Otras miradas

Tecnología 5G en España: la gran apuesta de futuro

Ángeles Marra

Portavoz de Transformación Digital del Grupo Parlamentario Socialista, diputada por Pontevedra. Doctora en Economía y Empresa Universidad de Vigo.

La vicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño.- vicepresidenta segunda del Gobierno de España
La vicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño.- vicepresidenta segunda del Gobierno de España

El 5G, o quinta generación de redes móviles, está llamada a ser la tecnología que revolucionará radicalmente el futuro. Sus características de conectividad ultrarrápida y sus capacidades diferenciales en términos de ancho de banda, tanto de subida como de bajada, muy baja latencia (tiempo de espera), y capacidad para conectar a más de un millón de dispositivos por kilómetro cuadrado cambiaran radicalmente el mundo tal y como lo conocemos. Ya lo está haciendo. Estamos inmersos en una cuarta revolución industrial. Una digitalización disruptiva en la que la combinación del 5G con otras tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, la robótica o el Cloud será esencial para que este cambio de paradigma se produzca. ¿Retransmisiones en streaming, vídeos 360, realidad virtual o realidad aumentada, telepresencia holográfica, coches conectados e industria 4.0. Sin duda, el 5G es otro mundo, es otra capacidad, es otro paradigma.

La tecnología 5G es sinónimo de prosperidad económica y social de los países. Por ello, el Gobierno, acertadamente, ha apostado firmemente por impulsar el 5G en España. Las razones están claras: el 5G es el camino del futuro por donde transitará la sociedad venidera. Y no sólo en el ámbito de las telecomunicaciones, la energía o la movilidad. Este es un cambio radical en los que la educación, la sanidad, la agroindustria, el turismo, el ocio, o bien el trabajo se verán beneficiados.

La determinación del Gobierno es firme. Se destinarán 2.000 millones de euros hasta 2025, de los que 300 millones ya están recogidos en los Presupuestos Generales del Estado para 2021. Además, en estos cinco años, la inversión privada puede llegar a movilizar hasta 24.000 millones de euros. La colaboración público-privada es vital para llevar a cabo con éxito este avance tan transcendental y el Gobierno lo sabe. Por ello, ha implicado a todos los actores sociales. Y, ¿cuáles serán las consecuencias de esta revolución tecnológica? Según la Comisión Europea, en España, el impacto del 5G atraerá inversiones por más de 5.000 millones de euros y creará más de 300.000 puestos de trabajo. Lo dicho, una oportunidad que no se puede dejar escapar.

La estrategia de impulso de la tecnología 5G, va a ser y es, como señaló la Vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital Nadia Calviño, un eje fundamental de la Agenda España Digital 2025 y del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española. El argumentario está a su favor. Es un polo atrayente de inversiones, que fomentará la recuperación de la economía y la creación de empleo, a la vez que alentará nuevos modelos de negocios surgidos de su potencial la hiperconectividad.

Además, supone una gran oportunidad para hacer frente al reto demográfico, o la llamada España vacía. La extensión de redes de alta velocidad en toda España aumentará el atractivo y las capacidades de desarrollo de estos territorios, reforzando la cohesión económica, social y territorial y asentando población en el territorio.

Con el fin de desarrollar todo el potencial de este plan, se han elaborado tres grandes ejes. El primero de ellos se centra en facilitar la disponibilidad de las bandas de frecuencia prioritarias para los servicios 5G. Para ello, se pondrán a disposición las bandas de 700 MHZ y 26 GHZ, se reordenará la banda de 3,5 GHZ y se habilitaran las bandas armonizadas para su uso en 5G. El segundo eje fomenta el despliegue de las redes, con el fin de dar cobertura 5G, al menos, al 75% de la población española. Se desplegará el 5G en diversos núcleos poblacionales, en corredores de transportes o en proyectos tractores de digitalización sectorial. El tercer y último eje establece un marco regulatorio y administrativo para fomentar el 5G. La ley de CibersegurIdad 5G es una de sus principales medidas, así como la simplificación de los trámites administrativos o la reducción de cargas al despliegue del 5G.

España cuenta con una posición de partida privilegiada para la implantación total del 5G: una envidiable red de fibra que suma las de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia juntas; es el primer país europeo en experiencias piloto 5G (de las 245 experiencias en la UE, 32 son españolas) y es el segundo país europeo, por detrás de Reino Unido, en número de Ciudades 5G (39 localidades). Por ello, impulsado por las políticas activas del Gobierno y el empuje de los fondos europeos como parte de su financiación, España tiene la oportunidad de liderar en Europa la revolución digital, la revolución del futuro. Un futuro que, con un uso e implantación segura y responsable del 5G, como es la que plantea el Gobierno, no sólo impulsará la transformación de los sectores productivos, sino que fomentará la recuperación económica, la creación de empleo, reforzará la cohesión social y territorial y promoverá el desarrollo sostenible, justo e inclusivo. Apostemos por el 5G, apostemos por la España del futuro.

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