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Y al cuarto día... el caos se traslada a la carretera

Colapso monumental en los accesos del sur de Barcelona

GLÒRIA AYUSO

El colapso monumental de entrada a Barcelona temido desde hace días por la inoperancia de Cercanías tardó en llegar, pero llegó. Lo hizo ayer, el cuarto día laborable de inoperancia de Cercanías. Miles de conductores tardaron hasta dos horas en recorrer escasos 20 kilómetros hasta Barcelona. La habilitación de un carril bus de 12 kilómetros para facilitar el paso de los autobuses que sustituyen a los trenes entre Gavà y Barcelona en la C-31 provocó un gran enredo en la carretera que se propagó a otras vías. El colapso fue 'uno de los peores del año', en palabras del propio director de Tráfico, Josep Pérez Moya, que admitió ayer que el dispositivo especial 'no ha funcionado correctamente'.

El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) creó el carril para los autobuses -al que llamó carril-Renfe- para agilizar el trayecto en transporte de los dos centenares de autocares que se encargan de fletar a los usuarios de Renfe desde que el servicio ferroviario se interrumpió en las líneas C-2 sur, C-10 y C-7. Con esta medida se pretendía reducir en 50 minutos el recorrido.

Un carril inaccesible
Pero las carreteras de acceso a Barcelona sufren ya de por sí saturación en horas punta, aún más en un día lluvioso como el de ayer. La solución se convirtió en el gran problema: el paso exclusivo para el bus restó un carril a la C-31, una vía que sólo tiene dos. El único carril que quedó libre para el vehículo privado no pudo absorber todo el tráfico. En previsión de ello, el SCT había creado un carril adicional en el sentido opuesto de la circulación, pero los conductores no pudieron acceder a él. Es más, ni los propios autobuses lograron maniobrar para llegar al carril bus por culpa de la densidad de vehículos en la C-31.

Todo fue confusión: algunos conductores que no comprendían porqué debían hacer tanta cola mientras el carril bus permanecía vacío acabaron ocupándolo. Tráfico dijo ayer que multaría a todos los vehículos que habían infringido las normas.

En la C-31 no cabía ni un alfiler. Para evitar más aglomeraciones el SCT cortó el acceso a la carretera desde la C-32, vía que realiza un recorrido paralelo a la C-31 entre Castelldefels y Barcelona. En consecuencia, esta otra carretera también sufrió un embotellamiento mayor al ya habitual.

El carril se mantiene

Pese a todo, Moya anunció que mantendrá para hoy el carril bus y el adicional en la C-31. Pero lo recortarán a la mitad. El carril bus estará hábil entre las 6.30 y las 9.00 en sólo seis kilómetros, la mitad de los de ayer. Moya emplazó a los conductores de los autobuses de Renfe a que utilicen hoy el carril exclusivo para ellos. Ante las quejas de las compañías privadas de transporte en autobús, también anunció que les permitirá el uso del carril habilitado a Renfe. La medida se hará además extensiva a los taxis.
El carril adicional pasará de 14 a ocho kilómetros.

CiU y PP piden dimisiones

Convergència i Unió y el Partido Popular reclamaron responsabilidades por el gran caos circulatorio. El portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, reclamó la dimisión de Pérez Moya. Puig consideró 'irresponsble'. Los nacionalistas pidieron explicaciones al conseller de Interior, Joan Saura.
Por su parte, la portavoz del PP, Carina Mejías, exigió explicaciones al secretario de Movilidad del Gobierno Catalán, Manel Nadal. D

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