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Merkel no quiere más turismo suicida a Suiza

GUILLEM SANS MORA

La gran mayoría de suicidios acaba saliendo mal y tiene consecuencias terribles para quienes lo intentan. El abogado fundador de la asociación Dignitas, Ludwig A. Minelli, considera que el suicidio es 'el último derecho humano'. Esta asociación presta asistencia médica en Suiza a personas que quieren quitarse la vida.

No está en absoluto de acuerdo con ello la canciller alemana, Angela Merkel, quien en el reciente congreso de su partido, la Unión Democristiana (CDU), en Hanover consideró 'el colmo de la desfachatez' que una asociación que practica la eutanasia lleve un nombre que significa en latín 'dignidad'.

Diez personas residentes en España han viajado a Zúrich desde 1998 para suicidarse con asistencia médica atendidas por Dignitas, según informó ayer Minelli a este diario.

La organización ha desatado una fuerte controversia en Alemania porque el 57%de los suicidas (464 personas hasta ahora) procede de ese país, donde se habla ya de un 'turismo suicida' al país vecino. Le siguen los suizos (93 suicidas), británicos (84) y franceses (66). Los españoles comparten el séptimo puesto con los italianos.

El método utilizado para el suicidio es la ingestión de un preparado llamado pentobarbital de sodio, un fuerte narcótico que a partir de una dosis de 4 gramos provoca un coma profundo y luego un paro respiratorio. El interesado toma media hora antes otro preparado para evitar el vómito, y muere sin dolor en compañía de sus familiares.

Dignitas ha atendido desde su fundación un total de 808 suicidios, ninguno de los cuales ha motivado la apertura de un proceso judicial. Inducir a alguien a suicidarse es delito en Suiza, pero sólo si detrás de esa actuación se advierten 'motivos egoístas', condición que no se cumple en el caso de esta asociación.

Crear precedente en Alemania

El médico alemán Uwe-Christian Arnold lleva en Hanover una especie de filial llamada Dignitate. Según la revista Der Spiegel, ha encontrado ya a un médico jubilado dispuesto a asistir a un suicida. Su intención es crear un precedentejurídico para legalizar la eutanasia activa.

Para los suicidas extranjeros, Dignitas tenía hasta finales de septiembre 16 habitaciones alquiladas en Zúrich, pero los vecinos y un político municipal lograron echar a la organización del edificio. Estaban hartos de ver entrar a moribundos en sillas de ruedas que salían luego dentro de un ataúd.

Minelli reaccionó poniendo a disposición el salón de su propia casa. Dos suicidas alemanes lo hicieron en un aparcamiento, caso que provocó indignación casi unánime en la prensa alemana y la condena sin matices de las Iglesias católica y evangélica.


El fundador de Dignitas ha recibido un relativo espaldarazo de la Corte Suprema suiza, que dictaminó en noviembre de 2006 que la decisión de acabar con la propia vida viene cubierta por la Convención Europea de Derechos Humanos, con la condición de que el medicamento mortal haya sido recetado por un médico suizo. Y si el suicida tiene problemas psíquicos, se requiere un informe psiquiátrico que avale que la decisión de suicidarse no es consecuencia de una depresión.

Minelli recordó el pasado día 1 en una reunión de asociaciones similares en Londres que todos los países europeos han ratificado esa convención, 'excepto las únicas dos dictaduras que quedan en Europa, Bielorrusia y el Vaticano'

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