Otras miradas

Sobre mis 20.000 pavos de... ¿herencia universal?

Israel Merino

Periodista

Sobre mis 20.000 pavos de... ¿herencia universal?
Yolanda Díaz, durante un acto de Sumar en Madrid el 10 de junio de 2023 en Madrid.- EFE

He estado haciendo cuentas sobre la herencia universal propuesta por Yolanda Díaz: cumplo los 23 a finales de este año, así que, teóricamente, sería beneficiario de la medida. Lo más lógico es que estuviera contento, pero la verdad es que tengo muchas dudas.

Vengo de una familia trabajadora, de una casa en la que, si bien nunca ha faltado nada, 20.000 euros han sido los ingresos de un año y pico (ese pico, valga la redundancia, dependiendo del año). Ahora, a pocos días de que se inicie oficialmente la campaña electoral – porque extraoficialmente, ja, la cosa lleva pelándose varias semanas –, la todavía vicepresidenta del Gobierno y candidata de Sumar ha propuesto, siempre y cuando revalide, una herencia universal suministrada por el Estado a todos los que cumplan la mayoría de edad (y tengan hasta 23 años en este mismo año, valga en esta otra ocasión la cacofonía). 20.000 euros, en concreto, que el Estado dispondrá a todos los pibitos de forma automática, sin apenas yincanas burocráticas, para intentar que exista igualdad de oportunidades entre los hijos de los ricos y los pobres.

Debo reconocer que, como hijo de la clase trabajadora, la medida llama poderosamente mi atención. Sé lo que es no llegar a fin de mes, fingir que no estoy en casa cuando mi casero se acerca por el edificio y tener que rebuscar en el fondo de la alacena paquetes aplastados de pasta que me salven la compra semanal; por ende, sé también lo que es tener ideas y propuestas que nunca voy a poder llevar a cabo por falta de recursos, de chavos y de contactos (apúntense esto último, que es importante).

La medida, en principio, es guay: quizá, con esos 20.000 euros, pueda emprender un apasionante negocio que no podría llevar a cabo de ninguna otra forma; pero en ningún caso, esto es así, mis oportunidades se igualarán a las de los chicos que tienen un BMW Serie 1 aparcado en la puerta nada más sacarse el carné. Al igual que, de ninguna forma, se redistribuirá la riqueza.


Esta medida, que pretenden hacer universal, según dicen, para simplificar los complicados trámites burocráticos que a muchas personas necesitadas impiden acceder a diferentes ayudas, va a proveer con esos 20.000 euros también a quienes no los necesitan, a los que ya tienen la vida resuelta y verán en ese dinero un ingreso extra, una vía adicional de inversión que, otra vez, los pondrá muy por delante de los que no tenemos otros recursos.

Pongamos de ejemplo a Guzmán Nunier, personaje ficticio e hijo de ricachones de la serie Élite; y a Marcelo, mi vecino. Ambos, de la misma edad, recibirán ese ingreso para, según la propuesta lanzada, utilizarlo con tres fines: proyectos de inserción laboral, de emprenduría profesional o de formación.

Obviando el primer supuesto, que se tendrá que desarrollar por ser demasiado ambiguo, Marcelo y Guzmán no partirán por el camino de la emprenduría con las mismas condiciones recibiendo el mismo ingreso, sino que Guzmán estará muy por encima. De hecho, aunque a Marcelo este ingreso le ayudará un montón, creo que a Guzmán le vendrá incluso mejor.


Mientras que Marcelo deberá empezar de cero con ese dinero, teniéndose que buscar las castañas y buscando la forma de conseguir rentabilizar esa herencia (que, por cierto, ni siquiera podrá usar para tener un simple colchón económico que le permita trabajar teniendo menos preocupaciones o para sacar de un apuro económico a su madre), Guzmán tendrá un ingreso extra que, gracias a los contactos, influencias y dinero de base de su padre, podrá invertir y rentabilizar sin ningún problema. Marcelo, sin embargo, si no quiere ser empresario no podrá ahorrar esos 20.000 euros para, quién sabe, tener un colchón sobre el que dormir algo más tranquilo si algún día le apetece ser papá.

Es obvio que la propuesta lanzada es buena, sin embargo, es un absurdo que los hijos de las familias con mayores rentas y patrimonios reciban esta herencia. Al contrario que con la Sanidad Pública, tesoro con el que se está comparando esta medida, creo que esta herencia universal debería pensarse más como las becas universitarias con las que muchos estudiamos, las cuales se reparten en función de la renta de las familias. La clave es buscar la igualdad de oportunidades, la equitatividad, no pinchar a todos un esteroide que también chete a los que más tienen.

Por otro lado, se puede entender la universalidad como una forma de facilitar los trámites y romper el estigma hacia las ayudas sociales, sin embargo, creo que esta solución es matar cucarachas echándoles helado de vainilla. La clave para facilitar la herencia debería ser simplificar los trámites para quienes la necesitan, no dársela a todo el mundo.

Es obvio, eso quiero recalcarlo otra vez, que la medida, siempre y cuando sea redistributiva y no universal, me parece favorable, pues da un balón de oxígeno a los que nos enfrentamos al océano del futuro con las manos atadas a la espalda, sin embargo, no debe venderse como la gran solución a nuestros males.

Muchos chavales no tenemos acceso a una vivienda, y los que sí, no tenemos ni para un kebab después de pagar el alquiler, por lo que quizá habría que pensar en poner el foco en ese y otros temas primarios antes de hablar de emprendimientos y de montar empresas. Porque, como decía sobre Marcelo, ¿y si yo no quiero montar una empresa? ¿Y si lo que quiero es tener un trabajo normal que me permita vivir tranquilo, currando cuatro días a la semana (toma guiño) y sin mayores complicaciones? ¿Podré usar esa herencia para simplemente dar la entrada de un piso o pagarme un año de alquiler, vivir más tranquilo o directamente, hablando ahora en plata, no hacer nada? Porque yo, al igual que Guzmán, a lo mejor también quiero pegarme dos años sabáticos para escribir una novela, viajar a la India o hincharme a porros en la plaza Eijo y Garay.

No es una herencia si no puedo hacer lo que quiera con ese dinero: es una ayuda al emprendimiento.

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