Jiang Zemin, una de las figuras más importantes de la política china de las últimas décadas, ha fallecido este miércoles a la edad de 96 años según informan medios oficiales del Gobierno.  

El que fuese secretario general del Partido Comunista de China tras las famosas protestas en la Plaza de Tiananmen y presidente del gigante asiático durante la década de su despegue económico ha muerto en Shanghái por un fallo multiorgánico provocado por la leucemia que padecía.

La peculiar personalidad de Zemin, dio a la política China una imagen más colorida a la que acostumbraban los dirigentes comunistas del país, mucho más grises y serios, en un momento en el que el país buscaba abrirse a la comunidad internacional. Entre otras cuestiones, Zemin era de los pocos políticos chinos que hablaba inglés de manera fluida. 

Su caricaturesca imagen y su particular comportamiento en actos públicos (como aquella vez que en su recepción en Madrid por el rey Juan Carlos I se sacó un peine del bolsillo) le valió diferentes apodos como el Florero o la Veleta. Se trataba de un líder comunista que se declaraba fan de las películas de Hollywood, se arrancaba a cantar Love Me Tender y parecía bailando en actos actos oficiales.

Zemin pasó por todos los escalones políticos, arrancando como alcalde de la ciudad de Shanghái, donde gracias a la contención menos violenta de las revueltas de estudiantes del 89, en la que miles de personas fueron asesinadas, fraguó una imagen idónea para presentarse como un líder amable. 

Sin embargo, su mandato también está marcado por diferentes manchas políticas y la constatación de la fuerte desigualdad social que sufría el país. Fue especialmente criticado al prohibir en 1999 la organización religiosa Falun Gong (con millones de adeptos, procedentes en su mayoría de la región del Tíbet) y la consiguiente detención y represión de todo aquel que se manifestara. 

A lo largo de los próximos días se celebrarán los actos fúnebres y memoriales por todo el país, que coinciden con un tenso momento político para el país con el aumento del número de contagios de covid y el descontento generalizado de la población frente a las medidas acatadas por el Gobierno que está saliendo masivamente a la calle para protestar.