Lo que hemos aprendido del comportamiento de las orcas con Gladis

Fue durante el verano de 2020 cuando se documentó la primera interacción de una orca Gladis con un barco en el estrecho de Gibraltar. Desde entonces, la tensión acompaña la presencia de las orcas ibéricas, una pequeña subpoblación catalogada como vulnerable por el Ministerio de Medio Ambiente en 2011 y en peligro crítico por la Lista Roja de la UICN en 2019. 

¿Y qué es lo que hemos aprendido hasta ahora del comportamiento de la orca Gladis del estrecho de Gibraltar? A continuación, repasamos las indagaciones de los biólogos marinos del Grupo de Trabajo Orca Atlántica, entre otros, que estudian el comportamiento de estos animales en las aguas del Estrecho. 

¿Quiénes son las orcas Gladis? 

Una orca - Fuente: Pixabay
Una orca en una piscina – Fuente: Pixabay

Uno de los equívocos más habituales en relación a las orcas proviene de su denominación común en inglés: killer whales, ballenas asesinas, cuando, como dicen los biólogos del GT Orca Atlántica, ni son ballenas ni, por supuesto, son asesinas.

Y es que no hay ningún animal “asesino”, alguien que mata con alevosía, ensañamiento o por una recompensa: pese a que son uno de los animales con mayor cociente de encefalización del planeta las orcas tampoco son seres humanos, ni se comportan como tal. 

Perteneciente a la familia de los delfínidos, estos cetáceos de colores tan llamativos y contrastadas cuentan con una subpoblación muy pequeña en el entorno del estrecho de Gibraltar y el golfo de Cádiz formada actualmente por un grupo de unos 35 ejemplares divididos en 6 comunidades, además de 14 individuos que no tienen comunidad. 

El tamaño de los adultos macho de las orcas ibéricas está entre los 5 y los 6 metros, el de los juveniles en torno a 3 y 4,5 metros y los cachorros entre 2 y 3 metros: se considera un tamaño pequeño comparado con otras orcas, como las Antárticas que llegan a los 9 metros. 

¿Y qué hacen estas orcas en las aguas del Estrecho? Principalmente llegan atraídas por el atún rojo del Atlántico, su alimento esencial. De hecho, los biólogos advierten que esta subpoblación de orcas ibéricas nunca come otros cetáceos ni mamíferos marinos, aunque otras orcas sí que se alimentan de animales marinos como focas o tiburones, de donde procede su violento apelativo en inglés.

De entre este grupo de orcas ibéricas, los biólogos decidieron apodar “Gladis” —en homenaje a la Orca gladiator nombrada en 1789 por el naturalista francés Pierre Joseph Bonnaterre — a aquellas que comenzaron a interactuar de forma excepcional hace tres años, añadiendo apellidos para diferenciar cada ejemplar: Gladis blanca, Gladis gris o Gladis negra. 

¿Por qué las orcas Gladis interactúan con los barcos? 

Una orca cerca de un velero - Fuente: Pixabay
Una orca cerca de un velero – Fuente: Pixabay

Solo en el periodo que va de 2020 a 2021 se registraron más de 230 interacciones entre orcas ibéricas y embarcaciones, creciendo el número de las mismas en 2021. Actualmente, el número de interacciones supera ya las 500.  

Aunque estas interacciones también incluyen simples avistamientos sin contacto físico, lo cierto es que se han producido incidentes más graves, con embarcaciones hundidas en tres casos: en noviembre de 2022 hundieron un velero con cuatro personas, siendo todas rescatadas. Ninguna orca atacó ningún humano en el agua ni fuera de ella.

De cualquier forma, este comportamiento no deja de ser excepcional ya que no se había reportado ninguna interacción de este tipo en una comunidad de orcas en un espacio concreto y repetida a lo largo de varios periodos lo que ha llevado a la comunidad científica a elaborar diferentes teorías: desde el simple juego, al comportamiento aprendido, pasando por una reacción de una orca adulta a una mala experiencia con una embarcación que ha podido ser replicado por otras orcas más jóvenes, como parte del aprendizaje habitual de estas comunidades. 

