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"Si era un secreto a voces, todos estábamos sordos"

El Ayuntamiento de Madrid se desentiende de las responsabilidades políticas

JUANMA ROMERO

Absténganse los impacientes. Quien ayer esperase nuevos indicios, o nuevas soluciones, o nuevos argumentos de la operación Guateque en el pleno extraordinario del Ayuntamiento de Madrid, salió trasquilado. Nada de eso se movió. Definitivamente, no era el día.

Hacía falta pimpampum. Arrojarse unos cuantos cubos de responsabilidad y punto. Marcar el territorio y la estrategia. Eso, y darle vía libre a una comisión de investigación que sólo comenzará a rodar una vez que el juez Santiago Torres levante el secreto de sumario. Esa condición la impuso el PP. Le apoyó IU. El PSOE, que quería que la comisión se armase hoy mismo, al final cedió.

El pleno se abrió a las 10 de la mañana a ritmo del Bolero de Ravel. Despacio, despacio. Con la crispación justa. “La corrupción ha venido y nadie sabe cómo ha sido”, ironizó el socialista Pedro Sánchez. “Ustedes, el Gobierno, han convivido con la corrupción. Y quien convive, consiente”.

El PSOE desplegó pronto su argumento de campaña: que el Ejecutivo de Alberto Ruiz-Gallardón se cruzó de brazos. Que nada hizo para cortar una presunta trama de sobornos que ha afectado a dos áreas de gobierno (Urbanismo y Medio Ambiente) y cuatro de las 21 juntas de distrito, y que ha provocado la detención de 17 personas, seis aún en prisión.

El PP imitó. Pilar Martínez, delegada de Urbanismo, soltó presurosa: “No hay conexiones con la Malaya. Se trata de un caso circunscrito a la tramitación de licencias que implica a empresarios, funcionarios de carrera de baja escala...”.

IU impugna “todo el modelo”

El Ayuntamiento, pues, se exculpó de la Guateque. Martínez reconoció que hay deficiencias, que conviene revisar la ordenanza de 2004 que reorganizaba la concesión de licencias, que falta externalizar. Hasta ahí. “Se dice que lo ocurrido era un secreto a voces. No lo creo. Si no, ¿dónde estaban los empresarios, los ciudadanos extorsionados, los sindicatos, los grupos municipales, los medios? Si era un secreto a voces, todos estábamos sordos”.

IU apartó la tea de la confrontación abierta. Exigió responsabilidades políticas, pero intentó mantener un talante constructivo. El portavoz, Ángel Pérez, el dueño de la mordacidad en el pleno, se permitió un chascarrillo al inicio: “Le agradecemos, señor Gallardón, que venga a la Casa de la Villa ahora que se ha ido a Cibeles. En cuanto sepamos su paradero, le visitaremos”.

Pérez insistió en que no es “creíble” que el Ejecutivo “no reconozca que algo funciona mal”. “Su modelo no facilita la corrupción, pero no evita que se dé”. Ahí encajó IU su crítica total: “Impugnamos su modelo político, su forma de entender el Gobierno. No lideran equipos. No nos vale una explicación basada en la trama de funcionarios corruptos, porque ellos trabajan en instituciones políticas”. La solución no pasa, dijo Pérez, por privatizar la tramitación de licencias, postura en la que coincidió el PSOE.

Botella se resguarda en el secreto del sumario

El Bolero ganó intensidad con la intervención de Ana Botella, la delegada de Medio Ambiente. Ante el primer embate del socialista Pedro Santín –“Tenían que haberlo detectado a la fuerza: el director general es el último responsable”–, la número tres de la Alcaldía replicó con una completa lección de cómo no debe violarse el secreto sumarial.Sí confirmó que el Consistorio, para desahogar el atasco, recurrió a dos empresas (Tragsatec y Novotec), por las que pagó en 2007 480.305 euros, como ya adelantó Público. El plan de choque ha reducido los plazos de tramitación, dijo,  “a un mes”.  

Botella sólo reaccionó cuando Santín habló de “milongas” y 'cuentecitos'. “Limpie su casa”, le espetó a la edil. “No tengo que limpiar ninguna casa. Hace acusaciones sin fundamento”. Botella subrayó que sólo se investiga a funcionarios. Y Joaquín Fernández de Castro, uno de los imputados en prisión y ya ex jefe del Departamento de Evaluación Ambiental, “no era un cargo de confianza, sino de libre designación”.

El paso final del Bolero llegó con David Lucas (PSOE) y Manuel Cobo (PP), con un Pérez out del careo. El vicealcalde acusó a los socialistas de “hacer ruido”, de dejarse guiar por Ferraz y entrar en la “locura política”.

“También queremos saber la verdad. Ustedes quieren sacar partido para 2008”. El portavoz del PSOE habló de “Gobierno ineficaz”: “Madrid no tiene alcalde”. El Bolero acabó ahí. Gallardón no lo bailó. Se mantuvo impertérrito. Ayer sólo presidía el pleno.

Santiago Torres, titular del juzgado de Instrucción número 32 de Madrid, habló ayer. Dejó libre, bajo fianza de 3.000 euros, a David Giménez, ingeniero de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital, detenido este lunes por su presunta vinculación a la trama. Son ya 17 los empleados municipales implicados (más un empresario), aunque Torres investiga a cerca de 40 personas. El secreto del sumario podría levantarse a mediados de diciembre.

Los sindicatos del Consistorio están revueltos. Ayer, 2.000 funcionarios se concentraron en la plaza de la Villa para que Gallardón 'no manche más' su nombre, no les criminalice y no privatice la tramitación de las licencias, como tiene previsto.

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