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Violaciones a menores por las "pulseras del sexo"

Brasil prohíbe el uso de unas pulseras cuyo código de colores autoriza a quien la rompe practicar sexo con el portador

EFE

Varias ciudades brasileñas han prohibido el uso de las 'pulseras del sexo', unas tiras de plástico de colores que están de moda entre los adolescentes por su connotación sexual y que se ha relacionado con violaciones y hasta asesinatos ocurridos en los últimos días. Manaos, la capital del estado de Amazonas, y Dourados (Mato Grosso do Sul), se sumaron esta semana a la iniciativa de las ciudades de Maringá, Navegantes y Londrina, en el sur del país, de prohibir el uso de las pulseras, una moda que los jóvenes brasileños 'importaron' de otros países.

El problema está en que los inofensivos aros de plástico con los que muchos niños y adolescentes adornan sus brazos se ha convertido en el centro de una polémica en Brasil después de que autoridades de Londrina y Manaos los vincularon con algunos delitos contra menores. Los aros de plástico de colores se usan en un juego que consiste en romper la pulsera de algún chico o chica y realizar lo que ese color indique. De esa forma, quien rompe una pulsera amarilla tiene derecho a un abrazo; la naranja, a un beso en la boca; la roja, a una danza erótica; la rosa, a la exhibición de una parte íntima del cuerpo, y la negra, a una relación sexual.

La polémica comenzó a finales del mes pasado cuando una niña de 13 años denunció que cuatro adolescentes la habían violado en Londrina tras percibir que portaba pulseras negras, que le quitaron a la fuerza. La situación tomó un rumbo más grave la semana pasada cuando la policía del estado de Amazonas expresó sus sospechas de que dos asesinatos, entre ellos el de una niña de 14 años, estaban relacionados con las pulseras. Al lado de los cadáveres de las dos víctimas y uno de ellos hallado en un motel, fueron encontradas pulseras que habían sido rotas.

Tras la supuesta violación de la menor en casa de uno de los acusados, quien alega que la relación sexual fue consentida, las autoridades de Londrina, ciudad del estado de Paraná, prohibieron las citadas pulseras. La vecina ciudad de Maringá y Navegantes, esta última del sureño estado de Santa Catarina, también han prohibido las pulseras.

La Secretaría de Educación de Manaos, primera capital regional en pronunciarse, anunció el martes que el uso de las pulseras está prohibido en las escuelas públicas municipales, que cuentan con cerca de 240.000 alumnos. Según el secretario de Educación, Vicente Nogueira, se trata de una medida de precaución ya que hasta ahora no ha sido registrado en las escuelas ningún caso de agresión por el uso de las pulseras. 'No queremos que los directores de las escuelas conviertan la norma en un caballo de batalla sino en una disculpa para orientar a los alumnos sobre la connotación de las pulseras', afirma el funcionario.

Como muchos de los menores cumplen la norma y se quitan las pulseras durante el horario escolar pero se las vuelven a poner cuando salen de la escuela, algunas ciudades, como Curitiba y Cascavel, estudian la posibilidad de ir más lejos y prohibir la venta de las mismas. El concejal Algaci Tulio presentó ante el Concejo Municipal de Curitiba, la capital de Paraná, un proyecto de ley para prohibir la venta de las pulseras en la ciudad. 'Pero sólo la prohibición no resuelve el problema. Es necesario promover el diálogo entre padres e hijos. La escuela también tiene que tener un papel importante en la orientación', explica el legislador municipal.

La propagación de la moda de las pulseras es facilitada por el bajo precio del producto, ya que se trata de un simple lazo de plástico. Muchos de los menores que las utilizan dicen desconocer la connotación sexual del adorno y alegan que las adoptan por considerrlas bonitas o simplemente para seguir la moda.

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