Los rebeldes sirios han denunciado que el presidente Bashar Al Asad ha huido a la ciudad costera de Latakia desde donde dirige la respuesta al atentado perpetrado ayer contra la cúpula militar del régimen.

Asad no ha aparecido públicamente desde el potente ataque del miércoles, en el que murió su cuñado, el ministro de Defensa y otros cinco altos cargos militares y de inteligencia.  Fuentes de la Seguridad aseguraron ayer a la prensa que el dictador sirio no se encontraba en la sala de reuniones en la que se produjo la explosión.

Sin embargo, una fuente oficial aseguró a Efe que Al Asad se encuentra en Damasco, donde acudió a su oficina a desempeñar sus funciones y negó que se haya trasladado a Latakia.

Pero según dijeron hoy fuentes de la oposición y occidentales, no está claro si Asad viajó a la localidad turística en el Mediterráneo antes o después del atentado.

La autoría del atentado todavía no se conoce. Fuentes de Seguridad aseguraron que se trataba de un ataque suicida, mientras que otro medios hablaban de que se podía tratar de uno de los guardaespaldas del presidente. Algunos informes hablan de que no se trató de un atentado suicida sino que la carga explosiva habría sido instalada con anterioridad en la sala de reuniones.

Mientras, los combates arreciaban hoy en el centro de Damasco tras el ataque de la víspera. La batalla tenía lugar no muy lejos del palacio presidencial, y cerca del cuartel general de seguridad donde estalló la bomba durante una reunión de crisis de los responsables de defensa y seguridad.

Residentes en los distritos de Midan y Kafr Suseh dijeron que escucharon fuertes explosiones e intenso fuego de armas mientras helicópteros sobrevolaban la zona, en el quinto día de los peores enfrentamientos en la capital siria desde que comenzó la revuelta popular contra el régimen hace 16 meses.