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Islandia El milagro económico islandés colapsa: suenan otra vez los tambores de recesión

Fue una de las economías que primero entró en contracción en 2008. Emblema de la lucha judicial para reclamar responsabilidades a la banca e, incluso, a la jefatura de su Gobierno por la gestión de la crisis financiera de hace un decenio, Reikiavik dice estar preparada para abordar una “profunda recesión”.

Avión de la compañía Wow Air | Wow Air

DIEGO HERRANZ

“Estamos preparados para una profunda recesión, ya este año, aunque con efectos de mayor profundidad a comienzos de 2020”, admitía hace unos días el gobernador del Banco de Islandia, Már Gudmundsson, en una conferencia en Dubrovnik (Croacia), que achacó la pérdida de vigor de la economía del país a la “drástica caída” del turismo, que ha retrocedido a niveles de 2016 y que tiene efectos colaterales inmediatos en el mercado del alquiler y, por ende, en la capacidad adquisitiva de los propietarios con varias residencias, en el consumo de hogares y en los ingresos de empresas de este sector, y en la pésima temporada del capelin, la presa con la que obtienen las capturas de bacalao en el Mar de Bering, otra de las grandes fuentes productivas islandesas, cuyo PIB, a precios de mercado, genera anualmente 25.882 millones de dólares de riqueza, en un país de apenas 340.000 habitantes.

“Nunca hemos estado tan preparados en nuestra historia para afrontar una situación adversa como la que se nos avecina ahora”, alerta el gobernador del banco central

Aunque en la coyuntura reciente de Islandia también ha jugado un papel determinante la bancarrota de su aerolínea Wow Air. Sin embargo, para el jefe del organismo regulador islandés, en declaraciones que recoge la agencia Bloomberg, “nunca hemos estado tan preparados en nuestra historia para afrontar una situación adversa como la que se nos avecina ahora”. De hecho, la institución que preside ya ha iniciado su corrección a la baja en los tipos de interés. Adelantándose a una medida que contempla la mayor parte de los bancos centrales industrializados y emergentes que siguieron la senda alcista de la Fed hace año y medio. Gudmundsson redujo en medio punto, hasta el 4%, el precio del dinero en mayo. Para hacer frente a una contracción económica que su servicio de estudios estipula en cuatro décimas en el conjunto de este ejercicio.

“Tenemos margen suficiente para reconducir con la política económica este escenario sombrío y restablecer el dinamismo”, aclara. Señal inequívoca de que habrá nuevos movimientos en los próximos meses, con objeto de abaratar las condiciones de financiación y facilitar la concesión crediticia a hogares y empresas. Aunque esta maniobra conlleve una mayor pérdida de valor de la corona islandesa, que se ha dejado un 6% de su cotización en su relación cambiaria a lo largo de este año con el euro.

Final del ciclo de negocios Desde el Ejecutivo de la primera ministra Katrín Jakobsdóttir, líder del movimiento Izquierda-Verde, también reconocen que la década de esplendor que ha disfrutado el país desde la crisis de 2008, toca a su fin. Su anuncio de medidas ha sido inminente. Entre otras, poner en marcha la venta de activos de los bancos que fueron nacionalizados y, con ello, la liberación de todas las carteras de acciones de inversores extranjeros que fueron confiscadas a la banca del país, y cuya gestión pasó a manos del gobierno para salir del tsunami financiero en el que se había sumido el país.

Islandia sentó en el banquillo del Landsdomur, un juzgado especial fundado en 1905 para investigar casos fraudulentos relacionados con la acción gubernamental. Era la primera vez que se utilizó y, aunque el primer ministro Geir Haarde, fue absuelto un año más tarde, en 2011, esta acusación oficial de negligencia se interpretó como un gesto inaudito en el mundo. Sin embargo, el secretario permanente de su ministro de Finanzas, Baldur Gudlaufsson, permanece en prisión después de que la comisión parlamentaria que investigó posibles delitos de negligencia flagrante

El proceso abierto hace más de tres años en la comisión parlamentaria de investigación, cuyas conclusiones sirvieron para emprender el caso judicialmente a políticos por responsabilidades en la gestión de la crisis, se saldó con un condenado en prisión: Baldur Gudlaufsson, el que fuera secretario permanente de su ministro de Finanzas. Vendió dos semanas antes del batacazo 1,6 millones de dólares del Landsbankinn, una de los tres bancos tóxicos nacionalizados. “El Estado islandés ha reducido el valor de todos ellos con la imposición de estrictos requerimientos legales y con una estructura de cobro de comisiones rigurosa, por lo que podría ser una sabia decisión la idea de que entidades financieras europeas adquieran sus acciones, ya saneadas”, asegura a Bloomberg Asgeir Jonsson, profesor asociado de la Universidad de Islandia.

