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La guerra de Ucrania no interesa a los estadounidenses y podría castigar a Biden

El votante de EEUU no se muestra preocupado por la escalada rusa, actual centro de atención la Casa Blanca. De llegar en este clima a las elecciones legislativas de noviembre, lo demócratas podrían acusarlo en las urnas, advierten los expertos.

El presidente de EEUU, Joe Biden.
El presidente de EEUU, Joe Biden. Kevin Lamarque / REUTERS

Las encuestas indican que menos de uno de cada seis estadounidenses apoya que se envíen tropas para luchar contra las fuerzas rusas en Ucrania, de acuerdo con Convention of States Action (COSA). El presidente Joe Biden —que según un nuevo sondeo de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research, cuenta con un índice de aprobación del 43%— necesita que los votantes estén de su lado y apoyen a su partido en las elecciones legislativas de este noviembre.

El decano de la Escuela de Estudios Globales de Frederick S. Pardeee en la Universidad de Boston, Adil Najam, explica a Público que, pese a que Estados Unidos históricamente ha intervenido en conflictos ajenos, ahora la Administración Biden no tiene una excusa para justificar que su nación actúe en Ucrania.

"En la Guerra Fría la lógica era: Si no actuamos, los soviéticos lo harán; eso se utilizó en el caso de Cuba. En el caso de Irak y Afganistán crearon una nueva lógica: Tenemos que atacar para hacer que el mundo sea un lugar más seguro para nosotros. Pero en el caso de Ucrania no se puede aplicar ninguna de esas lógicas", anota el experto, quien no descarta que Estados Unidos cree una nueva lógica.

"Este conflicto viene cuando para Biden son mucho más importantes los problemas domésticos que los internacionales. El país está dividido, aún no ha terminado la pandemia y preocupan los altos niveles de inflación", recalca Najam.

Graeme Robertson, que es profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, apunta a Público que hace tan solo unos meses Biden se proclamaba como el presidente que ponía fin a la guerra en Afganistán, un conflicto que Estados Unidos lideró durante dos décadas. "Eso hace que sea mucho más difícil imaginarse que Estados Unidos esté dispuesto a involucrarse directa o indirectamente en otro conflicto", apunta.

Los Republicanos

Haga lo que haga Biden, el mandatario contará con el apoyo de su partido y la crítica de la oposición. "Lo más conveniente para el bando que no está en el poder y no cuenta con poder de decisión es decir que se necesita a un presidente más fuerte", afirma el politólogo.

Trump es el único expresidente de EEUU que no ha iniciado una guerra en este siglo

Si Washington interviene en Ucrania los republicanos le reprocharán a los demócratas haber empezado una nueva guerra y señalarán que Trump —más dialogante con Rusia y menos interesado por las relaciones internacionales— no inició ningún conflicto bélico en sus cuatro años en la Casa Blanca. Y eso es algo de lo que no se puede jactar ningún otro expresidente de este siglo.

Europa, una pieza clave

Tanto Biden como Putin son producto de la Guerra Fría y en este momento de tensión buscan "mostrar músculos" sin que sea necesario llegar a los puños. Pero el nuevo orden mundial no es el de entonces. Los dos grandes bloques que dividían el mundo ahora también cuentan con los contrapesos de Europa y, sobre todo, China.

"Putin es un líder de la Rusia moderna, pero es un producto del mundo soviético y Biden, que está muy interesado en los asuntos públicos, se interesó en asuntos exteriores debido a la Guerra Fría", dice Najam. Señala además que Europa sí que ha pasado página, ya que sus líderes cuentan con una mentalidad y una una economía completamente distinta a la de hace 40 años.

"El hecho de que la conversación sea sobre la OTAN, no solo sobre Estados Unidos y Rusia, hace que los europeos sean una pieza importante", destaca el también profesor de Relaciones Internacionales y de Tierra y Medio Ambiente.

El gas ruso que calienta Europa

En la agenda de Biden siempre ha estado estrechar los lazos con el Viejo Continente, una relación que se había deteriorado mucho con el expresidente Donald Trump y que pese a los discursos de Biden se enfrió, sobre todo para Francia, tras la crisis de los submarinos nucleares del verano pasado. "Le da la oportunidad a Biden de hablar de algo importante con los europeos".

En este contexto, las sanciones económicas serán un elemento central de las respuestas de Europa y Estados Unidos, de acuerdo con Robertson. Esta semana Biden ha indicado que no quiere desplegar fuerzas estadounidenses en Ucrania, pero que si el Kremlin invade este país atacará con serias consecuencias económicas. Entre otras está la opción de dejar sin chips a Rusia, sancionar a los grandes bancos rusos y excluir a la nación del sistema de datos bancarios SWIFT.

"Cualquier movimiento en falso puede hacer que todo se vaya de las manos"

No obstante, el doctor Najam destaca que Rusia no es un país pequeño y económicamente débil, como Cuba, Yemen o Irán, por lo que Washington se topará con más limitaciones a la hora de aplicar sanciones.

Según el profesor de la Universidad de Boston, tanto Estados Unidos como Rusia están exhibiendo su poderío, pero ninguno de los dos países quiere ir a la guerra. "Espero que solo se trate de una exhibición de sacar músculo. El problema es que cualquier movimiento en falso, una señal equivocada o malinterpretada puede hacer que todo se vaya de las manos"

Robertson también indica que es poco probable que Rusia invada Ucrania y que Estados Unidos envíe tropas. "Dicho esto, llevo estudiando Rusia durante 30 años y siempre hacen algo que sorprende. No me extrañaría si en los siguientes meses pasa algo de lo que no estamos hablando ahora y que los rusos hagan algo inesperado".

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