Otras miradas

Que las empresas dejen de ser armarios

Cristina Sánchez

Directora Ejecutiva de Pacto Mundial de la ONU España

Varias personas participan en la manifestación del Orgullo LGTBI+ 2023, a 1 de julio de 2023, en Madrid (España). -DIEGO RADAMÉS / Europa Press
Varias personas participan en la manifestación del Orgullo LGTBI+ 2023, a 1 de julio de 2023, en Madrid (España). -DIEGO RADAMÉS / Europa Press

Muchas personas en España desarrollan su vida profesional dentro del armario. Otras viven el miedo de la discriminación cuando tienen que marcar la casilla de género en un formulario. Personas que en muchas ocasiones evitan hablar de su vida personal en el trabajo para evitar el estigma. Que toman decisión de mantener su identidad y orientación sexual en secreto como estrategia de supervivencia en un entorno laboral donde la discriminación o los prejuicios aún existen. Esta situación puede generar una sensación de aislamiento y soledad, afectando el bienestar emocional y la productividad de estas personas en el ámbito laboral. De este modo, la diversidad se oculta, convirtiéndose en un obstáculo en lugar de una ventaja competitiva.

Salir o estar dentro de este es una decisión propia, por supuesto, pero es responsabilidad de las empresas crear espacios seguros donde las personas trabajadoras puedan tomar libremente la decisión. Porque estamos hablando, nada más y nada menos, del espacio donde se desenvuelve un tercio del día la vida diaria de millones de personas. Razón más que justificada para hacer que esos espacios sean diversos, inclusivos y seguros para sus integrantes. Trabajar la diversidad, optimizando los beneficios que comporta, es también un rasgo de la manera de hacer negocios. En este sentido, la promoción por parte del tejido empresarial de planes, medidas y acciones concretas en materia LGBTIQ+ nos ayudará a destruir límites y acabar con el armario laboral.

Para ver cómo están reaccionando las empresas al respecto, desde el Pacto Mundial de la ONU España hemos hecho zum sobre cómo las entidades del IBEX 35 trabajan la diversidad LGBTIQ+. En rasgos generales, estas empresas vienen a ser tractoras de buenas prácticas y ejemplo de políticas, no solo de rendimiento económico. Empresas cuyas acciones marcan tendencia y acción en el resto del tejido empresarial. Según nuestro análisis, únicamente el 37% de estas empresas tienen programas específicos de apoyo a las personas LGTBI, aunque más de la mitad las mencionan en sus memorias de sostenibilidad como grupo de interés. Un número aún bajo que necesita crecer.

Es más, actualmente solo nueve empresas del IBEX 35 han firmado los Principios de Conducta LGBTI de Naciones Unidas para las empresas. Un número que presenta un margen de mejora aún mayor. Estas normas de conducta fueron lanzadas por la ONU en el año 2017 y brindan orientación práctica a las empresas sobre cómo respetar y apoyar los derechos de las personas LGBTIQ+ en el lugar de trabajo, el mercado y la comunidad.  Es decir, no solo contemplan la opción del respeto a sus derechos, sino que les instan a convertirse en agentes de cambio positivo.

Aunque las empresas españolas cada vez trabajan más la diversidad: un 41% cuentan con una política de diversidad y no discriminación y en el caso del IBEX 35 la cifra se eleva hasta el 74%. Políticas para promover entornos inclusivos y equitativos para todas las personas, independientemente de su orientación sexual, género, edad, sexo, raza o religión. Y, sin embargo, solo tres empresas del IBEX 35 han presentado informes específicos de diversidad durante el último ejercicio.

Pero lo cierto es que aún contamos con pocos ejemplos de buenas prácticas empresariales en materia LGBTIQ+. Un dato que nos lleva a concluir que esta temática aún se sitúa en un estado muy embrionario en nuestro país, aunque continúa aumentando en sus compromisos.

En el Pacto Mundial de la ONU, la inclusión es nuestro pacto y trabajamos día a día en que las empresas sean promotoras e inclusivas con la comunidad LGBTIQ+. Como expresó Zeid Ra’ad Al Hussein, del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos: "para avanzar más rápidamente en todo el mundo hacia la igualdad de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales, las empresas no sólo tendrán que cumplir sus responsabilidades en materia de derechos humanos, sino que deberán ser agentes de cambio".

En este sentido considero que las empresas de nuestro país tienen un entorno favorable que pueden aprovechar, tanto con el marco legal, como con los recursos a su disposición. En el primer punto, un ejemplo es la reciente aprobación de la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, que obliga a las empresas con más de 50 personas en plantilla a contar con medidas efectivas para la igualdad del colectivo y planes contra el acoso con este enfoque.

Las empresas que quieran adelantarse a la ley tienen una herramienta en abierto y gratuita basada en las normas de conducta de Naciones Unidas para realizar un diagnóstico, obtener propuestas de mejora y realizar un benchmarking. Este es un buen punto de partida para emprender acciones clave para la inclusión del colectivo como aprobar un plan sobre diversidad que incluya un código de conducta o establecer indicadores que midan la retención, paridad salarial o contratación de personas LGBTIQ+; o formar a las plantillas en diversidad y respeto a los derechos humanos, contribuirán un tejido empresarial más inclusivo.

Estas acciones marcan un camino hacia entornos laborales verdaderamente inclusivos y libres de discriminación para las personas LGTBI que debemos emprender los 365 días del año. Es hora de que las empresas dejen de ser armarios y se conviertan en auténticos motores del cambio. Y esto pasará cuando las empresas cuenten con la participación de personas LGBTIQ+ en su actividad de negocio y los compromisos traspasen al nivel de la gestión. Cuando su pacto con la inclusión sea real y permanente.

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