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La crisis política por el cierre de la Administración agita el fantasma de la recesión en EEUU

La encrucijada institucional de una Cámara de Representantes sin portavoz por el fuego cruzado republicano que precipitó el cese de Kevin McCarthy a manos del ala 'trumpista' ha convulsionado la estrategia económica de la Casa Blanca.

Un grupo de personas asisten al mitin sobre economía del presidente de EEUU, Joe Biden, en  Nuevo México. REUTERS/Jonathan Ernst
Un grupo de personas asisten al mitin sobre economía del presidente de EEUU, Joe Biden, en Nuevo México. REUTERS/Jonathan Ernst. Jonathan Ernst / REUTERS

La guerra civil desatada a finales de septiembre en las entrañas del Partido Republicano por los congresistas más próximos a Donald Trump se ha saldado, a casi un año de las elecciones presidenciales y con las primarias del GOP aún en su fase preliminar, con la decapitación política de Kevin McCarthy, su portavoz en la Cámara de Representantes. Una situación que ha arrojado combustible a una economía muy expuesta al posible cierre de la Administración federal.

La herida institucional abierta sigue sin suturar. Tan solo ha logrado prorrogar un mes la decisión. Pero detrás de esta afrenta subyacen amenazas que empujan a la economía al abismo

Joe Biden ha mostrado su "hartazgo" por lo que tilda de afrenta en toda regla del trumpismo, que también deja para la primera mitad de 2024 un impeachment contra él por presuntas irregularidades en los negocios de su hijo Hunter. Un proceso lanzado precisamente por McCarthy días antes de su fulgurante cese en el cargo de más alta representación de la Cámara Baja.

Biden, sin embargo, apeló a la cordura para alcanzar otro acuerdo in extremis entre demócratas y republicanos como el que se saldó con el aumento del techo de deuda propuesto por el Tesoro.

La maniobra del GOP añade leña a un fuego ya demasiado azuzado. Sobre la economía, el clima bursátil y el tablero político americano y con un barómetro geopolítico desbordante debido a las nuevas hostilidades en Oriente Próximo. Pero ¿dónde surgen los riesgos sobre la Bidenomics, la estrategia federal de impulso productivo y modernización del sistema económico americano?

1. La Fed vigila estrechamente el cierre gubernamental

Según el FMI, rebajar impuestos "añadiría combustible al IPC y alentaría nuevos encarecimientos del dinero"

Así lo destaca en una nota a inversores Ellen Zentner, economista jefe de JP Morgan, para quien la autoridad monetaria estadounidense hubiera puesto de inmediato coto a las subidas de tipos de producirse la paralización.

De hecho, descarta otro repunte en la reunión de su Comité de Mercados Abiertos de noviembre en caso de que las agencias federales dejaran de suministrar a la Fed datos económicos claves. A su juicio, "la incertidumbre por conflictos políticos aconseja a los bancos centrales no actuar".

Menos aún sin información fidedigna. Por ejemplo, sobre la exacta evolución de los precios con los tipos entre el 5,25% y el 5,50% o sobre el grado de resistencia del mercado laboral. En medio de amplias expectativas del mercado -cuatro de cada diez inversores, afirma CME Group' Fedwatch, según la conclusión de su herramienta demoscópica- que daban por descontado otro aumento de tipos, pese a que Zentner avise de que el PIB de EEUU se dejaría dos décimas por cada semana de interrupción de la Administración.

El FMI también deja en el alero el aterrizaje suave por el que Jerome Powell se ha inclinado para justificar su política monetaria porque en 2023 "el sostén presupuestario se ha aflojado de forma substancial", se ha ensanchado el agujero fiscal y se ha deteriorado el servicio de pago de deuda soberana, en máximos históricos.

El fondo llega a desaconsejar, por la estanflación que atenaza al PIB global y las tensiones geopolíticas, toda tentación de rebajar impuestos, medida que, en opinión del FMI, "añadiría combustible al IPC y alentaría nuevos encarecimientos del dinero".

Más bien al contrario, el fondo reclama suprimir los subsidios a la energía o las ayudas a familias y empresas que todavía permanecen desde la covid-19.

2. La economía está al borde de los números rojos

El pago de préstamos supera el 70% de las rentas disponibles por unos intereses que rebasan el 7%

Análisis como los de la gestora Raymond James se decantan por recesiones cortas en vez de un aterrizaje controlado, según su CIO, Larry Adam, que enumera cuatro motivos.

En primer lugar, por el inicio de lo que denomina un declive en la creación de empleo, con la última media trimestral a un nivel de contratación desconocido desde 2019, un acceso a primeros empleos por debajo de los tres millones, su potencial dinámico, y una predisposición al ahorro entre la clase trabajadora sin parangón desde abril de 2021.

En segundo término, por una renovada resistencia al gasto de los consumidores que se aprecia en mayores peticiones de préstamos de estudiantes para hacer frente a las subidas de la luz y el gas y en descensos en las demandas de viajes.

