Los perros y el final de las vacaciones: ansiedad por separación

Has pasado buena parte de tus vacaciones con tu amigo peludo, pero ahora llega septiembre y toca recuperar las viejas rutinas, entre ellas, el trabajo lo que puede alejarte varias horas de él buena parte de la semana. Es probable que, tras ello, notes cambios de actitud en el perro y hasta síntomas de enfermedad. ¿Qué le pasa? 

Muchos perros desarrollan ansiedad por separación debido a las alteraciones en las rutinas con respecto a sus figuras de apego. Si están acostumbrados a pasar mucho tiempo con sus tutores, es más probable que su ausencia prolongada repercuta en su estado anímico, pero también en el físico. 

A continuación, te explicamos qué dicen los expertos etólogos y veterinarios sobre la ansiedad por separación en perros y qué tipo de mecanismos debes usar a la vuelta de las vacaciones para minimizarlo y facilitar la transición de tu perro hacia la rutina postvacacional.  

¿Qué es la ansiedad por separación en perros? 

Un perro en la puerta de una casa - Fuente: Pexels
Un perro en la puerta de una casa – Fuente: Pexels

Muchas especies de animales sociales muestran respuestas de angustia cuando se separan de sus figuras de apego. Los perros y los gatos, como animales más comunes en las familias, son los que más sufren estos trastornos del comportamiento. 

Según un artículo de la profesora de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Carolina del Norte Barbara Sherman, el 17% de los perros que recibe atención veterinaria presenta signos clínicos compatibles con la ansiedad por separación, definido por Sherman como un síndrome de comportamiento de los perros caracterizado por signos de angustia cuando el perro afectado se queda solo o se separa de la persona con la que pasa la mayor parte de su tiempo.  

Y es que el comportamiento es la principal faceta que se ve afectada en perros con ansiedad por separación como muestra este estudio de varios especialistas noruegos, siendo la segunda causa tras la agresión entre los problemas más comunes vinculados con los perros.  

Y no olvidemos que, como cita el Observatorio Affinity 2023, la segunda causa de abandono en perros y gatos son los problemas de comportamiento del animal, razón por la cual es más importante comprender el trastorno de ansiedad por separación. 

Ya en 1970, comenzaron a aparecer los primeros análisis científicos sobre la ansiedad por separación: como cita este artículo retrospectivo del estado de la investigación sobre este tema, hasta ese momento, las alteraciones en el comportamiento del animal por separación se explicaban por “falta de obediencia” o “malcrianza del perro”.  

Síntomas de la ansiedad por separación 

Perro come pared
Un perro sobre un felpudo – Fuente: Unsplash

Desde entonces, con el cambio de enfoque, hemos tenido una investigación más profunda acerca de este trastorno que comienza con la detección de los signos clínicos que incluyen especialmente conductas destructivas —destrozar puertas, paredes o ventanas—, ruidos excesivos como ladridos, llantos o aullidos, además de comportamientos no habituales, como puedan ser cambios en el apetito, en la micción o en las deposiciones, además de problemas gastrointestinales

En uno de los estudios abordados por el análisis retrospectivo citado se grabaron a varios perros de los que se sospechaba tenían ansiedad por separación, resultando que la gran mayoría presentaban llantos y buena parte de ellos comportamiento destructivo que iba reduciéndose con el tiempo. En este sentido, hay que señalar las actitudes destructivas responden al deseo del perro de escapar, probablemente para buscar a su tutor. 

Los expertos también hablan del hiperapego de algunos perros que serían los más afectados por la ansiedad por separación, una suerte de apego extremo: perros que incluso se angustian si no están en la misma habitación que su tutor.  

Buena parte de estos síntomas, como vemos, pueden ser reportados tanto por los cuidadores de los perros, las guarderías caninas o los propios vecinos ya que el tutor, a menudo, no los presencia: cuando vuelve a estar en contacto con su perro, este generalmente vuelve a adoptar una actitud normal. 

Así mismo, y como hemos visto, algunas de los síntomas pueden ser relacionados con otras alteraciones o dolencias por lo que es muy importante que veterinarios y/o etólogos analicen el caso para afinar el diagnóstico.  

Miedo y frustración en el perro

Según los expertos, el miedo y la frustración se vinculan a esta ansiedad por separación. Hay que recordar, en este sentido, que la ansiedad es una respuesta adaptativa que permite evitar un estímulo amenazante percibido o anticipada, también definida así en humanos. 

Así pues, una vez que el perro asume que se va a quedar solo y/o sin su tutor una serie de horas o días cuando, en las semanas precedentes había pasado mucho más tiempo con él, responde tanto con miedo como con frustración. 

Por un lado, siente miedo de que sus necesidades físicas y anímicas ya no estén cubiertas sin la presencia de su tutor. Y siente frustración porque, a pesar de sus intentos —comportamientos destructivos, ruegos, ladridos—, su amigo humano no le hace caso y se va durante un periodo de tiempo. Como respuesta ante este miedo y frustración aparece la ansiedad que conlleva esos comportamientos o respuestas fisiológicas descritas. 

¿Cómo abordar la separación tras las vacaciones? 

Perro come pared
Un perro se levanta sobre una puerta – Fuente: Unsplash

Es importante que establezcas una serie de rutinas previas a la separación para que el perro se vaya acostumbrando al nuevo escenario tras las vacaciones. Siempre que sea posible, es recomendable no empezar “de golpe” a separarte de tu perro, sino con periodos cortos en un principio, para que se vaya acostumbrando.   

Aunque al principio pueda resultarte duro verlo sufrir, es mejor prevenir comportamientos y consecuencias más negativas a largo plazo si no te separas de él ni un minuto hasta el día que acaben las vacaciones y ya no te sea posible estar tanto tiempo a su lado. 

Intenta no reforzar el comportamiento de hiperapego si tu perro lo presenta, premiándole por no estar en permanente contacto contigo, por ejemplo, descansando en un lugar de la casa en el que tú no estés. 

Los expertos también recomiendan ensayar algunas costumbres propias de tus salidas de casa como recoger las llaves o la mochila, pero sin salir de la misma, para que el perro no asocie exclusivamente esos actos con quedarse solo y comience su proceso de ansiedad.  

A la hora de salir, hay que intentar interactuar lo mínimo posible con el perro, dejándolo en un lugar cálido y seguro en el que el perro se sienta confortable y protegido. No lleves a cabo el ritual de salir siempre de la misma forma: introduce pequeñas variaciones para que el perro no se altere por adelantado. 

Por su parte, a la vuelta a casa, nunca castigues al perro si ha tenido un comportamiento destructivo, especialmente si no se trata de algo puntual ya que puede ser síntoma de esta ansiedad por separación. La entrada en casa tampoco debe ser “dramática” ni cargada de muestras de cariño, aunque lo estés deseando: se trata de que el perro asuma que es una situación normal a la que se debe acostumbrar y que no hay nada que temer. 

De cualquier forma, siempre es aconsejable consultar con un veterinario si el perro presenta durante un periodo de tiempo continuado alguno de los síntomas citados, especialmente si se trata de problemas físicos ya que un alto porcentaje de los perros con ansiedad por separación también presentan otros problemas asociados lo que dificulta el diagnóstico.  



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