Hay que tener en cuenta que como delfínidos que son, las orcas tienen una alta capacidad cognitiva derivada de su cociente de encefalización: solo el delfín nariz de botella, el delfín pío y, por supuesto, el ser humano, tienen un cociente de encefalización mayor.  

Esta alta capacidad cognitiva ha sido tenida en cuenta a la hora de establecer causas que expliquen este comportamiento, hasta el punto de especular con esa suerte de venganza que se ha convertido en viral y en material para cientos de chanzas en Internet. 

Orcas - Fuente: Unsplash
Orcas – Fuente: Unsplash

Pero ¿qué opinan los biólogos marinos sobre esta supuesta “rebelión” de las orcas contra las embarcaciones humanas? En declaraciones a Scientific American, la directora de la ONG Wild Orca con sede en el estado de Washington en Estados Unidos Deborah Giles rechaza la teoría de la venganza: “son animales que han visto cómo les quitaban a sus bebés, los ponían en camiones y se los llevaban y nunca atacaron barcos, nunca atacaron humanos (…) Es pura especulación atribuir esa mala experiencia a los animales”. 

No obstante, otros expertos no descartan reacciones intencionales amparándose en esa misma capacidad cognitiva. Lori Marino, neurocientífica y experta en comportamiento e inteligencia animal advierte que las orcas sí tienen los medios y la capacidad cognitiva para atacar a alguien intencionalmente, o para enfadarse, o para saber realmente lo que están haciendo, tal y como indicó a The Guardian.  

¿Y qué opinan los propios investigadores del Grupo de Trabajo de la Orca Atlántica que han seguido de cerca a estos animales desde hace más de una década? El único estudio científico presentado hasta el momento, más allá de las especulaciones y las declaraciones a los medios, es el llevado a cabo por diversos investigadores, varios de ellos asociados a este grupo: se denomina Las orcas del Estrecho de Gibraltar, una subpoblación en peligro de extinción que muestra un comportamiento disruptivo y fue publicado en Marine Mammal Science en junio de 2022. 

En él, investigadores como Alfredo López Fernández o Rocío Espada no consideran que las orcas adultas están enseñando a los jóvenes, sino que estas están imitando el comportamiento de algunas orcas adultas ya que así es como aprenden las técnicas de caza en el mar, por imitación.  

Orcas - Fuente: Depositphotos
Orcas – Fuente: Depositphotos

De hecho, este comportamiento puede no ser más que una “moda” que inició una orca y fue replicado por otras hasta que sea abandonado. Incluso podría ser parte de un juego o un entrenamiento para cazar, ya que se verían atraídas por la forma y el movimiento de los timones que asociarían con los propios atunes. El hecho de que moviendo el timón cambien el rumbo de la embarcación les habría llamado la atención, comenzando esta costumbre que habría sido imitada por otras orcas de la comunidad. 

No obstante, Espada sí que admite que el Estrecho está plagado de redes y palangres y esta proliferación de instrumental de pesca vinculado además al atún rojo, gran objetivo de las orcas, puede suponer una fuente de “estrés” para estos animales, “pero esto solo es una hipótesis”

Sea como fuere, y mientras los biólogos continúan observando e investigando estas interacciones de las orcas Gladis, los expertos invitan a no “incentivar” a estos animales que suelen acercarse a veleros, embarcaciones pesqueras y catamaranes, especialmente a los timones: se recomienda apagar el motor y las sondas, no tocar el timón y no salir por la borda. Pero siempre recordando que las orcas ni son tiburones ni son “asesinas” y, por el momento, tampoco está confirmado científicamente que sean líderes revolucionarias.  



1 Comment

  1. Lo siento pero el autor del articulo se equivoca de pleno al afirmar que no hay ningún animal asesino. Claro que lo hay: el humano. El hombre no sólo asesins con alevosía y ensañamiento sino que hasta disfruta con ello, osando llamar arte a la sádica tortura de otros animales: toros , y deporte a sentarse a esperar a que le acerquen a otros animales y les dejen al alcance de armas cada vez más sofisticadas: lo que muchos consideran caza. Rectifique por favor.

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