Este artículo se publicó hace 9 años.
Lavapiés se vuelca con Kiala Manta
Más de 600 vecinos y cerca de 25 organizaciones sociales firman para pedir que Manta no ingrese en prisión por un hurto que no alcanza los 150 euros en productos de perfumería.
Jennifer Tejada
Actualizado a
MADRID.- El barrio madrileño de Lavapiés se solidariza con el caso de Kiala Manta. Unos 600 vecinos y 25 organizaciones sociales se han puesto marcha a través de una recogida de firmas para evitar su ingreso en prisión, ya que se le acusa de un delito de hurto y lesiones al ser descubierto en el año 2009 mientras trataba de robar dos colonias por valor de 150 euros en El Corte Inglés.
El vecino, de origen congoleño recibió una brutal paliza por parte de los vigilantes de seguridad de dicha gran superficie, hasta el punto de que es acusado de 'lesionar' a uno de los vigilantes, que se partió un dedo al golpearle junto con otros siete vigilantes, dándose la circunstancia de que el retenido estaba esposado.
Varios concejales del Ayuntamiento de Madrid se ha unido a la causa, entre los que se encuentran Celia Mayer, Delegada del Área de Cultura y Deportes, Javier Barbero, Delegado del Área de Gobierno de Salud, Seguridad y Emergencias, junto al grupo parlamentario de Podemos en la Comunidad de Madrid. Asimismo, entidades como el Samur Social, la Cruz Roja o la Parroquia de San Carlos Borromoeo han firmado también para pedir su no ingreso en prisión.
El imputado, que es miembro de la Asamblea Popular de Lavapiés (15-M) y de la Cooperativa Integral Mbolo Moy Dolye, está a la espera de la decisión del fiscal quien valorará el caso y la situación legal.
Los hechos por los que ha sido condenado se remontan a 2009, cuando Kiala se encontraba en una situación personal de exclusión social extrema. Fue al Corte Inglés porque necesitaba algo de comer y cuando pasaba por la sección de perfumes cogió dos frascos por un valor menor de 150 euros.
En ese momento se acercó el vigilante de seguridad (antes de pasar por caja) y comenzó a recriminarle, insultarle y humillarlo con expresiones xenófobas y racistas. Intentó defenderse de esas acusaciones y fue trasladado por la fuerza a otras dependencias del centro comercial aislado del público, donde se sumaron media docena más de vigilantes que le esposaron y agredieron brutalmente. El vigilante jefe se ensañó especialmente y se lesionó la mano a raíz de los golpes que le propinó.
Este hecho fue el desencadenante de la demanda del vigilante, de la acusación del fiscal y de la sentencia de la jueza. Dos años de cárcel y 4.500 euros para indemnizar al vigilante agresor. Las lesiones de Kiala (contusiones y una costilla rota) no se tuvieron en cuenta en el juicio. Después de un recurso por parte del abogado de oficio, la sentencia se redujo a 6 meses, pero se mantiene la cifra de 4.500 euros para reparar los daños del guardia.
Kiala se encuentra a la espera de que la fiscalía informe sobre la solicitud de sustitución de la pena de prisión por trabajos en beneficio de la comunidad y a lo largo de la semana que viene solicitará al Ministerio de Justicia el indulto. Como último recurso, pedirá la suspensión del ingreso en prisión hasta que se resuelva el indulto.
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