El debate sobre la conveniencia de que los curas se puedan casar se ha reabierto en Argentina a raíz de la polémica abierta con el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, quien ha tenido varias denuncias de paternidad de su etapa como obispo.

Al menos 15 sacerdotes argentinos ha pedido al Vaticano que pongan fin al celibato obligatorio, y que permitan que sea cada sacerdote quien elija.

'Jesús no mencionó el celibato. De hecho, entre los apóstoles había solteros y casados. San Pedro tenía esposa', ha explicado el cura argentino Luis Farinello, en declaraciones recogidas por la revista Veintitrés.

'Yo me enamoré a los 30 años y sé que no es fácil cumplir con esa fidelidad que impone la Iglesia [...], Benedicto XVI es un conservador, un hombre mayor que tiene una visión nostálgica de lo que fue la fe en Europa'. Opina Farinello.

En esa misma línea se expresa el Obispo emérito Joaquín Píña, quien considera que 'hay que aceptar que somos humanos y que podemos fallar al celibato, que no es un mandato divino sino una imposición de la Iglesia'.

'El Estado paga los sueldos de los obispos y da una remesa a los seminarios. ¿Cómo se podría dar curso a un nuevo sistema que contemple a las familias de los sacerdotes?', se pregunta Piña.

La polémica sobre la obligatoriedad del celibato no es nueva. Unos 100.000 curas católicos están casados, de los que unos 20.000 viven en EEUU, 10.000 en Italia y 6.000 en España.

Al menos un 25% de los más 400.000 sacerdotes católicos no acepta el celibato tal y como lo plantea el Vaticano, según datos de la asociaciones de sacerdotes casados.