/

Hibristofilia: por qué nos atraen los criminales

Uno de los aspectos más atractivos de la psicología es que no se da por vencida al tratar comportamientos poco convencionales. Calificar de “loco” a alguien que adora a un asesino en serie o a un violador es lo habitual: así nos quedamos más tranquilos creyendo que el cerebro de esa persona “funciona” de una manera muy diferente al nuestro. Pero la psicología va más allá y estudia a fondo estos comportamientos. Y les pone nombre: hibristofilia. 

A continuación, te mostramos los diferentes estudios psicológicos que han analizado la atracción que viven algunas personas por criminales, a menudo sanguinarios y brutales, tratando de explicar esta paradójica fascinación.  

Hibristofilia, el feroz hechizo del criminal 

¿Es lo mismo un psicópata que un sociópata?
Un hombre con cicatriz – Fuente: Pexels

Hay una sensacional secuencia en la película Bonnie & Clyde en la que se muestra la impotencia sexual de Clyde y la reacción de Bonnie. Varios años antes de que la hibristofilia fuera nombrada como tal, esta película ya mostraba el trasfondo de este extraño comportamiento definido por la Asociación Psicológica Americana como el interés sexual y la atracción hacia quienes cometen delitos. 

Y es que la hibristofilia ha sido conocida en la cultura popular como el síndrome de Bonnie y Clyde: los “orgasmos” de la pareja, al menos en la película, llegaban con el fragor criminal, y cada robo y tiroteo estrechaba aún más su relación.  

Por lo tanto, cabría diferenciar la fascinación, atracción o interés general por los criminales de la hibristofilia que, como el resto de las parafilias, debe tener un claro componente sexual, calificado de perversión; es decir, un comportamiento atípico o poco convencional. Por lo tanto, quédate tranquilo, que te gusten las series sobre asesinatos no supone una parafilia… aunque te puedan afectar más de lo que crees.

Pese a todo, los psicólogos y criminólogos que han tratado la hibristofilia desde que fuese definida por vez primera por John Money en 1986 certifican que existe cierta incertidumbre en sus causas, motivaciones y diagnósticos, como señala la criminóloga Melissa Matuszak del estadounidense Centro de Investigación de Homicidios o el también criminólogo de la Universidad de Birmingham David Wilson.

Y es como dice Matuszak, la confusión acerca de la hibristofilia deriva principalmente de que “el conocimiento científico actual sobre cómo el cerebro desarrolla y mantiene su control de la sexualidad y el erotismo es todavía muy preliminar y sujeto a revisión continua”. 

La hibristofilia en mujeres… y hombres 

Un recluso - Fuente: Pexels
Un recluso – Fuente: Pexels

A pesar de su complejidad, la criminóloga señala que podemos diferenciar dos categorías de hibristofilia, la pasiva cuando la atracción sexual no conlleva deseo de participar en actividades delictivas y la hibristofilia agresiva, cuando el sujeto sí quiere participar en el delito obteniendo un placer sexual del mismo. 

Así mismo, Matuszak señala cuatro patrones hibristofílicos asociados a mujeres: las que mantienen relaciones románticas con delincuentes encarcelados, las que participan o facilitan conductas delictivas, las que se sienten atraídas sexualmente o satisfechas sexualmente con parejas que participan en conductas delictivas y las mujeres que mantienen relaciones con delincuentes violentos en serie y/o se sienten atraídas sexualmente por ellos. 

De cualquier forma, la hibristofilia no es una parafilia exclusivamente asociada a mujeres como señala David Wilson: “las relaciones hibristofílicas no son solo desde el punto de vista de una mujer que forma una relación con un hombre peligroso, sino que también hay hombres que tienen relaciones hibristofílicas con mujeres, así como entre personas del mismo sexo”. 

En este sentido, ya han aparecido estudios que analizan la hibristofilia en hombres que también sienten atracción por asesinas en serie. De cualquier forma, el hecho de que haya muchos más hombres criminales violentos también explica que la hibristofilia sea más habitual entre mujeres. 

¿Por qué esta atracción sexual por lo criminal? 

Una mujer esposada - Fuente: Pexels
Una mujer esposada – Fuente: Pexels

Tanto Matuszak como Wilson señalan que las investigaciones han mostrado algunos rasgos comunes en los individuos diagnosticados con hibristofilia, particularmente el hecho de haber sufrido un trauma infantil y/o un abuso físico o sexual, como también muestra Elizabeth Gurian de la Universidad de Norwich en su estudio sobre los homicidios de parejas mixtas.  

En este sentido, Matuszak señala que un buen número de las mujeres que mantienen relaciones con encarcelados delincuentes estaban previamente en matrimonios problemáticos incluyendo alcoholismo, abuso de drogas, violencia, infidelidad y desviación sexual. 

Así mismo, también se señala que la hibristofilia es una forma de espolear las tendencias criminales latentes buscando a un delincuente para que ayude al sujeto a desarrollar sus propias intenciones criminales. Otros autores también señalan que la hibristofilia puede incluir el deseo de cambiar a una persona vinculado al complejo de Pigmalión.  

Y tampoco hay que olvidar la psicología evolutiva que ya asociamos a la capacidad de los psicópatas para liderar organizaciones y gobiernos con el apoyo social. El psicólogo Leon F. Seltzer señala que la figura del criminal puede verse como la del “macho alfa” capaz de proteger a su “manada” gracias a su temperamento violento. Claro que también la puede asesinar por la misma razón.  

Hibristofilia: de Charles Manson a TikTok 

Un recluso lee una carta - Fuente: Pexels
Un recluso lee una carta – Fuente: Pexels

Son diversas las historias sobre asesinos en serie recluidos en la cárcel que reciben decenas de propuestas de matrimonio, incluso llegan a casarse. Ted Bundy, Richard Ramírez o Charles Manson son casos paradigmáticos.  

Este último tuvo durante buena parte de su vida un considerable grupo de fanáticos que eran capaces de seguir sus directrices hasta las últimas consecuencias, incluso estando ya en la cárcel. El asesino en serie Richard Ramírez también se casó en prisión, mientras que Ted Bundy, que mató a 30 mujeres, se casó con Carol Ann Boone y tuvieron una hija, aunque antes de su ejecución se alejó de él.  

Más recientemente se han estudiado los casos de hibristofilia vinculados a la tragedia de Columbine, incluyendo grupos de fanáticos que organizan grupos digitales conocidos como columbiners. Y hace unas semanas, varios investigadores de la Universidad de Huddersfield presentaron un estudio sobre la hibristofilia en los tiempos de TikTok. 

Los investigadores británicos concluyeron que la cosificación sexual del delincuente, la banalización del trauma, minimizando sus delitos, la romantización del criminal, visto como heroico o idealista, así como la culpabilidad, en menor medida, son los cuatro elementos que confluyen en las personas que exponen su hibristofilia en esta red social.  



Dejar una respuesta

Your email address will not be published.