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El rey manda callar a Chávez

Don Juan Carlos ha salido en defensa del ex presidente Aznar en la clasura de la Cumbre Iberoamericana.

ANA PARDO DE VERA

 

En medio de los intentos del presidente del Gobierno español por hablar y pedir a Hugo Chávez –que seguía defendiéndose a micrófono cerrado– que no volviese a descalificar al ex jefe del Ejecutivo, José María Aznar, se escuchó la voz del rey Juan Carlos: “¿Por qué no te callas y dejas hablar?”. Los asistentes al plenario de jefes de Estado y de Gobierno no salían de su asombro, pero mucho menos, los periodistas que desde el Centro de Prensa habían grabado nítidamente el grito tan enfadado como
inusual del monarca.

Tan inusual como la improvisada convocatoria de prensa que el presidente del Gobierno español hizo al final del revuelto plenario de ayer para, en el exterior del edificio de la Cumbre, pedir “respeto” una vez más a un presidente elegido democráticamente y advertir a Chávez, sin citarlo en ningún momento: “Espero que sea la última vez”. No admitió preguntas.

Protagonista ausente

Aznar se convirtió en el protagonista inesperado y ausente de la XVII Cumbre Iberoamericana desde que el viernes el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo de él que era “un verdadero fascista” y reiterar su opinión ayer, en el segundo plenario y en los mismos términos: “Es un fascista”.

El presidente de Venezuela no fue el único que tuvo palabras de reproche para España. El mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, lanzó críticas a las empresas españolas, siguiendo una senda también marcada por Chávez. Luego le tocó el turno al vicepresidente cubano, Carlos Lage, quien salió en defensa del mandatario venezolano, para lo que acusó a Aznar de haber “atacado a la dignidad” de este país sudamericano.

Ante tanto reproche a España, el rey optó por abandonar el plenario, si bien regresó para escuchar al secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias.

El presidente español no sólo tuvo que emplearse a fondo para defender a su antecesor. También dedicó palabras y cifras en defender a las empresas españolas, que sin quererlo y esperarlo, se han convertido en los otros grandes vapuleados de la Cumbre: “Las empresas españolas han realizado un gran esfuerzo de inversión en Latinoamérica que se cifra en más de 100.000 millones de euros; un esfuerzo creciente y que se basa en la responsabilidad social”, explicó el jefe del Ejecutivo. No obstante, Zapatero reconoció que a veces, se dan “situaciones de conflicto entre los empresarios españoles y el Gobierno del país en el que están”, aunque subrayó que “nuestras empresas están aquí para quedarse”.

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