre todo ahora que ya no hay debates y que los candidatos sólo pueden vender su programa puerta a puerta. El 3 de enero, en contra del parte meteorológico, hará mucho calor en Iowa, calor electoral.

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