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María Senovilla: "Es como si la guerra de Ucrania ya no existiera"

Es la periodista y fotógrafa española que ha estado más tiempo en Ucrania cubriendo la guerra. Tras cuatro meses sin marcharse del país sin parar de trabajar, acaba de volver a España. Colaboradora de Público y EPA, ha trabajado como freelance en Ucrania y ha publicado en medios como The Washington Post y New York Times, entre otros.

La periodista y fotógrada María Senovilla, en Slatino (Járkiv)
La periodista y fotógrada María Senovilla, en Slatino (Járkiv). En el vídeo, explica la cobertura de la guerra de Ucrania. La entrevista se realizó en el hotel Eurostars Madrid Gran Vía. 

Es la periodista y fotógrafa española que ha estado más tiempo en Ucrania cubriendo la guerra. Tras cuatro meses sin marcharse del país sin parar de trabajarMaría Senovilla acaba de volver a España. Llegó a Odesa el sexto día del inicio de la guerra y, durante 120 días, ha recorrido prácticamente todo el país. Colaboradora de Público, ha trabajado como freelance en Ucrania y ha publicado en medios como The Washington Post, The New York Times, The Telegraph o The Guardian, entre otros. Exredactora jefa de Cambio 16, Senovilla también ha cubierto la guerra de Afganistán, el Sáhara Occidental, Angola y los desaparecidos de Argelia, entre otros. 

Primero de todo, bienvenida de nuevo a España. Es la periodista española que más tiempo ha estado cubriendo la guerra.

Me han dicho varios compañeros que soy la periodista y fotógrafa española que más tiempo ha estado del tirón. La mayoría de periodistas ha entrado y ha salido del país. Han venido a España a descansar y luego han vuelto. En mi caso, no me notaba cansada. Seguía teniendo encargos, seguían surgiendo historias interesantes que seguía queriendo contarlas y me quedé del tirón, hasta que he vuelto en julio.

María Senovilla, durante una de sus coberturas televisivas desde Ucrania.
María Senovilla, durante una de sus coberturas televisivas desde Ucrania. CEDIDA

Usted es 'freelance' y tiene que costearse de su bolsillo los billetes.

Claro. Los que van por un medio, les pagan el viaje de ida, el de vuelta, el descanso y volver a reincorporarse. En mi caso, si me iba de allí, era todo a mi cuenta.

¿Cómo de complicado es cubrir una guerra siendo 'freelance'?

Cubrir una guerra es caro y dependes del interés de los medios en seguir publicando historias. Normalmente, lo que sucede en una guerra es que a partir del primer mes, los medios de comunicación van perdiendo el interés. Deja de ocupar portadas y se va diluyendo. En esta guerra -que yo creo que nos ha tocado muy de cerca, nos sigue tocando y nos va a tocar todavía más- se ha mantenido el interés un poquito más. No obstante, ahora mismo, si te das cuenta, es como si la guerra de Ucrania ya no existiera. Todos los días siguen muriendo más de 100 ucranianos y entre 200 y 300 rusos. Los bombardeos siguen siendo diarios, se siguen utilizando municiones que están prohibidas -como las bombas de racimo, las municiones de fósforo-, se sigue bombardeando sistemáticamente áreas residenciales y atacando a la población civil.

María Senovilla, durante la entrevista.
María Senovilla, durante la entrevista. JAIME GARCÍA-MORATO

Ha sufrido la precariedad del periodismo de España...

He corroborado lo absolutamente precario que está el periodismo en España, comparado con el resto de países. Esto ya no va del tamaño del país ni del buen estado de la prensa: los freelance portugueses cobran más que los españoles.  Los alemanes cobran más del doble que yo, los franceses cobran casi el triple que yo y los americanos cobran cuatro veces más que yo por hacer la misma pieza.

En la guerra de Ucrania hemos visto cómo las 'fake news' han sido otra arma de guerra. Por ejemplo, la masacre de Bucha se negaba en redes sociales.