El Ejecutivo, además, ha publicado un Libro Blanco sobre cómo debe operar el sistema bancario en el país en el futuro y ha reducido ya su participación en Arion Banki, del que asumió las riendas completamente en junio, aunque todavía mantiene dos entidades prestatarias vinculadas a esta entidad con valores equivalentes al 15% de la economía del país. También están en la plataforma de venta al sector privado, “cuando las circunstancias del mercado sean las apropiadas”, aclaran en Reikiavik.

El turismo, epicentro de la recesión

Precisamente desde el servicio de estudios de este banco se alerta del epicentro de la entrada en recesión: la industria turística. El gran proveedor de divisas en la economía islandesa desde su salida de la crisis. Pero el gran motor del ciclo de negocios se apaga, anticipan en Arion, en un informe analítico sobre este segmento de actividad, que ha llegado a aportar hasta el 12% del PIB y el 20% de las inversiones empresariales. En él, se advierte de que este ejercicio el flujo de visitantes “podría caer drásticamente”, con ratios de crecimiento mínimos, del 1,4%, después de cuadruplicar el número de pernoctaciones vacacionales en el último decenio.

La caída del turismo está afectando ya al empleo y la inversión hotelera

Sus expertos llaman la atención sobre el impacto que esta pérdida de turistas puede propiciar en el conjunto de la economía; en especial, en proyectos hoteleros, en la demanda de empleo, en el balance por cuenta corriente del país o en el valor de la corona”. Además de las interferencias que creará en el circuito de tour-operadores de los países nórdicos, acosados por el repunte de la cotización del petróleo. Un buen ejemplo de ello es Wow Air, la aerolínea de bajo coste que, junto a su enseña nacional, Icelandair, monopolizan la entrada de turistas al país.

Wow ha cancelado rutas a Edimburgo, Estocolmo o San Francisco, aunque lo achacan al retraso de entrega de dos Airbus A330, motivo que también ha llevado a la suspensión de pagos a otra línea nórdica, Primera Air. Pero el asunto preocupa. Y mucho. Porque el banco central islandés ha intervenido en varias jornadas de las últimas semanas para contener la depreciación de la moneda del país; en gran medida, debido a la situación financiera de esta aerolínea.

El FMI se ha sumado a esta advertencia del sector turístico. En su informe sobre Islandia, se hacía eco de la pérdida de dinamismo en los últimos años, después de que, en 2016, experimentara un impulso espectacular del 40%. El Fondo une a este retroceso de la demanda turística otros tres riesgos asociados: las tensiones comerciales, la escalada del crudo y la incertidumbre del Brexit. Todos ellos, con repercusión directa sobre la economía islandesa. De hecho, la tasa de desempleo ha saltado seis décimas, hasta el 3,6%, desde comienzos de año, en un país que se ha acostumbrado al pleno empleo.

Aunque las solicitudes en busca de nuevos puestos de trabajo podrían dispararse porque las reservas de hoteles ya retrocedieron un 5% en términos anuales el pasado mes de abril, según la Asociación de la Industria Turística. La misma proporción de la caída de empleo en el sector hotelero del país. El asunto ha llegado al Parlamento, desde donde se promueve una iniciativa para espolear el turismo con una partida equivalente al 1% del saldo positivo que Reikiavik maneja en el presupuesto de este año.

Islandia ha sido un ejemplo en la gestión de la crisis

Del el FMI se aplaude la reacción inmediata del banco central. Estiman que los altos tipos de los últimos dos años perjudican la competitividad de su tejido empresarial y añaden presión sobre la corona. Y esperan que el sucesor de Gudmundsson, que dejará el cargo el 20 de agosto, siga con su política monetaria. La tutela del Fondo fue determinante para que el sistema bancario de Islandia saliera a flote. Además de marcar un hito histórico. Los 2.100 millones de dólares que liberó el Fondo a modo de préstamos al país en 2011 fueron devueltos íntegramente sólo cuatro años después.

En la dirección ejecutivo de esta institución, consideran a Islandia “un alumno aventajado” por su fulgurante salida del colapso financiero. Ahora, estimulan la rebaja del precio del dinero para sanear la economía y que Islandia inaugure otro ciclo de negocios estable. Entre otras razones, porque tampoco ven atisbos de tensiones inflacionistas a medio plazo.

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