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SINYAR (IRAK).- Hemos rastreado de forma aleatoria el itinerario seguido por una familia asiria de Mesopotamia durante algo más de cien años. Se trata de una familia ficticia, pero, a todos los efectos, representativa de la increíble odisea sufrida por el pueblo asirio. No pocos de los cristianos que están llegando a Europa desde Siria han tenido que abandonar sus posesiones y escapar de las matanzas sanguinarias una docena de veces sólo a lo largo del último siglo.
Los métodos usados por Daesh no son nuevos en absoluto ni se aplicaron solamente durante el genocidio asiro-armenio y Seyfo, el llamado Año de la Espada (1915). La persecución ha sido brutal, sistemática, sostenida en el tiempo, y a menudo patrocinada por los gobiernos islamistas y nacionalistas del entorno geopolítico donde viven. A menudo, la Yihad es tan sólo una coartada para apropiarse de sus bienes. Incluso a día de hoy, Daesh es sólo uno de sus problemas. Y no necesariamente el mayor.
Los asirios son una pequeña minoría de religión cristiana y lengua aramea, originaria de Mesopotamia. Se tienen por los verdaderos descendientes de los aborígenes de Mesopotamia y, a día de hoy, han devenido prácticamente en una reliquia antropológica. Sobreviven algo más de tres millones, repartidos por la diáspora (Norteamérica, Europa Occidental, América Latina y Australia) y los países de los que son originarios (Siria, Irán, Irak y Turquía).
Hasta la irrupción en escena de Daesh, la principal preocupación actual de los partidos que los representan era defenderse de los islamistas y lograr que se reconozca la existencia política de la nación asiria. Estos son, en esencia, sus postulados básicos: "Ni el arameo o siriaco es una lengua muerta ni los pueblos que vivían entre el Tigris y el Éufrates fueron barridos de la faz de la tierra por persas, macedonios y árabes". Todos estos cristianos suelen vanagloriarse de haber sido evangelizados por Tomás el apóstol cuando éste viajaba de camino hacia la India. Pocas comunidades de creyentes tienen entre los suyos tantos mártires como ellos. Son una raza de supervivientes. Hoy se reparten por tres iglesias orientales: la siriaco ortodoxa; la caldea (de obediencia vaticana) y la asiria del este o nestoriana.
La odisea de nuestra familia virtual arranca de Sanli Urfa, la bíblica Edesa, en 1895. Si hubiéramos vuelto la vista más atrás, hubiésemos hallado varios cientos más de masacres, episodios de armas y brutales asesinatos que desmienten parcialmente esa visión benevolente de la supuesta convivencia de fieles de las tres religiones del Libro. La historia se repite en bucle. De hecho, Daesh dispondría de docenas de matarifes sanguinarios precedentes en quienes buscar inspiración si no se obstinara en reducir a cenizas cualquier atisbo de pensamiento libre e ilustrado.
Lo que sigue a continuación no es una fabulación, pese a que la familia sea ficticia. Muchos de quienes están tratando de alcanzar Europa han trazado un itinerario semejante a lo largo de las cinco últimas generaciones. La cronología explica, en cierto modo, las dificultades que tienen los asirios en recuperar la confianza en sus vecinos kurdos, allá donde quiera que se vean obligados a convivir con ellos.
Sanli-Urfa (Edesa, Turquía) – 1895
La familia Josaba sale huyendo de Sanli-Urfa, la bíblica Edesa (Turquía) en dirección a la vecina Mardin (Tur Abdin), en 1895. Escapan milagrosamente de los ataques indiscriminados de grupos tribales kurdos, la destrucción de iglesias y el asesinato de 13.000 hombres y mujeres asirias. Uno de los asesinos kurdos, Sheik Hassan, se vanaglorió de haber matado cuarenta asirios en un sólo día.
2. Seyfo: El Año de la Espada (Turquía) – 1915
La familia Josaba ha disfrutado tan sólo de un relativo periodo de paz de veinte años, antes de tener que echarse nuevamente al camino. La mayor parte de los suyos serán asesinados en Mardin (Tur Abdin) durante el llamado Año de la España o Seyfo. Los asirios estiman que perdieron a 750.000 personas durante el genocidio perpretado por los otomanos.