Es una guerra clásica, como la Segunda Guerra Mundial, pero con las herramientas y la tecnología que tenemos en el siglo XXI. Tanto de redes sociales, de comunicación, como de drones. He estado en la parte ruso hablante y hay mucha gente que tiene familia en Moscú y que han cortado lazos. Han dejado de hablar con sus familiares en Rusia porque les dicen que es mentira la guerra o que la invasión no existe. Les mandan fotos o vídeos y les dicen que es Photoshop. En redes sociales, la guerra de Ucrania ha desaparecido.

Ha estado cuatro meses en Ucrania. ¿Qué evolución del país ha percibido?

A peor. Cuando llegué, a mí y a todos los que estábamos allí, nos sorprendió tremendamente la resistencia y la resiliencia del pueblo ucraniano. La estrategia que planteó Putin fue un desastre y los ucranianos se vinieron muy arriba. No solo porque estaban resistiendo, sino porque además, el gigante de Rusia no estaba consiguiendo pasarlos por encima. Ahora ya no tienen ese espíritu. El primer mes, que estaba todo cerrado, me recordaba mucho cuando aquí nos confinaron por la pandemia. La gente se volcó. Hacían de todo: desde tejer redes de camuflaje, a preparar comida. Ahora, aunque estén siendo bombardeadas,  muchas ciudades han tenido que abrir el comercio y la hostelería. Por otro lado, el Oeste está abierto entero. Además, de los que se fueron refugiados o desplazados, muchos han vuelto. Ha habido gente no se ha sentido bien acogida en Europa, gente que había dejado en Ucrania parte de su familia y no quería estar sin ella, gente que estaba acogida en familias que ya no pueden mantenerlas.

¿La guerra de Ucrania ha demostrado que hay refugiados de primera y de segunda?

Más que refugiados de primera o de segunda, creo que aquí han pesado dos cosas: la primera que esta guerra está en casa. Esto es Europa del Este, pero es Europa. Cuando tú tienes una guerra en casa, es normal que te sientas ya no solo identificado, sino también amenazado. La foto fija del tipo de refugiado que durante las primeras semanas salió por las fronteras de Polonia, de Moldavia, de Hungría era un 99% de madres con niños y algunos ancianos. ¿Cómo no vas a sentir empatía?

La Unión Europea ha activado por primera vez desde que se redactó hace 20 años la norma que permite la entrada sin límites de refugiados ucranianos. La diferencia con refugiados de otros países en guerra es notoria.

En el caso de Polonia, yo creo que está bastante claro. Tiene lazos muy estrechos con Ucrania y tienen la guerra a la puerta de casa. En el caso del resto de países de Europa, creo que también aquí pesa el hecho de que desde 2014, desde la crisis de Maidán, Ucrania era un candidato a ser parte de la Unión Europea. No justifico lo que sucedió con los dos millones de refugiados que salieron de Siria y que se quedaron a las puertas de todas las fronteras de Europa absolutamente maltratados porque no tiene justificación alguna. Ojalá cambiemos de mentalidad porque seguro que, por desgracia, habrá más guerras, habrá más refugiados y habrá más movimientos migratorios por causas climáticas. A ver si cambiamos un poquito esa mentalidad ahora que hemos visto que no pasa nada por acoger a gente de otros países.

¿Cree que la guerra se va a cronificar?

Yo creo que esto, de aquí a finales de año, se va a solventar. Putin ya puede venderle a su pueblo una victoria porque ya ha conseguido conectar Crimea con Rusia. Ya tiene Jersón, ese corredor que pasa por Melitópol y Mariúpol. Al Donbás por desgracia, no le auguro nada bueno. La pregunta ahora es qué va a pasar con Járkiv y qué va a pasar con Odesa. Estamos hablando de la segunda ciudad más importante del país y de la cuarta, que además tiene el puerto más importante del Mar Negro. Si a Ucrania le quitas esas dos ciudades, has matado a Ucrania. Ahora creo que es cuando se tienen que sentar, pero con intención real de negociar en la mesa diplomática. También van a poner en encima de la mesa el tema del gas.

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