Este artículo se publicó hace 9 años.
John Nash, una mente maravillosa y problemática
"Este hombre es un genio", decía una de las cartas escritas por un profesor en apoyo de su entrada en el programa de doctorado en Princeton. Pasará a la historia como uno de los matemáticos más brillantes del siglo XX y el atormentado inspirador de la película "Una mente maravillosa".
NUEVA YORK.- Una mente privilegiada, pero golpeada durante años por la esquizofrenia. John Nash pasará a la historia como uno de los matemáticos más brillantes del siglo XX, pero para el gran público será siempre el atormentado inspirador de la película "Una mente maravillosa". Nash falleció este sábado a los 86 años en un accidente de taxi en el que también perdió la vida su mujer Alicia de 82, que le acompañó durante gran parte de su complicada vida.
Premio Nobel de Economía en 1994 por su "Teoría de los Juegos" y responsable de varios progresos fundamentales en la aplicación de herramientas matemáticas a otros ámbitos, Nash está considerado como uno de los grandes cerebros matemáticos de las últimas décadas. Su tesis doctoral, en 1951, incluyó ya buena parte de sus aportaciones, entre ellas el llamado "equilibrio de Nash".
Una de las cartas escritas por un profesor en apoyo de su entrada en el programa de doctorado en Princeton decía únicamente: "Este hombre es un genio", según recuerda hoy The New York Times.
Pero más allá de ese genio matemático, Nash es conocido sobre todo por una vida marcada por las enfermedades mentales y que el director Ron Howard llevó a la gran pantalla en 2001 bajo el título de Una mente maravillosa. La cinta, con Russell Crowe en el papel de Nash, fue uno de los grandes éxitos del año y se llevó cuatro Oscar, entre ellos el de mejor película.
Hijo de un ingeniero eléctrico y una maestra, Nash nació en 1928 en Bluefild, en Virgina Occidental (EE.UU.) y rápidamente se distinguió por su capacidad intelectual, obteniendo becas para estudiar en el Carnegie Institute of Technology de Pittsburgh y luego en Princeton.
Allí, publicó con sólo 21 años su conocida tesis, que disparó su fama entre la comunidad académica, y le llevó al prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) y a la compañía de tecnología militar RAND.
En paralelo, las turbulencias comenzaban en su vida personal, con un breve romance del que nació un hijo en 1953 y, según una biografía, con varias relaciones homosexuales y un arresto por exposición indecente. En 1957, Nash se casó con Alicia Lardé, una investigadora de origen salvadoreño, y al poco tiempo sus problemas mentales comenzaron a empeorar.
En 1963 se divorció de su mujer que, sin embargo, siempre se mantuvo a su lado y que 1970 se lo llevó a vivir a su casa, donde poco a poco comenzó a superar la enfermedad
Diagnosticado con esquizofrenia en 1959, el matemático pasó largas temporadas hospitalizado, fue tratado con terapia de descargas eléctricas, huyó por un tiempo a Europa y perdió años pululando por los pasillos de Princeton en medio de la paranoia y teorías de conspiración en su contra.
En 1963 se divorció de su mujer que, sin embargo, siempre se mantuvo a su lado y que 1970 se lo llevó a vivir a su casa, donde poco a poco comenzó a superar la enfermedad. Nash consiguió volver a dar clases y en 1994 recibió el Nobel de Economía por los descubrimientos que había hecho décadas antes.
Un año después, Sylvia Nasar publicó un perfil sobre el matemático en The New York Times, que luego amplió en el libro "A Beautiful Mind" en 1998 y que inspiraría la película.
La cinta, que contó con el visto bueno de Nash, "tiene bastante que ver con la vida y con lo que ocurrido" al matemático, según dijo en una entrevista en 2007 su esposa, con la que volvió a casarse en 2001.
Sin embargo, la notoriedad de la película también alimentó las acusaciones contra Nash, que se vio obligado a negar en una entrevista ser antisemita y que atribuyó algunas de las "extrañas ideas" que tuvo durante su vida a la enfermedad.
En los últimos años, el matrimonio dedicó buena parte de su tiempo a llamar la atención sobre las enfermedades mentales, de las que también fue víctima su hijo, John, que además siguió la carrera de su padre como matemático.
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