Su presencia en el país sería desde entonces meramente residual. Los Josaba recorren caminando cientos de kilómetros hasta llegar a la ciudad persa de Khoy. Están siguiendo los pasos que muchos de los suyos trazaron desde las montañas de Hakari, también huyendo de los asesinatos cometidos por los kurdos y organizados por los otomanos. La vida les va en ello.
3. Ríos de sangre en el distrito persa de Khoy (Irán) – 1918
La familia Josaba encuentra un miserable acomodo junto a otros 35.000 refugiados asirios en el distrito persa de Khoi. Tres años después de su llegada, la mayor parte de los asirios son masacrados brutalmente en un caravanserai con revólveres y fusiles. Corrieron ríos de sangre, literalmente, en aquella suerte de campo de concentración. Las crónicas de la época evocan un matadero. “Los verdugos comenzaron por cortar los dedos de las víctimas, uno por uno, hasta que las dos manos estaban enteramente separadas del brazo.
Después, fueron hacinados como animales sobre el suelo, con la cabeza arriba. Los degollaron lentamente para prolongar su agonía, y mientras se debatían con la muerte, les propinaban patadas y golpes de estaca. Algunos, mientras luchaban contra el dolor, fueron arrojados en zanjas y enterrados vivos”. Toda la familia es masacrada excepto un varón de veinte años, Shimun, que huye a la vecina Urmia y se refugia junto a otros en la misión francesa.
Masacre en la misión francesa (Urmia, Irán) – 1918
La misión francesa de Urmia daba protección a 6.000 asirios cuando una horda de asesinos conducida por Arshad Al Himayun irrumpe en ella armados con fusiles y con mazos. Lo que presencia Shimun escapa a toda comprensión.
Comenzaron por matar a los niños golpeando sus cabezas contra las paredes y el suelo. Tomaron a los ancianos del cabello y los arrastraron por el suelo. Violaron públicamente a las mujeres, antes de amputarles los pechos y trocearlas sirviéndose de dagas. Los varones fueron arrojados desde los tejados. A algunos, les reventaron el cráneo con mazos de madera. El espacioso patio de la misión devino intransitable debido a los cúmulos sanguinolientos de los restos amputados de las víctimas.
Horrorizado, el mayor de los Josaba consigue salir de allí en medio de la confusión. Muy pocos sobrevivieron y quienes lo hicieron, no volvieron nunca a ser los mismos. Buena parte de estos crímenes cometidos en Irán fueron patrocinados por los turcos, que invadieron Persia, cuando los rusos blancos se batieron en retirada. También los persas se cobraron las vidas de millares de asirios y de armenios.
5. El éxodo a Bakufa (Kurdistán irakí) – 1918
Los supervivientes asirios parten hacia Irak desde Persia ese año, buscando la protección de los británicos. Shimun Josaba, taciturno, está entre ellos. Miles perecieron durante el éxodo de enfermedades y hambre o asesinados. Muchas mujeres fueron secuestradas.
Aquel terrible viaje -uno de los desplazamientos humanos más jalonados de dolor en toda la historia- le tomó a Josaba 25 días.
Shimun fue alojado por los británicos en un campo de refugiados situado en Bakufa, donde siete mil de los suyos murieron tras su llegada. Durante algún tiempo, se unió a una unidad militar asiria creada por los británicos (los 'levies') y combatió a los rebeldes kurdos.
De una forma u otra, sobrevivió a la enfermedad, los ataques dirigidos por los musulmanes y el hambre y conoció a otra asiria, con quien contrajo matrimonio y partió hacia Simel (Kurdistán iraquí).
La masacre de Simele (Kurdistán iraquí) – 1933
Shimun Josaba se las ha ingeniado para montar un pequeño negocio de orfebrería en Simel, con el que mantiene a su ahora incrementada familia. Quince años después de que salieran del campo de refugiados de Bakufa, su esposa ha traido al mundo a tres niñas y dos niños.
Las familias asirias suelen ser numerosas por razones de supervivencia. Muy pocos de entre ellos logran alcanzar la edad adulta.
