Este artículo se publicó hace 9 años.
El caballo de Troya gigante contra el TTIP arranca en Madrid su gira por España
Una docena de países europeos ya han recibido la visita del caballo hinchable que advierte de los peligros del tratado de libre comercio que Bruselas y Washington negocian con sigilo
Alejandro López de Miguel
-Actualizado a
MADRID.- Washington y Bruselas se sientan juntos a la mesa de negociaciones del TTIP. Intercambian peticiones en silencio, porque es un acuerdo secreto, y lo hacen ignorando las voces de las organizaciones civiles que denuncian la opacidad de sus reuniones o el elevado peso de las multinacionales en el acuerdo. Lo que negocian es el tratado de libre comercio que persiguen las empresas, el caballo de Troya que quieren hacer pasar por las puertas de Estados Unidos y de la Unión Europea y que contempla, desde sus 6 metros de altura, el devenir de unas negociaciones que todavía siguen pasando desapercibidas para la mayoría de los ciudadanos.
Este es el significado de la protesta orquestada por Amigos de la Tierra este martes, en la madrileña Puerta de Toledo, que sobre las 11 de la mañana acogía por primera vez al caballo de Troya hinchable fabricado por esta ONG para denunciar los peligros del polémico TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership). El caballo mide seis metros de alto y ocho de largo, y ya ha pasado por una docena de países europeos (de Austria a Bélgica).
Esta semana arranca una gira de casi tres semanas por España que le llevará a ciudades como Barcelona o Zaragoza . "Como en el caballo de Troya, dentro del TTIP hay destrucción", denuncia Sandra Espeja, responsable de Agricultura y Alimentación de la organizadora, una de las iniciativas más críticas con el polémico acuerdo, e integrada en la Campaña contra el TTIP, el frente común de las organizaciones civiles contra el tratado transatlántico.
"¡No es un tratado, es un golpe de Estado!" y "¡No pasará, no pasará! eran dos de las consignas más coreadas por decenas de activistas en la performance de este martes, en la que han recordado también que el acuerdo podría abrir las puertas de Europa al fracking y a los pollos clorados, además de suponer una rebaja en los estándares de seguridad o de derechos laborales de sus habitantes.
Espeja advierte del peligro de que el acuerdo permita "equiparar a la baja" legislaciones, y de los riesgos de que los tribunales de arbitraje privados que contempla utilizar el TTIP posibiliten a las empresas denunciar a los estados e influir en su capacidad regulatoria.
Las organizaciones civiles ya han recaudado más de dos millones de firmas contra el acuerdo, pero la Comisión Europea, responsable de negociar con EEUU, insiste en incluir claúsulas como el mecanismo de blindaje a las multinacionales que rechaza el 97% de los europeos consultados.
La portavoz de Amigos de la Tierra reconoce que la batalla para dar a conocer el TTIP es difícil, denuncia que los grandes medios de comunicación evitan mencionar su existencia, e insiste en que pese a todo están a tiempo de parar un tratado que a su juicio supoondrá un nuevo golpe de las multinacionales sobre la mesa.
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