La ONG Human Rights Watch (HRW) ha publicado un informe en el que denuncian los traslados forzosos de ucranianos a Rusia. La ONG se ha encargado de señalar el uso de bombas de racimo que han causado al menos 689 muertes de civiles.

Además, ha acusado a Kiev y Moscú de poner en riesgo innecesario a los civiles al basar sus fuerzas en áreas pobladas. La ONG escribió a los Ministerios de Defensa de Rusia y Ucrania este mes de mayo para obtener la información de las medidas tomadas para proteger a los civiles de la guerra sin obtener respuesta de ninguno de los dos Estados involucrados.

Las publicaciones de los últimos meses de HRW denuncian el aumento de víctimas por el empleo de este tipo de armas, además de las torturas, detenciones ilegales y desapariciones forzosas a las que las tropas rusas estarían sometiendo a los civiles en las áreas ocupadas de las regiones de Jersón y Zaporiyia. El informe de este jueves muestra, de nuevo, los crímenes de guerra que se están cometiendo en este enfrentamiento.

Traslados forzosos de civiles

El nuevo informe de Human Rights Watch de 71 páginas 'No teníamos elección': 'Filtración' y el delito de traslado forzoso de civiles ucranianos a Rusia revela que Moscú ha estado trasladando a civiles ucranianos por la fuerza dentro de las fronteras de la Federación e incluso a zonas ucranianas ocupadas por Rusia.

La ONG ha lamentado esta estrategia, recordando que las transferencias son una violación grave de las leyes de la guerra y que, por tanto, constituyen un crimen de guerra. Añade, además, que Moscú sometió a miles de ucranianos a un control de seguridad obligatorio y abusivo conocido como "filtración".

La investigadora principal de crisis y conflictos de Human Rights Watch y coautora del informe ha indicado que "a los civiles ucranianos no se les debe dejar otra opción que ir a Rusia". Así lo confirman las 54 entrevistas a civiles que fueron obligados y transferidos a Rusia o que sirvieron de apoyo a los civiles sometidos.

El número de civiles trasladados todavía está por determinar. No obstante, la mayoría ha sido obligada a hacerlo y, por tanto, se convierte en ilegal, señala el informe de Human Rights Watch. Además, defiende que Moscú debe garantizar que los civiles puedan huir a zonas de control ucraniano.

Sin embargo, este es tan solo uno de los informes de la ONG que demuestra la continua violación de los derechos humanos que están sufriendo los civiles a lo largo de este conflicto bélico.

Las bombas de racimo

Al menos 689 civiles han muerto a causa del "uso generalizado" de bombas de racimo por parte de Moscú en el marco de la invasión rusa a Ucrania. Este tipo de armamento es utilizado únicamente por Rusia en este conflicto bélico.   siendo este país el único en el mundo en el que se utiliza este tipo de armamento. El comunicado de la ONG ha revelado que el ejército ucraniano utiliza también este tipo de arma incluyéndola en sus misiles.

El informe de 100 páginas Control de Bombas de Racimo 2022 indica que al menos 149 personas han muerto por restos de bombas de racimo en 2021 en comparación con años anteriores, que fueron 360 en 2020 y 317 en 2019. Sin embargo, estas cifras se han visto aumentadas por la sombra de la guerra que se está desarrollando en el país de Europa del este.

La directora de HRW, Mary Wareham, explicó que estas bombas causan un "sufrimiento inmediato y a largo plazo a los civiles" por lo que es "inconcebible e ilegal". Además, alegó que "todos los países deben condenar el uso de estas armas bajo cualquier circunstancia". La editora del informe, Loren Persi, ha indicado que "los niños constituyeron dos tercios de todas las víctimas".

HWR ha insistido en la "extrema necesidad" de limpieza de las áreas contaminadas por estas bombas. El uso de estas bombas confirma una investigación anterior que realizó la propia ONG: no se están tomando medidas para evitar bajas de civiles.

La guerra a costa de civiles

HRW denunció las torturas, detenciones ilegales y desapariciones forzosas a civiles. En un comunicado, la investigadora para Ucrania de HRW, Yulia Gorbunova, aseguró que las "fuerzas rusas han convertido las áreas ocupadas del sur de Ucrania en un abismo de miedo y anarquía salvaje" en donde "la tortura, el trato inhumano, así como la detención arbitraria y el confinamiento ilegal de civiles, se encuentran entre los aparentes crímenes de guerra que hemos documentado".

Además, las fuerzas rusas y ucranianas han marcado los enfrentamientos con el riesgo innecesario al que han sometido a los civiles. La ONG señaló el pasado agosto que ambas partes basan sus fuerzas en áreas pobladas sin trasladar a sus residentes a zonas más seguras. Esto infringe directamente la Ley humanitaria internacional, que obliga a tomar precauciones para mantener a salvo a los civiles y a las estructuras.