En 1933, un grupo de soldados procedentes de Mosul se concentra junto a la poblacion, y sin previo aviso, comienza a asesinar indiscriminadamente a la inerme población asiria. Los curas fueron torturados hasta la muerte; las jóvenes fueron violadas y se las obligó a marchar desnudas frente a los comandantes árabes de la partida de asesinos despiadados. Se utilizaron biblias para quemar a las mujeres. Los bebés fueron arrojados al aire y ensartados en las bayonetas antes de caer al suelo.
Shimun muere junto a Marta, su mujer, y sus tres hijas. El mayor de sus varones, Giwargis Josaba, consigue escapar y alcanzar Bagdad
Kuwait y Guerra del Golfo (Irak) – 1991
Han transcurrido 58 años desde la masacre de Simel y Giwargis, ahora septuagenario, jamás ha perdonado ni olvidado. Muchos de los asirios dejan de recibir nombres cristianos.
Tras los hechos luctuosos vividos durante la primera mitad del siglo XX han comenzado a organizarse políticamente como un movimiento nacionalista que reclama derechos políticos para los aborígenes de Mesopotamia.
El nieto de Giwargis, Sargon Josaba, deberá escapar al norte durante la guerra de Kuwait y la primera invasión norteamericana del Golfo para seguir con su actividad política en el Movimiento Democrático Asirio.
Muchos de los suyos han ido abandonando ya el país, durante las décadas precedentes, en diferentes oleadas. La primera de ellas tuvo lugar en los setenta, cuando Sadam alcanzó el poder. Otros 10.000 asirios fueron asesinados durante la guerra de Irán-Irak (1980-1988). Se ignora cuántos fallecieron combatiendo en el frente.
Sargon parte hacia Erbil, junto a su mujer y sus tres hijos, y comienza una nueva vida en el área cristiana de Nissan. Para aquel entonces, 14 gobernorados han quedado fuera del control de Sadam.
Ataques terroristas en Erbil (Kurdistán) – 1999
Ocho años convulsos han pasado, en permanente lucha con Sadam. Muchos se han unido a los peshmergas de Barzani y han combatido en las montañas, bajo bandera asiria.
En este caso, ya no son perseguidos por cristianos, sino por su compromiso con la causa nacionalista. Los baazistas siempre toleraron a las minorías religiosas a condición de que no llevaran sus reclamaciones más allá de los templos. Por otro lado, su religión forma parte de su identidad, pero no la agota.
En enero de 1999, se desencadena una nueva oleada de violencia, en este caso, contra los cristianos de Erbil. Estallan bombas en iglesias y en el distrito donde vive su familia. Sargon parte hacia Telskoff, una población enteramente cristiana, en busca de seguridad. La localidad se encuentra a apenas dos kilómetros del lugar donde su abuelo halló refugio temporal tras salir huyendo de la masacre en la misión francesa (Bakufa). Su linaje acaba de cerrar un nuevo círculo, uno de muchos.
Daesh ocupa Telskoff y los llanos de Nínive (Irak) – 2014
Quince años ha vivido su familia en Telskoff antes de salir de nuevo huyendo. Sargon ha muerto ya, de enfermedad, prematuramente. Y su hijo Ashur regenta una farmacia en la ciudad. Compatibiliza su trabajo con la actividad política en ADM (Zawaa). Hace apenas unos meses, se ha producido una escisión en el partido.
En agosto de 2014, tras la conquista de Mosul, los yihadistas alucinados de Daesh toman la población y obligan a los cristianos a abandonar sus posesiones y partir en desbandada hacia los campos de refugiados que a toda prisa se organizan en ciudades como Erbil.
Poco tiempo después, Telskoff será reconquistada, pero a día de hoy, es una población fantasma, sólo poblada por peshmergas. Ashur y su familia disponen todavía de dinero, de manera que prefieren alojarse en una casa unas semanas antes de salir del país y refugiarse en Mardin, la vecina Turquía. Otro nuevo círculo ha sido cerrado. algo más de un siglo de que sus ancestros dejarán Tur Abdin, él ha regresado
Guerra civil en la Anatolia (Turquía) – 2015
No habrá de transcurrir apenas un año para que se desencadene en la ciudad una nueva oleada de violencia. Una vez más, han quedado atrapados en el fuego cruzado de la guerra que sostiene el PKK contra el Gobierno de Ankara. Resta un largo camino hasta alcanzar la Fortaleza Europa
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