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La mediación de Israel no consigue resolver la crisis de Ucrania

El primer ministro Naftalí Bennett ha realizado un viaje sorpresa a Moscú que es el primero de un mandatario occidental desde el estallido de la guerra en Ucrania. Su intervención, sin embargo, se revela de momento insuficiente puesto que la resolución del conflicto depende directamente del presidente Joe Biden, quien no parece muy interesado en frenar el deterioro político que la guerra implica para Vladimir Putin.

07/03/2022-El primer ministro de Israel, Naftalí Bennett, hablando durante una conferencia hoy en Jerusalén
El primer ministro de Israel, Naftalí Bennett, hablando durante una conferencia hoy en Jerusalén. EFE

La visita relámpago del primer ministro Naftalí Bennett a Moscú ha suscitado una larga serie de revelaciones y comentarios en los medios hebreos, que destacan que es la primera visita de alto rango de un mandatario occidental desde que se inició la invasión rusa de Ucrania y marca un punto positivo tanto para el prestigio de Bennett como para el de Israel.

Una evaluación interesante la proporcionó el domingo el Canal 13 contradiciendo las informaciones aparecidas en Occidente en el sentido de que Putin no está en sus cabales e incluso está perdiendo el criterio y el sentido de la realidad, información surgida en EEUU y que ha quedado registrada en distintos medios de ese país y de Europa.

Una "fuente cercana a Bennett" comunicó al Canal 13 que durante el encuentro del sábado, que se prolongó durante tres horas, Vladimir Putin "no se mostró partidario de la teoría de la conspiración ni irracional, ni sufrió ataques de ira", dando la impresión de controlar la situación, en contraste con lo señalado en los medios occidentales.

Bennett comunicó primero sus intenciones a la Casa Blanca y a los líderes de Alemania y Francia, con quienes volvió a hablar después de la reunión, lo que confiere a Bennett una aureola que le beneficia tanto dentro de su país como a nivel internacional. Sin embargo, es evidente que a diferencia de Ucrania, Rusia ve con cierta prevención sus movimientos y no acaba de fiarse de él.

Bennett comunicó sus intenciones de reunirse con Putin a la Casa Blanca y a los líderes de Alemania y Francia

El mismo Canal 13 señaló el domingo que Bennett no presentó a su interlocutor un plan propio de mediación, sino que se limitó a transferir mensajes entre las partes en conflicto. Otros medios agregaron que Putin dejó claro que no se detendrá la operación militar sino que esta continuará, en paralelo a las negociaciones, hasta que se aprueben sus demandas.

En el entorno de Bennett se comentó igualmente que la administración de Joe Biden considera que Putin está usando al primer ministro israelí para ganar legitimidad internacional después de haberla perdido desde el inicio de la invasión. A pesar de todo, Washington no le impidió viajar a Moscú.

Putin dejó claro que las hostilidades no se detendrán hasta que no se garantice a Moscú la desmilitarización de Ucrania. Esta es su principal demanda, aunque existen otros temas importantes para el presidente ruso, como el futuro de la región del Donbas, de mayoría rusa, y la situación jurídica de la península de Crimea, también de mayoría rusa, que Moscú se anexionó en 2014.

En círculos políticos de Israel se subrayó que no hubo fotografías ni antes ni después del encuentro. Aparentemente, Bennett declinó las fotografías puesto que es religioso y el encuentro se desarrolló durante el shabat, el día de descanso judío. Bennett viajó a Moscú durante el shabat, algo que tienen prohibido los judíos religiosos salvo en el caso de que se violen los preceptos con la intención de salvar vidas, como sería este caso.

Históricamente, ha habido rabinos que han precisado que solo se pueden violar los preceptos del shabat si es para salvar vidas de judíos, mientras que otros rabinos señalan que también se pueden violar para salvar vidas de no judíos, es decir de gentiles o goyim.

El Canal 12 indicó que Moscú ha comunicado a Israel por vía diplomática que Rusia no quiere asesinar al presidente Volodymyr Zelensky a pesar de que sabe cuál es su paradero. Su intención sería capturarlo vivo y procesarlo como responsable de haber desencadenado la guerra. Según medios occidentales, Zelensky habría sufrido tres intentos de asesinato en los últimos diez días.

En Israel se da por descontado que Bennett, de 50 años, ha logrado mejorar su imagen tanto dentro como fuera del país, lo que redundará en la percepción política que se tiene de él como líder de un partido que apenas posee una simbólica representación en la Kneset y que por las circunstancias reinantes consiguió llegar a primer ministro hace nueve meses gracias una carambola.

El último sondeo realizado el 15 de febrero desvela que su partido, Yamina, no solo no mejoraría los resultados de las últimas elecciones sino que caería de seis a cuatro escaños si las elecciones se celebraran ahora, una representación simbólica, la mínima que puede obtenerse en las elecciones. Esta tendencia obedece probablemente a su falta de carisma.

El carácter secreto del viaje quedó de manifiesto solo unas horas después de su llegada a Moscú, cuando la oficina del primer ministro emitió un comunicado indicando que en ese momento ya estaba reunido con Putin en el Kremlin. Los israelíes recalcaron que el viaje obedecía a una petición de Alemania, Francia y Ucrania, y contaba con la bendición de Washington.

Bennett habló después con Zelensky en al menos tres ocasiones. El mandatario ucraniano confirmó en las redes sociales que había un "diálogo" con Bennett, aunque en Kiev no eran optimistas al respecto y Zelensky "no había oído nada nuevo de Bennett que cambie la situación". Algunos medios hebreos recalcaron que Zelensky es judío y mantiene excelentes relaciones con Israel.

Bennett habló con Zelensky tras la reunión de Moscú en tres ocasiones

El veterano periodista del Yediot Ahronot Ron Ben-Yishai reveló que en las conservaciones telefónicas posteriores al encuentro con Putin, Zelensky se mostró "muy escéptico" con la maniobra de Bennett. Existe la impresión de que cualquier avance en la buena dirección depende únicamente de la actitud de Biden, quien habría optado por forzar un mayor desgaste de Putin y no estaría por la labor de garantizar una Ucrania desnuclearizada.

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