Este artículo se publicó hace 8 años.
Israel se indigna con la UNESCO por la Explanada de las Mezquitas
Las autoridades israelíes se han rebelado contra la UNESCO por el texto de un borrador de resolución que defiende el patrimonio musulmán de Jerusalén. Las autoridades hebreas, sin embargo, no han hecho ninguna mención a la ocupación que a diario cambia la realidad de la ciudad santa.
Eugenio García Gascón
-Actualizado a
JERUSALÉN.- Israel ha roto este viernes los contactos con la UNESCO después de que este organismo aprobara el jueves el texto de un borrador de resolución en el que se exige que el Estado judío respete los santos lugares musulmanes de Jerusalén, y más concretamente la Explanada de las Mezquitas.
El borrador de resolución fue redactado por varios países árabes, incluido Egipto, que mantiene unas estrechas relaciones con Israel, y aprobado por un comité con 24 votos a favor, seis en contra y 26 abstenciones. El texto aprobado se votará próximamente por la ejecutiva de la UNESCO.
La Explanada de las Mezquitas es un lugar santo del islam desde el siglo séptimo de la era cristiana. Con anterioridad, en el primer milenio antes de Cristo, fue un lugar santo para el judaísmo en el que estuvo un Templo que los romanos destruyeron hace casi dos mil años tras sofocar varias revueltas.
En la actualidad numerosos judíos visitan la Explanada fuertemente protegidos por la policía israelí y existen grupos organizados que exigen la destrucción de la mezquita al Aqsa y el domo de la Roca para construir en su lugar un tercer templo judío. Los incidentes a causa de estas visitas de los judíos, que en su mayor parte son colonos radicales que cuentan con el apoyo del gobierno, se producen a diario.
El borrador aprobado por la UNESCO denuncia ciertas acciones israelíes en Jerusalén, como el uso de la fuerza, las restricciones sobre los fieles palestinos que quieren rezar en la Explanada de las Mezquitas, y las obras arqueológicas en el sector ocupado de Jerusalén. Israel dice que estas acusaciones han sido “motivadas políticamente”, mientras que la resolución aprobada por la UNESCO habla de “salvaguardar el patrimonio cultural de Palestina y el carácter distintivo de Jerusalén Este”.
Los palestinos han denunciado repetidamente las acciones del gobierno, el ejército y la policía israelíes en el sector ocupado de Jerusalén, asegurando que el objetivo de Israel es establecer un nuevo statu quo en la Explanada, similar al que en los años noventa se estableció en la ciudad de Hebrón, en la Cisjordania ocupada.
En 1994 un colono judío de nombre Baruch Goldstein entró en la mezquita de Abraham de Hebrón y llevó a cabo una matanza de fieles palestinos. Tras esta acción, las autoridades militares israelíes procedieron a dividir la mezquita de Abraham en dos partes separadas para los musulmanes y los judíos respectivamente. Los musulmanes temen que la historia se repita en Jerusalén tras cualquier incidente grave que sea provocado deliberadamente por los judíos.
El ministro del Interior de Israel, Naftali Bennett, del partido nacionalista y religioso La Casa Judía, ha anunciado este viernes la congelación de las relaciones con la UNESCO, manifestando que el borrador de resolución “niega la historia y anima al terrorismo”.
Sin embargo, el borrador reconoce explícitamente la importancia del lugar para las tres religiones monoteístas, aunque solamente se refiere a él con la terminología de Noble Santuario y Mezquita al Aqsa, que es como lo conocen los musulmanes.
En el lugar existen algunos vestigios del segundo templo que destruyeron los romanos hace dos mil años, como el muro occidental o Muro de las Lamentaciones, donde Israel, destruyendo un barrio palestino, estableció después de la guerra de 1967 una explanada a la que acuden a rezar los judíos.
La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, ha criticado el borrador de resolución diciendo que “hay pueblos distintos que rezan en los mismos lugares que a veces tienen diferentes nombres. Es importante reconocer, usar y respetar esos nombres”.
Pero el ministro Naftalí Bennett ha respondido que la declaración de Bokova es insuficiente. “Las palabras son importantes pero no sustituyen a las acciones de la organización que ella preside”. Numerosos líderes israelíes, cada vez más, se manifiestan a favor de construir el tercer templo donde ahora está la Explanada de las Mezquitas.
En su cuenta de Facebook, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha calificado a la UNESCO de “teatro del absurdo”. “Decir que Israel no tiene conexión con el monte del Templo es como decir que China no tiene conexión con la Gran Muralla de China o que Egipto no tiene conexión con las pirámides. Mediante esta resolución absurda, la UNESCO ha perdido la pequeña legitimación que le quedaba”, ha manifestado Netanyahu.
Con estas palabras el primer ministro introduce deliberadamente a Israel en la ecuación, y no solamente la religión judía, a pesar de que la Explanada de las Mezquitas se encuentra fuera del territorio de Israel reconocido por la comunidad internacional.
En realidad, el borrador de resolución dice exactamente lo contrario de lo que sostiene Netanyahu puesto que “afirma la importancia de la Ciudad Vieja de Jerusalén y sus murallas” para las fes judía, cristiana y musulmana. No denigra el vínculo judío con lo el Monte del Templo sino que simplemente no aborda esta cuestión.
Al fin y al cabo, lo que está en peligro no es el Templo, ya que este no existe desde hace dos mil años, sino la mezquita al Aqsa y el Domo de la Roca, que sí que existen desde hace 1.300 años. Una de las funciones de la UNESCO es salvaguardar el patrimonio de la humanidad, de ahí que deba velar para que se conserven las dos mezquitas de Jerusalén que son amenazadas cada vez por un mayor número de judíos radicales, incluidos altos dirigentes israelíes.
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