Este artículo se publicó hace 9 años.
Austria envía al Ejército a controlar el paso de refugiados por su frontera
Hoy se espera una afluencia récord de refugiados, ante la entrada mañana de una dura legislación que impondrá penas de cárcel por entrar en Hungría de forma ilegal.
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Después de varios días de una política de puertas abiertas, los países de la Unión Europea que enfrentan la llegada masiva de refugiados comienzan a poner coto a los demandantes de asilo.
Austria ha anunciado el envío de unos 2.200 efectivos del ejército a la frontera con Hungría para ayudar a la policía en los controles fronterizos y garantizar una entrada "ordenada" de las personas, según indicó el canciller federal austriaco, Werner Faymann, que también destacó ante la prensa que los militares ofrecerán ayuda humanitaria en caso de necesidad.
"Desordenado y de forma permanente, así no podemos seguir", aseveró el vicecanciller Reinhold Mitterlehner en referencia a la entrada de decenas de miles de refugiados procedentes de Hungría en los últimos diez días (unos 16.600 sólo el domingo, según las últimas cifras)
La situación en Austria y Alemania, que tienen previsto reunirse mañana para analizar la situación de los refugiados, "ya no está bajo pleno control", advirtió el vicejefe de Gobierno austríaco.
Alemania, el destino preferido de la mayoría de los refugiados, introdujo anoche controles en su frontera con Austria y suspendió temporalmente el tránsito de trenes, dejando en suspenso los acuerdos de Schengen que garantizan la libre circulación en territorio comunitario. El vicecanciller y ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, estima que el número de refugiados que llegarán al país este año alcanzará el millón.
También Eslovaquia ha comenzado a reforzar hoy la vigilancia de sus fronteras con Austria y Hungría, informó el Ministerio del Interior eslovaco.
Mientras tanto, las autoridades húngaras están embarcando a los refugiados sin registro previo en los trenes y enviándolos hacia la frontera austriaca, según han ratificado varios voluntarios de ONG y miembros de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), aunque no ha sido oficialmente confirmado por el Gobierno.
Hoy se espera en la frontera húngara con Serbia una afluencia récord de refugiados, con estimaciones de algunos medios húngaros de hasta 25.000 personas, ante la entrada mañana de una dura legislación que impondrá penas de cárcel por entrar en el país de forma ilegal.
Los refugiados, la mayoría de Siria, Irak y Afganistán, entran en Hungría por el paso fronterizo de Röszke, donde el Gobierno se apresura a cerrar el único hueco abierto aún en la alambrada erigida mientras eleva una segunda valla más alta que espera tener finalizada este mes.
Interceptar barcos mafiosos en alta mar
Por su parte, el Consejo de Ministros de Asuntos Generales de la UE ha acordado que sus buques de reconocimiento puedan interceptar en alta mar a los barcos mafiosos que trafican con migrantes.
Según fuentes comunitarias, los Estados miembros iniciarán esta nueva fase de actuación cuando el Comité Político y Militar de la UE la respalde y y los países hayan comprometido nuevos recursos y efectivos en una conferencia de generación de fuerzas que tendrá lugar próximamente.
El pasado 3 de septiembre los ministros de Defensa de la Unión Europea respaldaron la idea de ampliar la operación, lanzada el pasado junio, y que aspira además a "capturar y desechar" barcos sospechosos en aguas internacionales en el Mediterráneo.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, dijo recientemente que la primera fase de la misión ha permitido salvar la vida de 1.500 personas en el mar, y que "en al menos dieciséis ocasiones en las últimas cinco semanas" se podría haber detenido ya a los traficantes.
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