¿Por qué mi gato no se deja acariciar?

Esta es la explicación sobre por qué tu gato no se deja acariciar. Cuando comprendas las razones, podrás disfrutar de estos instantes de mimos que sí estará dispuesto a recibir.

Puede que hayas oído eso de que los gatos son huraños e independientes, aunque esas aseveraciones categóricas no sean tanto como se cree. Pero sí que es cierto que seguro que en más de una ocasión tu gato ha rechazado tus caricias. Incluso es posible que lo haga con frecuencia. Y tú te sientas mal por ello, aunque no tengas por qué.

Esta es la explicación sobre por qué tu gato no se deja acariciar. Cuando comprendas las razones, podrás conocer mucho mejor a tu amigo peludo y disfrutar de estos instantes de mimos que sí estará dispuesto a recibir.

Lenguaje corporal de los gatos

cesta con gato
Cesta con gato/Foto: Unsplash

Debes tener en cuenta que los gatos no son como los perros, por lo que no debes esperar que se comporten como ellos. Mientras que los canes agradecen tus caricias y se ponen panza arriba para que les hagas más y más, los gatos son quienes toman las decisiones sobre cómo interactuar contigo. No importa que tú quieras acariciarlos, podrás hacerlo cuando ellos lo decidan y no antes.

Para averiguar si está receptivo o no a los gestos de cariño, deberás fijarte en su lenguaje corporal. Lo percibirás en la posición de sus orejas, en el movimiento del rabo y en los sonidos que emita. Todos ellos te indicarán si es un buen momento para dispensarle una caricia o no.

Dueños del hogar

Gato peludo
Gato felino/Foto: Unsplash

Esa diferente actitud entre lo gatos y los perros tiene una casa fundamental. Para los perros, tú eres el jefe de la manada, así que acatarán tus órdenes, mostrarán sumisión y estarán siempre deseando conseguir tu aprobación. De tal modo, les encantará que les acaricies y les dediques muestras de cariño. En consecuencia, el perro vive contigo en tu guarida y tú eres el jefe.

Pero con los gatos esto es muy distinto. Ellos consideran que la casa es su casa, no tuya, por lo que es tu gato el que te permite convivir con él y no a la inversa. Eso no quita para que te marque en todo momento frotándose contra tus piernas, como si fueras una posesión más; por ese motivo, no debes olvidar que él es quien manda. O, al menos, eso es lo que él piensa y así es como se comporta. Como resultado, solo podrás acariciarlo si quiere y por el tiempo que considere. Y no siempre lo hace.

Causas del rechazo

Gato maullando
Gato maullando/Foto: Unsplash

Asimismo, no podemos ignorar que hay determinadas situaciones que provocarán que nuestro gato esté molesto o enfadado con nosotros y que no nos dejará acariciarle de ningún modo. Sucede así en situaciones de estrés, como puede ser cuando ha habido una mudanza o en casa hay visitas que no conoce. También cuando haya sufrido una experiencia traumática, como una caída, o cuando lo lleves al veterinario. Seguramente estará enfadado y te responderá mal si intentas acariciarlo. Sé cuidadoso porque, en estos casos, puede que te quiera dar un mordisco. Ten paciencia. Se le pasará.

Zonas corporales

Persona acariciando gato
Persona acariciando gato/Foto: Unsplash

Si quieres que tu gato reciba más a gusto tus caricias, además de buscar el momento en que no lo molestes, debes recordar que hay zonas corporales en que las aceptará más fácilmente. Sucede así con el cuello, la mandíbula, la parte de detrás de las orejas y del lomo, y parte de la nuca.

Por otro lado, no debes olvidar que la mayoría de los gatos odia ponerse panza arriba como hacen los perros. Esta postura provoca que se sientan indefensos, y alguien que considera que es quien manda no lleva nada bien colocarse de tal forma. Tiene su lógica. Así que no insistas. Eso no le gusta.

Gatos cariñosos

Caricias al gato
Mano acariciando al gato/Foto: Unsplash

Todo lo anterior no quita que el carácter del animal tenga mucho que ver. Los hay complacientes y muy mimosos, algo habitual en los gatos norteamericanos, peludos y tranquilos. Sin embargo, el gato europeo sigue teniendo un carácter de armas tomar, tal y como eran aquellos animales antepasados suyos que cazaban ratones por las calles hace siglos. De manera que la raza y el carácter del felino tienen relación directa con su mayor o menor gusto por las caricias.

Por otro lado, si tu gato se ha dejado siempre acariciar sin demasiados problemas y, de repente, se ha vuelto arisco y te rehuye, no dudes en llevarle al veterinario para que le haga un chequeo. Detrás de ese rechazo puede haber escondido algún problema de salud, como artrosis, quemaduras, heridas bajo el pelaje… Las opciones son tan variadas que lo mejor es que lo mire el especialista.

Con todo ello, disfruta de la compañía de ese otro miembro de la familia de cuatro patas y de esos instantes en los que te deja demostrarle con caricias y mimos todo lo que lo quieres. ¡Seguro que se lo merece!



2 Comments

  1. Conociendo la psicología gatuna estaría por afirmar que no se deja porque NO te lo has ganado. Los gatos ni olvidan ni perdonan.

    Si les has tratado como a un amigo, ellos te tratarán como a un amigo. Si les tratas como a un enemigo, ellos harán lo mismo; Y si les has tratado como a cosas, ellos te tratarán como a una cosa.

    Si tu gato es un miembro de tu familia y le tratas con cariño y respeto, él te compensará siendo tan fiel como lo pueda ser el mejor de los perros.

  2. Echo en falta dos cuestiones de suma importancia. La excitación sexual disparada por las caricias es un factor que no se debe ignorar en la determinación de ciertas conductas de respuesta felina de fenomenología agresiva. Igualmente importante es tener en cuenta la etiología defensiva: si alguna vez en el pasado una mano lo castigó, toda mano que se acerque tiende a ser rechazada.

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