Este artículo se publicó hace 9 años.
Detenido un judío ortodoxo tras apuñalar a seis personas en el Orgullo Gay de Jerusalén
El ataque, a manos de Yshay Shliser, se produjo durante la marcha en la que participaron unas 5.000 personas, en el centro de la ciudad, bajo fuertes medidas de seguridad por la oposición de extremistas religiosos.
-Actualizado a
JERUSALÉN.- Un judío ortodoxo llamado Yshay Shliser ha apuñalado a al menos seis personas durante la marcha del Orgullo Gay en Jerusalén. Según un portavoz de la Estrella de David Roja, equivalente a la Cruz Roja, tres de ellas se encuentran en estado grave y las otras tres han sufrido heridas leves. El ataque se ha producido en el centro de la ciudad, cerca de la calle de Kerem Ayesod, donde alrededor de 5.000 personas marchaban para reivindicar los derechos de la comunidad homosexual.
Según han confirmado fuentes policiales, Yishay Shlizer llevó a cabo hace diez años el último ataque contra la marcha gay y salió de prisión hace tres semanas.
"Un hombre salió de uno de los laterales y comenzó a apuñalar a la gente. Rápidamente se le echaron encima varios policías y lo redujeron en cuestión de segundos", dijo a Efe una testigo, que añadió que "había mucha sangre. Fue todo tan rápido que no nos dio tiempo a ver al autor".
Los asistentes se quejaban de que "los homosexuales no puedan vivir con seguridad" en esta ciudad, considerada santa por las tres religiones monoteístas, que tienen en común considerar la homosexualidad un pecado y su ostentación un acto de osadía censurable.
La presidenta de la asociación defensora de los homosexuales Casa Abierta, Dana Sharon, aseguró que, en lugar de disolver el acto, su organización ha llamado a los participantes a quedarse allí concentrados en rechazo al ataque. Por su parte, el presidente de Lehava, organización extremista judía que convoca cada año una contra-manifestación a la marcha gay, Benzi Gobstein, negó que sus seguidores estuviesen involucrados en el incidente. "No tiene que ver con nosotros. Nosotros no apoyamos la violencia y no creemos que ningún judío tenga que apuñalar a ningún judío", declaró.
La fiesta estuvo centrada en una marcha que ha transcurrido por el centro de la ciudad, bajo fuertes medidas de seguridad por la oposición de extremistas religiosos. La Policía israelí, desplegó a cientos de efectivos para proteger desde el primer momento a los manifestantes.
Al contrario que en Tel Aviv, donde el día del Orgullo tiene un ambiente festivo y despreocupado y las celebraciones son apoyadas por la Alcaldía y se prolongan durante más de una semana, en Jerusalén la ocasión se conmemora con mucho más cuidado y dificultades. En la ciudad se concentran las tres religiones monoteístas, el judaísmo, el cristianismo y el islam, que tienen en común considerar la homosexualidad un pecado y, su ostentación, un acto censurable.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha condenado duramente el acto. "Es un caso muy grave y llevaremos ante la justicia a los responsables de este acto. En el Estado de Israel la libertad de elección del individuo es uno de los valores básicos. Debemos garantizar que en Israel todo hombre y toda mujer vivan con seguridad cualesquiera que sean sus elecciones", señaló en un comunicado.
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