Las tropas ucranianas entraron este viernes sin resistencia en la ciudad de Jersón, al sur del país, donde vuelve a ondear la bandera azul y amarilla poco después de que el Ejército ruso completara su retirada del margen derecho del río Dniéper –el río más grande de Ucrania.– para pasar a la orilla izquierda.

Hace dos días, el pasado miércoles, Rusia anunció que se retiraba de la ciudad de Jersón, la única capital de una región ucraniana ocupada por sus tropas. La ciudad estaba ocupada desde el pasado 1 de marzo.

Las tropas rusas han salido de la ciudad pero se han parapetado al otro lado del río Dnieper, convirtiendo la orilla sur en una auténtica fortificación. De hecho, Rusia sigue controlando un 60% del territorio de la región de Jersón, incluida la estratégica costa del mar de Azov.

Según el Ministerio de Defensa ruso, más de 30.000 soldados rusos abandonaron el norte de Jersón para ser desplegados en las posiciones defensivas erigidas anteriormente en el margen izquierdo del río más grande de Ucrania.

Tras el anuncio de la retirada, muchos en Ucrania no descartaron que esa maniobra rusa supusiera una trampa, un anzuelo atraer a las fuerzas ucranianas y tenderles una emboscada. Pero dos días después Kiev ha abandonado su escepticismo inicial y celebra con entusiasmo su entrada en Jersón, donde parte de la población que permanece en la ciudad ha recibido a los soldados ucranianos con vítores.

Rusia afirma que ha evacuado a todos los civiles -más de 115.000- que han decidido abandonar la margen derecha del Dniéper. Las autoridades prorrusas de Jersón estimaron que entre 80.000 y 100.000 civiles aún permanecen en la ciudad.

Entretanto, el Ministerio de Defensa de Rusia dio en su parte diario de este viernes detalles del repliegue de Jersón que, según la versión oficial, concluyó en menos de 48 horas.

"Hoy, a las cinco de la mañana hora de Moscú (03.00 horas en España), en el frente de Jersón concluyó el traslado de las unidades rusas a la margen izquierda del río Dniéper", anunció el portavoz castrense, Ígor Konashénkov.

El general ruso precisó que la operación de repliegue de sus tropas terminó sin una sola baja. Precisó también que "ni una sola pieza" militar había quedado en el lugar del repliegue. El mando ruso quería evitar así críticas como las que afrontó el Ejército ruso por dejar una gran cantidad de armamentos tras una retirada caótica de la región oriental de Járkov, el pasado septiembre.

Pese a la entrada de los ucranianos en Jersón, Moscú descarta renunciar a la urbe y la parte norte de la homónima provincia, que fue anexionada por Rusia en septiembre. "Es un sujeto de la Federación de Rusia. Esto está acuñado y definido por la ley, aquí no puede haber ningún cambio", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El portavoz del Kremlin reiteró asimismo que "la operación militar especial" en Ucrania sigue en marcha y continuará hasta alcanzar sus objetivos.