Scott Horton, 56 años, es abogado y periodista, ejerce en un bufete privado y es responsable de asuntos legales del prestigioso mensual Harper’s Magazine. Ha sido durante años presidente de la comisión de derecho International de la American Bar Association (Asociación de Abogados de Estados Unidos) fundada en 1878. En una entrevista con Público sostiene que la Fiscalía de Nueva York está preparando cuidadosamente su espantada en el caso Dominique Strauss-Kahn.
¿Hay caso DSK? ¿O la falta de virginidad de la víctima, Nafissatou Diallo, por referirnos a sus mentiras, airadas por la propia fiscalía, han vaciado el contenido?
Entiendo que hay caso para seguir adelante. Los informes del hospital y de los médicos forenses permiten confirmar la relación sexual y existen pruebas físicas que apuntan a una violación. Pero la ley le da al fiscal la opción de llevar un caso a juicio o no. Y lo que busca el fiscal, por la naturaleza electiva de su cargo, es ganar el juicio. En cierto momento te preguntas: ¿las pruebas que tengo en la mano me ayudarán a cubrir las deficiencias del testigo de cargo, en este caso la presunta víctima de una violación, y convencer por unanimidad a los doce miembros del jurado? Y por la conducta de la Fiscalía estos días y algunas informaciones de que dispongo, piensan que la credibilidad del testigo ha quedado tan dañada que no lo conseguirán. Por ello preparan una salida. La que menos perjudique a su propia imagen.
Es, por tanto, un tema puramente procesal. No es que las revelaciones hayan afectado al tema de fondo: la acusación de que, presuntamente, Strauss-Kahn cometió violación.
Absolutamente. Fíjese el lío que hay ahora con la traducción de las conversaciones telefónicas grabadas entre la víctima y un amigo suyo, en prisión por tráfico de droga, en la que ella insinuaba que pensaba sacarle dinero a Strauss-Kahn. La Fiscalía ha reconocido que solo tiene un resumen de esa conversación. Y el traductor, según la víctima, no habla el dialecto fulani en el que ella se expresa. Y, a pesar de no contar con la versión literal completa, la Fiscalía ha reforzado la credibilidad de las insinuaciones según las cuales la víctima querría extorsionar al acusado. El fondo de esta historia, así es, sigue siendo el mismo. Lo que ocurrió en la habitación 2806 solo lo saben dos personas. Y tenemos la versión de la víctima, que en sus rasgos principales no ha sufrido contradicciones. Los testimonios a favor de la respetabilidad de la víctima por parte de los empleados y supervisores del hotel sigue vigente. Estamos hablando, pues, de asuntos más propios del procedimiento. Y debo añadir que aunque el fiscal siga convencido de que se ha cometido el presunto delito, y parece que lo está, tiene la opción de no acusar.
¿Cuáles son los ingredientes de la salida que prepara la Fiscalía?
Lo ideal para salvar la cara es un acuerdo para que Strauss-Kahn se declare culpable de un delito menos grave.
Se ha hablado, por ejemplo, de que reconozca haber incurrido en lascivia.
Por ejemplo. Estoy seguro de que si el acusado acepta que ha expuesto sus genitales en público, en este caso ante la camarera del hotel Sofitel, o que ha participado en un acto de prostitución o pornografía, o que ha cometido alguna otra conducta sexual ilegal, la Fiscalía retira todas las graves acusaciones de violación. Pero el verdadero problema para la Fiscalía es que después de haberle puesto a los pies de los caballos, ahora Strauss-Kahn va a por todas. Él quiere salir impoluto y lo que le piden los fiscales es que les ofrezca algo para poder justificarse y salvar la cara.
La Fiscalía arrasó con la presunción de inocencia de Strauss-Kahn primero ante los potenciales dividendos del caso. Y ahora puede conseguir que deporten a la camarera guineana a su país por haber falseado su solicitud de asilo.
Es una jugada trágica, pero es verdad. Falsear una solicitud es un delito que se castiga con la deportación. Los medios han sido portavoces de la fiscalía contra Strauss-Kahn, sin importarles la presunción de inocencia, al comenzar el caso y ahora lo son contra Nafissatou Diallo. Por eso, con la prensa en contra y con el endurecimiento de la ley de inmigración, la víctima lo va a tener muy difícil. Con todo, como ella ha puesto una demanda contra un periódico sensacionalista, The New York Post, del grupo Murdoch, y seguramente va a demandar en el terreno civil a Strauss-Kahn, quiero creer que las autoridades no van a impedir que pueda ejercitar sus derechos deportándola inmediatamente. Pero el riesgo es real, porque ella ha reconocido haber mentido en su solicitud. Y aunque es verdad que todos los inmigrantes, en un grado u otro, mienten o agravan su situación en el país de origen, nunca como ahora habíamos llegado a una situación tan hostil de las autoridades con la inmigración.
La Fiscalía podía haberse ahorrado la situación en la que se encuentra si no hubiera demostrado tanto interés por el perfil político e internacional del caso. ¿Por qué no corroboró primero la historia de la víctima?
Ahora, retrospectivamente, podemos ver que hubiese sido lo más adecuado. Pero cuando estás en tu despacho de fiscal y te dicen que el acusado de una violación se embarca en un avión a Francia….No olvidemos que los fiscales están con el estigma de que las autoridades francesas no colaboraron en la extradición del cineasta Roman Polanski [Francia no tiene suscrito tratado de extradición con Estados Unidos].
Pero Strauss-Kahn no era Polanski. Un director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) puede alegar inmunidad y Strauss-Kahn lo hizo en el aeropuerto Kennedy, pero no evaporarse y eludir la acción de la justicia. Strauss-Kahn tenía residencia en Washington y después de su entrevista con Ángela Merkel volvería a Estados Unidos. ¿No fue la espectacularidad lo que ha perdido a la Fiscalía en la primera fase de este caso y su perplejidad, no menos espectacular, al conocer algunos antecedentes de la víctima, lo que la lleva a querer enterrarlo?
Sí, se podía actuar como usted sugiere, no cabe duda. Pero optaron por el golpe de efecto internacional. Fue ridículo denegar la fianza y encarcelarle en la prisión de Rickers, con el argumento de que se podía fugar, y fotografiarle con traje de presidiario. Pero siempre actúan de este modo. Cuando entran en el domicilio de un acusado, lo hacen a las seis o siete de la mañana, se presentan con las cámaras de varias televisiones y te cogen en el dormitorio semidesnudo. Esto lo sufre la gente normal y no lo sabe nadie. Cuando lo hacen con los famosos, como Strauss-Kahn, se entera todo el mundo.
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