Los resultados de las elecciones regionales celebradas el pasado domingo en Bolivia parecen ser un motivo de alegría para su presidente, Evo Morales, si bien la oposición ha celebrado el apoyo recibido en las regiones que hasta ahora han estado bajo su control.

Aunque la victoria de Morales no será tan contundente como en las elecciones generales del pasado diciembre, en las que salió reelegido con un 64,2% de los votos, los sondeos a pie de urna auguran la victoria del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) en la seis de los nueve departamentos del país: Oruro, Potosí y Chuquisaca (que ya logró en 2005), La Paz y Cochabamba (en donde tenía gobernadores afines desde que en el referéndum revocatorio de 2008 cayeran los de la oposición'. En Pando, Morales también se proclamó vencedor, aunque los sondeos hablan de empate técnico y de desempate 'voto a voto'.

La oposición, en cambio, ha reafirmado su poder en el resto de los departamentos que configuran la denominada media luna: Santa Cruz, Beni y Tarija.

Tras la contundente derrota de la oposición en las elecciones generales, estos comicios iban a demostrar si esta podría dar la batalla en el ámbito de la política regional. El resultado es muy similar al que resultó del revocatorio, a falta de conocer el desempate de Pando.

En cuanto a las elecciones municipales, las encuestas afirman el triunfo del MAS en tres de las diez principales alcaldías del país. Una de las mayores decepciones para el oficialismo ha sido su derrota en La Paz, sede del poder Ejecutivo y Legislativo, que continuará en las manos del Movimiento sin Miedo, una fuerza unida al MAS hasta diciembre del año pasado, pero que en estas elecciones ha presentado sus propios candidatos y ha cosechado buenos resultados, ya que también se ha hecho con la alcaldía de Oruro. Según las estimaciones, la capital constitucional del país, Sucre, tendrá también alcalde opositor.

Morales, satisfecho con los datos, resaltó que el MAS ha pasado de tener 100 alcaldías a controlar unas 200.