De igual modo, se vislumbra en las caídas de hipotecas y de líneas de financiación personales y en topes más rigurosos en los límites de gasto de las tarjetas de crédito. El pago de préstamos supera el 70% de las rentas disponibles por unos intereses que rebasan el 7% y que "empiezan a congelar" el mercado inmobiliario.

Finalmente, la amenaza de cierre del Gobierno -explica- suma argumentos a la oleada de huelgas que se suceden por el país; especialmente, en la industria automovilística, cuyas marcas elevan sus beneficios sin atender a las reivindicaciones salariales de sus plantillas.

3. La tormenta perfecta se aproxima

El calibre de la contracción del consumo en una economía en la que las tres cuartas partes de su vigor dependen de la demanda interna será el termómetro del receso productivo americano. Los escudos de protección han saltado por los aires por obra y gracia de la Fed, desde donde, para más inri, se admite que al término del segundo trimestre las deudas por uso de tarjetas de crédito superaron el billón de dólares, récord histórico.

Para el economista David Rosenberg, con unos tipos en los niveles actuales, en seis meses como máximo la recesión será oficial. En este segundo semestre habrá sobradas evidencias de que el argumento de Janet Yellen de evitar los números rojos mientras la inflación vuelve a estar a raya es un sueño de una noche de verano, explica a Business Insider.

Sobre todo, si las quiebras empresariales por impagos, como anticipa Torsten Sløk, economista jefe de Apollo Global Management, se disparan y los márgenes de beneficios corporativos se contraen. El segundo pilar de la rúbrica más poderosa del PIB americano también se tambalea. Un doble presagio que ha llevado a Jamie Dimon, el jefe de JP Morgan, a hablar de una tormenta perfecta y de un futuro en rojo para la primera economía mundial.

4. Un peligroso tridente doméstico que puede ganar fuerza

Una nueva oleada de precios energéticos al alza podría llevarse consigo el ciclo de negocios a corto y medio plazo bajo

El precio de petróleo ha coqueteado con los tres dígitos y amenaza con instalarse por encima de esta psicológica barrera por el recrudecimiento del conflicto israelo-palestino. También por los vientos de ralentización de China y Europa, la persistente inflación y las dudas para dar por concluida la etapa de tipos altos.

La agencia de calificación Fitch Rating ya rebajó a la economía de EEUU de la triple A que corona a los mercados más solventes, incluso tras el pacto sobre el nuevo techo de deuda, por la subida de los intereses a largo plazo y el descenso de la oferta monetaria y del consumo.

"Los consumidores están siendo más conservadores para enfrentarse a un tridente que incluye una inflación por encima del 3,5% con tipos de interés en escalada, y caídas de las ganancias per cápita y de la fuerza laboral", dice Gregory Daco, economista jefe de EY. Se refiere a las causas de que el aterrizaje podría llevarse consigo el ciclo de negocios a corto y medio plazo bajo; sobre todo, si se produce una nueva oleada de precios energéticos al alza por razones geopolíticas.

5. Una deuda masiva en un mercado efervescente

El salto de rentabilidad de los bonos americanos es el síntoma del agotamiento inversor

El endeudamiento reciente de EEUU es ya insostenible, explica en una tribuna en Financial Times Ruchir Sharma, presidente de Rockefeller International. Con más de ocho billones de gastos federales acumulados desde 2021 para estimular la economía post-covid y otros seis billones en desembolsos en Defensa y en subsidios a empresas para ayudarlas a competir contra China, lo que eleva su montante soberano a los 33 billones de dólares, el 122% de su PIB.

Por si fuera poco, Goldman Sachs alerta de que los intereses actuales elevarán en 10,6 billones la deuda estadounidense en el próximo decenio.

La gestión de tal montaña de endeudamiento surge en un momento en el que Wall Street huele en el ambiente el aroma del crash de 1987, el Lunes Negro que provocó la fuga masiva de activos más virulenta de la etapa moderna, advierte Sociéte Générale.

Su estratega, Albert Edwards, da por hecho el final de la "relativa resiliencia" bursátil de 2023, a pesar de que las correcciones de agosto y septiembre del S&P 500 no lograron que el índice esté aún un 10% por encima de los niveles de enero. El salto de rentabilidad de los bonos americanos es el síntoma del agotamiento inversor.

6. Otro monstruo político viene a ver a Biden

Con probables aumentos de gastos ciudadanos en Seguridad Social y en otros programas sociales como el Medicare, ya reducido a la mínima expresión durante el mandato de Trump.

Dependerá de lo que dictamine el Tribunal Supremo, que acaba de escuchar en audiencia a la Asociación Americana de Servicios Financieros que cree inconstitucionales las funciones de la Oficina de Protección Financiera a los Consumidores, surgida de la Ley Dodd Frank de Obama de 2010 para corregir los excesos de los bancos sobre los consumidores por las hipotecas subprime que antecedieron a la crisis crediticia de 2008.

Sheila Blair, expresidenta de la FDIC, el Fondo de Garantía de Depósitos americano, explicaba a Político la trascendencia de una decisión en manos de jueces conservadores que podría "cambiar sustancialmente las asignaciones y la misión de las agencias federales destinadas a preservar los derechos sociales, en medio del caos por las fricciones en el Congreso".

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