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La ONU lamenta el boicot occidental a su conferencia sobre el racismo

Israel, Canadá, Italia, Australia, Holanda y Nueva Zelanda apoyan la postura estadounidense ya que temen que el texto preparado para la cumbre en Ginebra  se use como plataforma para lanzar mensajes antisemitas

AGENCIAS

Un creciente boicot de países occidentales amenaza con afectar la conferencia de Naciones Unidas sobre el racismo, por temores a que la reunión se use como plataforma para lanzar críticas contra Israel.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, 'lamentó profundamente' el boicot de nueve países a la Conferencia sobre Racismo de Naciones Unidas y afirmó que el borrador del documento adoptado por consenso es 'equilibrado'.

'Lamento profundamente que muchos (países) hayan decidido mantenerse fuera (del proceso)', afirmó el secretario general, quien agregó: 'estoy profundamente decepcionado'.

Estados Unidos, por su parte, anunció el sábado que se mantendrá al margen, argumentando que el texto preparado para la cumbre en Ginebra tiene una retórica 'objetable'. Australia y Holanda se unieron al boicot un día después.

Canadá e Israel también confirmaron que no asistirán a la reunión, que la ONU organizó para ayudar a sanar las heridas de su última cumbre sobre racismo en Sudáfrica en 2001.

Estados Unidos e Israel se retiraron de la reunión en Sudáfrica, después de que estados árabes intentaron definir el sionismo como racista.

Australia dijo que compartía las preocupaciones de Estados Unidos sobre la declaración de la conferencia, que omite referencias explícitas a Israel y a Oriente Próximo, pero reafirma el texto adoptado en la cumbre de Durban en 2001 que destaca claramente al estado judío.

'Es lamentable, no podemos confiar que la Conferencia de Revisión no sea otra vez usada como una plataforma para difundir opiniones ofensivas, incluyendo visiones antisemitas,' dijo en una declaración el ministro de Asuntos Exteriores australiano, Stephen Smith.

Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores italiano señaló que no enviaría una delegación a menos que hubiera un cambio radical de último minuto en el borrador de la declaración, lo que dijo que es 'muy poco probable.'

El ministro de Asuntos Exteriores holandés, Maxime Verhagen, manifestó el domingo que no asistirá, y describió el documento de la conferencia como 'inaceptable'. Fuentes de la Unión Europea dijeron que Alemania también planeaba no asistir.

El borrador fue negociado por diplomáticos, incluyendo embajadores, en Ginebra.

Reino Unido y la República Checa están planeando enviar delegaciones de bajo nivel a la reunión.

'Es improbable que haya una posición común de la Unión Europea,' dijo Zuzana Opletalova, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de la república Checa, durante una reunión convocada en Bruselas para evaluar una posible postura conjunta.

El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, anunció que su país participará en la conferencia, pero advirtió de que se retirará en caso del mínimo 'derrape' o 'provocación', en particular del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad.

'No toleraremos ningún derrape (verbal), ninguna provocación', advirtió en una entrevista a la emisora de radio France Info Kouchner, al ser preguntado por la posibilidad de que Ahmadineyad reitere sus declaraciones sobre Israel, en las que señaló que 'la ideología y el régimen sionista son los estandartes del racismo'.

'Si fuera inteligente, no repetiría eso en la sala. Si lo repite, en la sala, todos los embajadores europeos presentes se levantarán y saldrán', afirmó el ministro francés.

Kouchner justificó la representación de su país, a través del embajador Jean-François Mattéi, porque el texto de la conferencia 'es aceptable', ya que aunque 'no va suficientemente lejos' en algunas cuestiones como la lucha contra la discriminación de los homosexuales, supone un avance en otros, y como una mención al Holocausto.

Precisó que en ese texto se ha conseguido que no se traspasen las 'líneas rojas' que habían establecido los europeos, y consideró 'una gran victoria' que Alemania esté presente, aunque sea como observador.

Grupos de activistas, incluidas la Federación Internacional de Derechos Humanos y Human Rights Watch pidieron a líderes europeos que no sigan la postura estadounidense, sino que presten voz a la conferencia en asuntos como la prevención de los ataques xenofóbcos.

El boicot occidental representa un golpe para las Naciones Unidas y podría socavar futuros esfuerzos diplomáticos para enfrentarse a asuntos sensibles sobre racismo y religión.

Los judíos y grupos israelíes festejaban las ausencias planeadas como una forma de evitar una repetición de la cumbre de 2001 y para recortar el tamaño de la audiencia del presidente de Irán, quien ha dicho que Israel debería ser 'borrado del mapa' y quien puso en duda el Holocausto.

La coincidencia de la crisis económica mundial, de la emergencia alimentaria en varias partes del planeta y los efectos del cambio climático está exacerbando los prejuicios, tensiones y ataques racistas, sostuvo hoy la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navy Pillay.

Pillay consideró que la discriminación racial es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y advirtió de que puede intensificarse.

Ello es debido al resurgimiento de 'miedos y prejuicios', así como a la 'competencia por recursos y oportunidades de empleo escasos', una situación que -reconoció- afecta en particular a los trabajadores inmigrantes.

Pillay, que es la máxima representante del sistema de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, reiteró su frustración por la decisión de varios países occidentales de no participar en esta Conferencia, llamada a ser el foro en el que los gobiernos deberían reiterar su compromiso de luchar contra todas las formas de racismo, xenofobia y discriminación.

'He invocado repetidamente la plena participación de los Estados miembros de la ONU y les he pedido que no pierdan de vista que el objetivo de la Conferencia es alcanzar sociedades libres de discriminación. Ese objetivo debe ser superior a las diferencias y reconciliar las diferentes perspectivas', opinó.

Para Pillay ese documento contiene un 'cuidadoso equilibrio', que pudo conseguirse gracias a 'flexibilidad' mostrada por Palestina y (los países de) la Organización de la Conferencia Islámica 'en asuntos de cruciales para ellos'.

'Estoy convencida de que el borrador de documento final es de un cuidadoso equilibrio y un resultado significativo que generará pasos concretos para resolver los sufrimientos de muchas víctimas del racismo', señaló.

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