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La crisis enturbia el reinicio del diálogo sobre el Sáhara

La ONU califica de 'desafortunado' que el ataque coincidiera con la negociación

ISABEL PIQUER

El desalojo por la policía marroquí del campamento saharaui cercano a El Aaiún, marcó la reanudación de las negociaciones sobre el futuro del Sáhara Occidental entre Marruecos y el Polisario, en Manhasset, una localidad a las afueras de Nueva York, escenario de rondas anteriores.

El objetivo de la reunión era avanzar en la preparación de una quinta ronda del proceso de negociación que las dos partes iniciaron en 2007, pero que desde hace dos años permanece estancado y no tiene visos de reanudarse. De hecho, se temió durante un momento que las conversaciones no fueran a iniciarse debido al asalto militar a Gdem Izik.

En la sede de la ONU en Nueva York, su portavoz, Martin Nesirky, calificó de 'desafortunado', que lo ocurrido en el campamento saharaui 'afectara a la atmósfera de las conversaciones' y pidió 'contención a todas las partes involucradas'.

'La información de la que disponemos  es escasa y contradictoria'

'La información de la que disponemos -dijo el portavoz- es escasa y contradictoria' en cuanto a la fuerza empleada, reacción en el campo y número de víctimas, pero 'según todos los testigos y muy a nuestro pesar, hay un cierto número de heridos y muertos'. El personal de la ONU en el lugar trataba de conocer más detalles.

No fue un buen inicio para la nueva ronda de conversaciones informales, convocada por el enviado especial de la ONU, Cristopher Ross, a la que también asistieron observadores de Argelia y Mauritania.

Las dos partes no han cedido en sus peticiones iniciales. El Polisario pide que Marruecos reconozca la realidad nacional saharaui y celebre un referéndum de autodeterminación en el territorio. Rabat se niega a hablar de cualquier otra propuesta que no sea el plan de autonomía que presentó hace tres años al
Consejo de Seguridad.

Las dos partes no han cedido en sus peticiones iniciales

El pasado domingo, el representante del Polisario ante la ONU, Ahmed Bujari, dirigió una carta al Consejo de Seguridad en la que le pedía que actuara para evitar la escalada de tensiones con Marruecos. 'Instamos a los miembros del Consejo de Seguridad a que utilicen todos los medios posibles para evitar esa escalada, que podría llevar a una mayor violencia', advirtió Bujari. Y subrayó que la tensión entre marroquíes y saharauis podía 'erosionar los esfuerzos de la ONU y de Ross para encontrar una solución pacífica a la cuestión del Sáhara Occidental'.

Marruecos y el Polisario celebraron dos rondas de diálogo patrocinadas por la ONU en 2007, pero las negociaciones formales se rompieron en medio de la acritud después de menos de un año.  La última ronda, que tuvo lugar en febrero de 2010 en Nueva York, acabó sin ninguna decisión sobre el conflicto, que se prolonga desde hace 35 años. A pesar de ello, Marruecos y el Polisario dijeron que querían seguir negociando.

Carlos Bardem. Actor y simpatizante con la causa

¿Cuál es su vinculación con el conflicto saharaui?
Tengo una vinculación desde que soy niño, gracias a mi madre (la también actriz Pilar Bardem). He visitado varias veces los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) en distintas ediciones del Festival de Cine Fisáhara. Ahí fue cuando me di cuenta de que la situación es catastrófica. Los saharauis están abandonados, es comprensible que haya crispación.

¿Qué opina del desalojo violento del campamento de Gdem Izik?
La información que me ha llegado es muy confusa, supongo que como a todo el mundo. Pero hay que aclarar que lo hace el Gobierno marroquí, no el pueblo marroquí, hacia el que no tengo nada en contra. Es ese Gobierno el que ha creado una opacidad informativa absoluta y el que ha provocado la violencia y la brutalidad.

La semana pasada, usted y otros actores entregaron en el Palacio de la Moncloa 230.000 firmas urgiendo a una solución a este conflicto. ¿Han obtenido ya alguna respuesta?
En teoría, se ha producido un contacto por parte del Ministerio de Cultura y hay la posibilidad de que haya un encuentro. Pero sea lo que sea es un movimiento a toro pasado. Nosotros ya mandamos tres burofaxes al presidente del Gobierno pidiendo que tuviese en cuenta esas 230.000 firmas.

¿A qué cree que se debe la tibieza del Gobierno español a la hora de criticar a Marruecos?
Cualquier problema con Marruecos es una patata caliente. Todos los partidos políticos actúan igual: cuando están en la oposición, hablan del Sáhara hermano y luego en el Gobierno se olvidan del asunto.  

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